Deslizo mi dedo por los libros buscando algún título que llame mi atención, por el momento ninguno lo ha hecho. Sigo buscando, abriendo las páginas y echándoles una ojeada.
<<No creí que fuera tan difícil encontrar algún libro de mi agrado. Hay un montón, alguno me tiene que gustar>>
Un ruido interrumpe mis pensamientos, lo sigo, dando unos pasos al fondo del pasillo. Más que simples ruidos parecen quejidos de mujer.
Quito uno de los libros que esta mi altura y...
—No puede ser...
Tapo mi boca de inmediato. Están tan concentrados en lo suyo que dudo me hayan escuchado.
Me es imposible quitar la mirada de ese par, el sillón debe estar bien sujeto a la pared porque no se mueve a pesar de los movimientos de él. Los ruidos de ella llegan a mis oídos y también a mi intimidad.
<< ¿Esto sentirán las personas que graban el porno? >>
— ¿Qué haces?
Hablan a mi espalda. Volteo con rapidez colocando mi palma sobre sus labios.
—Shhh.
Mira sobre mi hombro quedando embelesado.
— ¿Esos no son...?
—Sí, son ellos —susurro volviendo a mirar al frente.
— ¿Y qué haces espiándolos? Eres una pervertida.
—Tú también lo estás haciendo.
— ¿Te excita verlos? —pregunta en voz baja cerca de mi oído. Mi piel se eriza.
—No.
— ¿Entonces por qué te tocas entre las piernas?
—Yo no...
Miro abajo y efectivamente si lo estaba haciendo. Reprime su risa, le doy un golpe con el dorso de mi mano en su pecho.
—Siendo sincero a mi si me está excitando ver esto.
Su mano se cuela dentro de mi ropa interior.
—Mira nada más, ¿Cuánto tiempo llevabas viéndolos? Estas muy mojada.
—No hagas eso, este no es el mejor lugar.
—Ve y díselo a ellos.
—No sigas...
— ¿Vas a decirme que no te excita?
Su mano jugando con mi clítoris, mi mirada todavía puesta en ellos, ¿Es broma? Claro que me estoy excitando.
—Sí lo hace, pero alguien nos puede ver.
—Son más de las ocho, no tardan en cerrar la biblioteca, no creo que haya mucha gente.
— ¿Y la bibliotecaria?
—Cuando entre estaba tras su escritorio.
Lo pienso por unos segundos.
— ¿Entonces? —insiste.
Miro sobre mi hombro, colocando mi mano en su nuca lo acerco a mis labios, su otra mano aprieta mis tetas sobre la tela, apoyo la mía en el estante, pego mi culo entre sus piernas restregándolo.
—Debiste traer una falda.
—Veníamos a leer —le recuerdo.
—No hay que perder oportunidad.
Ambos reímos bajo. Me agacho al nivel de sus caderas y desabrocho su pantalón. Chupo primero sus bolas, luego me lo meto en la boca, me agarro a su trasero para ayudar a sostenerme. Levanto la vista, sigue mirando a los tortolitos en el sillón.
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SEXUS +18
RandomSe sale de mí, mis codos y rodillas terminan enterrados en la arena, se pega por detrás restregando su miembro entre mi vagina y ano rosando el clítoris. Muevo mi culo de un lado al otro indicándole que lo quiero dentro. Protesto ante su juego de pr...