˗ˏˋ 25 PavelPoohˎˊ˗

Capítulo 14

Maldiciendo de manera que dejó a Pooh sonrojado, Supanut retrocedió de las barras de su celda.

—¿Po? Mírame. Estoy por hacer algo realmente estúpido. Cuando lo haga, Necesito que recuerdes tres palabras por mí. Omni rosae spina.

Pooh frunció el ceño.

—¿Cada rosa tiene sus espinas?

—Bien, entiendes latín. Sí. Memoriza esas palabras en caso de que pierda el control. ¿De acuerdo?

No le gustó como sonó eso. Para nada.

—¿Perder el control de qué? —esperaba que solo fuera el control de su vejiga.

Entonces sus ojos se volvieron de un verde vibrante, delineados de rojo. Después, Pooh casi perdió el control de los suyos cuando vio su verdadera forma demoníaca.

—Esto.

En un momento Supanut era humano, al siguiente, el también era un demonio.

Completo con alas y una armadura de oro que le recordó a un general romano.

Talfryn enloqueció en su jaula.

—¡Ayúdennos! ¡Alguien! ¡Rambo! ¡Tenemos que salir de aquí!

—¿Por qué? —preguntó Pooh.

Antes de que pudiera contestar, Supanut canalizó sus poderes y los sacó de la jaula. Aou corrió hacia Pooh para protegerlo mientras Supanut y Pavel intentaban matarse mutuamente.

Riendo, Cordelia se dirigió al grupo con una sonrisa burlona.

—Gracias por permitirme adueñarme de la única arma que ni Morgana ni Merlín pueden detener. ¡Él es mío ahora!

En un momento todos estaban en la caverna y al siguiente, todos ellos, incluido Supanut, que aún era un demonio, estaban de vuelta en la casa, del otro lado de la puerta reflejada en el espejo.

Para su sorpresa, cuatro de sus primos estaban ahí también, con un pequeño grupo de personas los cuales nunca había conocido.

Aún en su cuerpo de demonio, Supanut los enfrentó a todos y soltó un aullido feroz.

Entonces so movió para atacarlos.

—¡Di las palabras! —le advirtió Aou.

—¡Omni rosae spina!

En el momento en que las dijo, Supanut inclinó su cabeza hacia atrás y gritó como si sintiera dolor. Se quedó quieto como si estuviera luchando consigo mismo aún más fuerte de lo que había luchado con Pavel.

Sin dirigir una palabra a nadie, se pasó el dorso de la mano por la cara y se fue por una puerta del costado.

Lego lo siguió.

Cooheart abrazó a Pooh con mucha fuerza.

—¿Eres tú, verdad?

—Sí, ¿por qué?

—Después de ese tipo loco que estaba en tu cuerpo, solo quería asegurarme.

—Pavel —dijo Pooh molesto por la forma en que Cooheart hablaba de él.

Miró a Aou y se calmó ante la vista del poderoso weredragon, ahí delante. Él estuvo aquí, en este reino. En forma humana. De alguna manera, la reina fey finalmente lo había liberado de Glastonbury. Pero habiendo dicho eso, Aou no se veía tan feliz como él hubiera pensado. En cambio, parecía confuso y desorientado.

Aou se quedó mirando a una de los extraños como si estuviera viendo un fantasma. Así mismo, la extraña se quedó mirándolo boca abierta.

—¿Aou? ¿Realmente eres tú, pequeño hermano?