Capítulo 9

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Pooh estaba aterrado de estar mirando su propio cuerpo, desde el exterior del mismo.

—¿Pavel? ¿Eres tú? Por favor, dime que eres tú al que estoy mirando.

—Aye, muchacho. ¿Eres tú en mi cuerpo?

Pooh asintió con la cabeza.

—¿Qué nos ha pasado?

Pavel levantó las manos para inspeccionarse. Entonces en el momento en que se dio cuenta que tenía un pecho muy fino, casi femenino y que estaba expuesto, le arrebato la sabana para cubrirse.

Pooh se rio de sus acciones.

—Incómodo es poco decir, ¿verdad? — Él negó con la cabeza.

—¡Oh, hola! —Pooh saltó cuando una parte de su anatomía se endurecía de forma inesperada. Encogiéndose, se mordió el labio.

Pavel hizo una mueca y comenzó a cruzar y descruzar sus brazos.

—¿Qué?

Haciendo una mueca muy poco atractiva, apretó los bíceps sobre su pecho.

—¿Cómo pueden estar en el camino y sin embargo ser tan pequeños y blandos?

—¡Oye! ¡Yo también podría decir que...! Bueno, está bien, tú no eres pequeño, pero ¡aun así! ¡Eso es grosero!

Pavel sonrió, solo que no era tan encantadora en su cara ya que estaba en la suya. De hecho, era muy espeluznante mirarse a sí mismo desde otro cuerpo.

¿Cómo podrían Apo y Plan hacer frente a esto siendo gemelos? Siempre había pensado que sería genial tener un gemelo idéntico.

No lo era. Odiaba mirarse a sí mismo. Era como un perverso y cruel espejo que señalaba cada error, desde cada ángulo.

—Voy a ponerme a hacer dieta cuando vuelva a mi cuerpo. Y será mejor que veas lo que comes, bucko mientras estas allí. Si gano tanto como una libra, voy a... buscar la manera de castigarte por ello.

Pooh comenzó a rascarse una picazón en el muslo y se encogió cuando pasó la mano por el vello de esa zona, y sobre todo el pelo debajo de los brazos.

—Oh, ¡Dios mío! Necesito una Bush hog ¡urgente! Algunas importantes depilaciones hay que hacerle a este cuerpo. ¿Cómo soportas estar tan peludo? Está en todas partes, excepto en la cabeza donde se supone que debería estar —comenzó a rascarse por todas partes, y en particular, en la cara y el pecho. —Es como tener pulgas.

—Ni siquiera se te ocurra usar ese tono conmigo. Te prometo que eso no tiene comparación con la picazón que hay en mis partes bajas. ¿Qué es eso y por qué?

Pooh hizo una pausa en su rascado.

—Oh sí, no he tenido el dinero suficiente para hacerlo con cera últimamente. Tienes razón. Hay picazón allí también. Estamos a mano. Más o menos.

De repente, el color abandonó la cara de Pavel.

—No tengo poderes. ¿Están en mi cuerpo?

Eso no podía ser bueno. Su corazón latía con fuerza, se encontró con su mirada llena de pánico. 

—No lo sé ¿cómo se utilizan?

Pavel se encogió de hombros.

—Es lo mismo que mover una extremidad. Lo pienso y se hace.

Pooh cerró los ojos.

—¿Y ahora qué?

—Imagínanos vestidos.

˗ˏˋ 25 PavelPoohˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora