Capítulo 70: La tormenta

32 2 0
                                    

A la mañana siguiente.

Cheryl llevaba más de media hora de ducha fría, y aún le faltaba tiempo para calmar su cuerpo. Últimamente parecía que todo el mundo se había puesto de acuerdo para que ella y su esposa no pudieran tener relaciones, los días pasaban y pasaban y Cheryl estaba cada vez más antojada de su morena. Si, la pelirroja tenía que ser sincera, tenía que hacerse cargo de la parte de culpa que le tocaba por la discusión previa que había tenido con su mujer, pero el resto era todo culpa de los demás. O Alguno de sus amigos se tiraba a la piscina de bomba justo cuando Toni tenía contra el borde a Cheryl, o Verónica hacía algún comentario tipo "¿Dónde están las sexópatas de la casa?" Cuando ellas se habían escabullido por algún lugar de la casa. O finalmente las estúpidas historias de terror que se les ocurrió contar en la noche. El caso es que la pelirroja despertó con un hermoso beso que le dió la morena antes de irse a correr, que la dejo deseosa de más e imposibilitada de seguir durmiendo. En vez de eso, decidió que una buena ducha fría le iba a ser más útil.

- ¡Cheryl! – Verónica entraba al baño sin permiso alguno - ¡Cheryl! ¡Cheryl! – Algo la estaba alterando.

- ¡Verónica! ¡Qué demonios! ¿No conoces el concepto de privacidad? – La fotógrafa asomaba su cabeza por la cortina del baño.

- ¡Ya llegaron Cheryl! ¡Ya llegaron! – La latina iba de un lado al otro del baño. – Mi madre lo sabe todo, tiene un sexto sentido o un tercer ojo o corazonada de madre, no se qué carajo es, pero ya lo sabe. – Seguía moviéndose de un lado al otro.

- ¿Puedes calmarte y decirme que carajo sabe tú madre? – Preguntó la pelirroja desde la ducha.

- ¿Acaso no me estás escuchando pelirroja hueca? Mi madre sabe que estamos tratando de tener otro hijo... Me dijo "Hola mi niña." Con esa voz de "Sé lo que estás tramando." – Me parece que estaba demasiado perseguida.

- ¡RONNIE! – Betty entraba al baño con total impunidad - ¿Cómo se te ocurre dejarme con tú madre y mi madre sola? – En un estado nunca visto, la bailarina le ponía las quejas a su esposa. – Tú madre me preguntó cómo estaba Verónica... Me preguntó cómo estaba... Sabe algo Ronnie, tú madre sabe algo. – La rubia se sentó sobre la tapa del inodoro agarrando su cabeza - ¿Qué vamos a hacer? Se van a enterar y ¡Pum! Chau vacaciones – no era la Elizabeth que todos conocían, estaba abatida. – Mi papá va a creer que tú me obligaste a dejar de trabajar, si antes no te quería, ahora menos V... Menos – Betty había colapsado.

- ¿La oyes Cheryl? ¿La oyes? ¡Todo se va a ir al demonio! ¡Al condenado demonio! – Por suerte Cheryl aún estaba cuerda.

- Nos podemos tranquilizar por el amor de Dios – pidió Cheryl toda enjabonada. – No hay nada de que preocuparse, si nos calmamos lo podemos resolver...

- ¡CHERYL! ¡CHERYL! ¡CHERYL! – Una voz familiar se sentía cerca - ¡CHERYL! ¡AQUÍ ESTAS! – Frannie hacia su entrada al baño donde ya estaban las otras tres.

- ¿FRANNIE? – Se supone que su familia llegaba mucho más tarde - ¿QUÉ HACES AQUÍ? – Chau calma.

- Cheryl... Mamá... Papá... Divorcio... – La hermana de la fotógrafa estaba hiperventilando.

- ¡VERÓNICA! ¡VERÓNICA! – La voz de la señora Lodge buscando a su hija era la que se sentía afuera del baño.

- ¡Dios, mi madre! – Sin previo aviso la latina abrió la cortina de la ducha y se metió dentro de la bañera con Cheryl.

- ¿QUÉ HACES? – Como pudo Cheryl se tapó con un brazo sus pechos y con el otro su parte intima.

- ¡Shhh! – La latina la hizo callar.

Cuando, donde y como el amor quiera // ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora