Capítulo 17

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Pavel dudó mientras el portal se abría, y los otros lo traspasaban primero. Joss se quedó detrás de él junto con Pooh.

En el otro lado, Supanut se volteó para enfrentarlos. Su expresión parecía lo suficientemente sincera, pero Pavel no estaba acostumbrado a confiar en él.

Por nada del mundo.

—Estoy aquí para ti, hermanito.

Eso solo hizo a Pavel más aprehensivo. Supanut mataba o desterraba criaturas como él. No toleraba que estas vivieran en el mundo del hombre y estaba jodídamente seguro de que no les ayudaba a estar al alcance.

Inseguro, Pavel se encontró con la mirada oscura de Pooh, y apretó el agarre de su delicada mano.

—Confío en él Pavel, no te va a traicionar. Y si lo hace, prometo servir en bandeja una parte de su anatomía que muy seguramente va a extrañar.

Le sonrió por eso.

—Estoy aquí para ti cariño. Siempre.

Esas palabras tocaron una parte de él que no conocía y lo ahogaron. En ese momento la deseó con una locura que hizo que el demonio dentro de él temblara de miedo. Ahuecando su mejilla, lo besó y deseó que estuvieran solos para que pudiera aliviar el dolor interior que rogaba por su toque.

Con un aire de valor, y su mano en la de Pooh, atravesó y esperó que la pared se cerrara en su cara. Para que pudiese caminar dentro de una masa sólida que lo mantendría desterrado en donde pertenecía.

En el infierno.

Pero no lo hizo.

Aguantando la respiración, abrió los ojos y se encontró a sí mismo, en un cuarto espantosamente brillante. Al no estar acostumbrado a la luz del día, se encogió y cubrió sus ojos entrecerrados con la mano para protegerse. Aun así, se deleitó por el dolor que le provocaba.

Luz del sol. Real y verdadera. Hasta podía sentir la calidez en su piel. Asombrado, sostuvo su mano y dejo que los rayos bailaran sobre su carne.

Pooh se mordió el labio mientras veía el asombro y maravilla jugar por el guapo rostro de Pavel. Era como un niño descubriendo sus pies por primera vez.

Y se veía tan fuera de lugar aquí con su túnica negra de monje, armadura de malla y espuelas.

Lego hizo una mueca de desprecio hacia él, pero él ni siquiera le puso la más mínima atención. No mientras la increíble alegría se esparcía por su rostro, volteándose para echar un vistazo a la habitación de brillantes colores y con estanterías decoradas.

Él se encontró con la mirada de Pooh.

—¿Dónde estoy?

—La casa de Karma, Lego.

Pavel comenzó a digerir lentamente esa noticia mientras continuaba observando. Con el ceño fruncido, pausó, y giró la cabeza para ver a un extraño que le pareció muy familiar.

En la esquina más lejana, estaba Mew, quién era de hecho, idéntico a Joss. Excepto que su cabello era negro y sus ojos de un remolineante color plateado, en lugar de los ojos azul profundo de Joss. Esta vez, Mew no llevaba la extraña máscara con la que había cubierto sus ojos más temprano.

—Complejo del Hermano Idiota —repitió Joss en su oreja. Su voz estaba llena de humor y soltó una gran carcajada. —Cuando creas que te va mal, recuerda, tú no ves a Nut cada vez que te cruzas con un espejo.

Pavel resopló ante algo que no era muy divertido.

—Reconozco ese problema ante usted, mi señor. Hasta ahora, el suyo es la más grande humillación.

˗ˏˋ 25 PavelPoohˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora