Capítulo 06

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—Bueno, bueno. ¿Alguien ha despertado al dragón? ¿Atravesaste la cavidad ennegrecida del pecho de Morgana le Fey con una daga? De seguro alguna forma de evento innatural debe de haber ocurrido para que el hijo de Paimon, un príncipe infernal, esté parado tontamente ante mí.

Tenía sus brazos alrededor del pecho mientras se plantaba desafiante en frente del trono del rey sombra, Pavel arqueó una ceja al reconocer el sarcasmo de Brenin sobre Gwyn ap Nudd.

Un nombre que le fue dado en su nacimiento por el Padre Bryce y registrado en la lista del monasterio. Un nombre que proclamaba al mundo que él era Pavel Hijo de Nadie; un hijo bastardo, que no tenía ni madre ni padre.

Pero el Rey Fey de las sombras no le dio respiro.

—Así lo dices. Tu padre, sin embargo, ha puesto tal precio sobre tu cabeza que no puedo imaginar qué locura te ha traído a ti, a mi puerta.

—Tengo necesidad de tus servicios.

El nebuloso rey de los sharoc, le dio una mirada incrédula a uno de sus sycophant que estaba parado a su derecha. Oscuro y frío, la luz pasaba fácilmente a través de los cuerpos de los sharoc. La mayoría eran tan transparentes, que eran virtualmente invisibles y fácilmente pasados por alto por los incautos o aquellos ignorantes de su existencia.

Ellos eran lo más bajo en el folclore fey. Malhechores, con una tendencia sucia y cruel, la mayoría servía a directamente a Morgana como espías esperando ganarse su favor. Pero en verdad, él prefería lidiar con los adoni o los graylings en vez de con la gente de Gwyn.

Pero la desesperación monta a su víctima con espuelas. Y la bastarda las tenía bien enterradas en las ancas de Pavel ese día.

—El infierno en verdad se ha congelado—. Gwyn se levantó de su trono y flotó abajo a su estrado hasta revolotear en frente de Pavel. —Nombra el servicio que buscas, príncipe de la perdición.

Pavel se obligó a no reaccionar ante el insulto, o a mostrar cualquier emoción al respecto.

—Una llave de dragón para entrar al mundo de los hombres.

—¿Deseas dejar nuestra placentera compañía tan pronto?

Difícilmente llamaría mil años pronto. Pero para qué discutir por sobre unos cuantos siglos de una manera u otra.

—¿Qué puedo decir, mi señor? El constante brillo de sol aquí es cegador. De seguro mucho más de lo que mis ojos pueden soportar.

Gwyn rio.

—Eres un descarado. Especialmente ya que estas aquí para rogar por un favor...—El chasqueó la lengua. —Una llave de dragón. Ahora eso de seguro, requiere un pago especial. Todas las cosas queridas lo requerían.

—¿Tu precio?

Acariciando su barbudo mentón, el rey chasqueó la lengua al pensar.

—Antes de nombrarlo, necesito saber por qué ahora.

Pavel permaneció completamente estoico ante él.

—¿Por qué ahora qué?

—¿Por qué tú, hijo de Paimon, buscas libertad de nuestro sagrado reino después de todo este tiempo?

—¿Importa?

—Si quieres la llave, entonces la tienes. Especialmente desde que sé que tú no la puedes usar.

 Maldito por saberlo. Pavel tenía la esperanza de guardar ese pequeño detalle fuera de la negociación.

Su sycophant se deslizó al lado del rey para susurrarle algo al oído. Gwyn escuchó tranquilamente. Riendo, estrechó su mirada en Pavel mientras el otro sharoc se escabulló volviendo a las sombras.

˗ˏˋ 25 PavelPoohˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora