Capítulo 12

44 8 3
                                    

Mordiéndose la uña del pulgar, Pooh se paseó por la cueva gigante que Aou llamaba hogar.

En forma de dragón, se puso en cuclillas a unos pocos metros de distancia, mirándolo con los ojos entornados.

Todo estará bien, Pooh.

Como deseaba poder creer eso. Pero con cada segundo que pasaba sin palabra alguna, su preocupación alimentaba a su locura. No podía soportar este muro de no saber nada.

—No sabemos dónde está Pavel o lo que le pasó... ¿Quién lo tiene?

¿O qué lo tiene?

Lo sé, pequeño. ¿Te gustaría ir y buscarlo de nuevo?

—Por favor —Pooh sonrió al dragón. —Y gracias, Aou. Por todo.

Aun en su gran y enorme forma de dragón, le dio una inclinación de cabeza antes de que se bajara a si mismo lo suficiente para que pudiera subir a su espalda. Pooh le sintió estremecerse mientras tomaba la pequeña silla que había conjurado para él.

—¿Estás bien? ¿Soy muy pesado para ti?

Él se rió con amargura en su cabeza.

No, muchacho. Aunque sé que estás atrapado en el cuerpo de Pavel, soy dolorosamente consciente del hecho de que tú no eres realmente él. Y estaba recordando a mi precioso Boom que una vez montó en batalla la montura en la que estas sentado ahora. Él fue el único que alguna vez he permitido montarme voluntariamente.

—¿Qué? —preguntó. Dada la nota de dolorosa ternura en su voz, tuvo un mal presentimiento de que él, no solo se refirió a que Boom lo montó para transportarse solamente.

Aou asintió tristemente.

—Es de donde viene la leyenda de los sacrificios vírgenes a los dragones. Las mujeres no eran realmente nuestros sacrificios. Ellas se ofrecían a nosotros como honorables esposas, y muy debes en cuando también lo hacía un hombre que era capaz de dar a luz.

Siglos atrás, mi gente era utilizada como armas de guerra. Para atraernos a pelear por ellos, los humanos nos ofrecían a sus hijos e hijas, para asegurarse de que teníamos un interés personal en batallar con los ejércitos humanos y para sus causas. Muchos de los míos se emparejaron con los más fuertes de tu gente y peleábamos juntos en batalla como una sola unidad.

—¿Boom fue tu esposo?

En una simple palabra, sí, pero él era mucho más para mí que eso. Fue mi mejor amigo y el mismo aire que respiraba.

—¿Qué paso?

Fallé en protegerlo.

Su corazón se encogió ante la agonía que lo delató.

—Lo siento, Aou.

Pooh se inclinó hacia adelante y lo abrazó. Como desearía tener palabras para calmarlo. Pero su dolor era tan profundo, que era tangible.

—¿Estabas ahí cuando murió?

Aou asintió con la cabeza.

Fue tanto una bendición como una maldición. Le prometí que nunca lo dejaría en esta vida o en la próxima. Que siempre estaríamos juntos, y que nadie nunca reclamaría mi corazón de la manera en que él lo hizo.

Cuando mi especie se une, se supone que morimos con nuestros amados. Pero su gente tenía a un brujo que encontró la magia para deshacer la nuestra, para que así no perdieran al equipo de batalla completo. Así que al final, mi cuerpo siguió viviendo, pero mi corazón y alma se fueron con Boom a la eternidad. Odié a su gente después de eso. La única parte de mi juramento hacia él que pude mantener es que estuve allí, sujetando su mano, cuando la muerte lo reclamó. Nunca he amado a nadie salvo él. Y nunca lo haré.

˗ˏˋ 25 PavelPoohˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora