CAPÍTULO 11

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Los días habían pasado muy rápido. La novedad: el capitán Ri tenía una prometida de la cual jamás le habló a nadie y justo acababa de llegar luego de estar en el extranjero por un largo tiempo. El supuesto "engaño" no solo enojó a Seri, sino también a las mujeres del pueblo que Iseul tuvo que aguantar una noche donde encima estaban borrachas. Luego de ese asunto, el soldado había descubierto otra manera de regresar. El problema fue que ambas surcoreanas tuvieron que cambiar su estilo de cabello porque incluso eso estaba limitado.

Mientras la mayor había elegido un estilo llamado despedida, Iseul optó por uno con el cabello medio recogido. El resultado, aunque no le gustaba del todo, no estaba nada mal; pero extrañaría verse sin flequillo.

—Isaak ahora mismo se estaría burlando de ambas — habla Seri —. A ti por al fin estar peinada y a mí porque parece que me han puesto pegamento, ¿mi cabello no se mira muy tieso?

Ya estaba oscureciendo y a la menor se le estaba haciendo rara una cosa: los soldados no habían aparecido en ningún momento del día. ¿Será que el capitán Ri les mencionó que ambas saldrían? Tal vez, pero aún así era demasiado...

—¿Iseul?

—¿Qué? Ah sí, claro que sí —por la cara que puso Seri supo que contestó mal.

—¿Qué voy a hacer ahora? —se lamentó observando su cabello.

—Es muy tarde —intentó cambiar de conversación —. ¿Habrá pasado algo malo? Ni siquiera el capitán Ri ha venido.

—Tienes razón. Creí que vendrían todos los días por el supuesto asunto de la bomba de agua...

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió a Seri, esto hizo suspirar con alivio a ambas, pues sabían que si sucedía algo sería bastante complicado que salieran de esa, sobre todo si se enteraban que escondían a dos surcoreanas.

—¡¿Pero que les pasó?! —escuchó gritar a Seri. Confundida, volteó hacia la puerta.

Primero había entrado JuMeok, este se encontraba con golpes y heridas por toda su cara, detrás de él entró EunDong igual de lastimado, Chisoo y KwangBum no se habían salvado. El único que no estaba en las mismas era el capitán Ri. Este último no pudo ocultar más lo que realmente pasaba.

—Hay un teniente comandante que está detrás nuestro por sus sospechas sobre ustedes. No se creyó lo de la división 11. Abrió una investigación en mi contra y está investigando a mis soldados más cercanos. Lo de la bomba de agua lo hizo sospechar de ellos también, quería sacarles información.

La mayor se ofreció a hacer unos fideos a modo de disculpas luego de la explicación del capitán, mientras Iseul preguntó al mayor por el botiquín para ayudar a curar sus heridas. Al encontrarlas, Ri fue enseguida a checar al menor de todos. Era el más afectado y el temor aún se podía observar en sus ojos, por lo que le ayudaría que la persona en la que más confiaba lo curara. Iseul iba directo hacia JuMeok (porque era con quien había cruzado más de tres palabras) pero este con una rara rapidez tomó a Chisoo del brazo y se sentó a limpiarle las heridas.

—¡¿Qué haces?! —gritó Chisoo, el menor no había sido nada cuidadoso y lo lastimó de más.

—¡Perdón! —se disculpó él, luego volteó a ver a Iseul, indicándole con la mirada que le tocaba curar al único que faltaba: Park KwangBum.

Ella, desorientada y confundida por la actitud de su amigo, se acercó a este último.

—Las curaré yo.

JuMeok sonrió detrás de ella con satisfacción, lo sabía, él jamás se equivocaba.

La chica se acercó a KwangBum después de dejar el botiquín en la mesa que tenían al lado. Empezó a limpiar los rastros de sangre seca, afortunadamente sus intentos de ser cuidadosa (que no era para nada y su hermano podía confirmar eso) surgieron efecto y pudo limpiar sin ninguna queja como Chisoo y JuMeok. Lo que la mantenía curiosa (o quizás nerviosa) era la mirada del chico hacia ella.

𝘽𝙊𝙍𝘿𝙀𝙍 | 𝐶𝑅𝐴𝑆𝐻 𝐿𝐴𝑁𝐷𝐼𝑁𝐺 𝑂𝑁 𝑌𝑂𝑈 [Park Kwangbum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora