Kushina caminó tranquilamente por el cementerio de Kirigakure echando un vistazo a los cientos de tumbas respetuosamente mantenidas, cada una con su marca única y los detalles del shinobi que había muerto. El lugar estaba casi vacío a estas horas de la mañana, y unos instantes después encontró al hombre que buscaba de pie exactamente delante de la lápida conmemorativa.
Una sonrisa afectuosa no pudo evitar aparecer en sus labios cuando su predicción sobre su paradero se hizo realidad.
En cierto modo, era bastante predecible o quizá ella le conocía más que los demás.
Se puso a su lado y le vio mirar tranquilamente los nombres de la lápida, con el reciente de Ino Namikaze grabado con palabras descarnadas.
Habían pasado dos días desde que le contó lo que la Mizukage le había ofrecido; naturalmente, ella se quedó boquiabierta, al igual que los dirigentes de Uzu, pues su sueño más descabellado se estaba haciendo realidad. Le habían dado una orden oficial para que aceptara el puesto a toda costa.
Ella había visto sus recelos al respecto, pero a pesar de todos sus defectos, era un shinobi leal que siempre cumplía sus órdenes.
La propia Kushina se quedó bastante atónita ayer cuando vio cómo la mayoría de la Aldea de la Niebla se regocijaba cuando Gengetsu hizo público el anuncio una vez que Naruto dio su consentimiento. No todo el mundo estaba satisfecho, especialmente los clanes Kaguya y Hagoromo, pero para su sorpresa los aldeanos estaban realmente contentos con esta decisión y ella no podía culparles.
Una cálida sonrisa apareció en su rostro cuando lo miró durante un largo momento y comprendió lo que la Mizukage había visto en él.
Era joven, poderoso, un buen shinobi y probablemente el mejor comandante que Kiri había visto en toda su historia.
Y lo que era más importante, era un buen hombre que realmente se preocupaba por la gente que le rodeaba y tenía la fuerza para defender lo que era correcto, sin importar las probabilidades que tuviera en contra.
"Buenos días, Señor Tercero", se burló de él con una sonrisa traviesa,
"¡Tú también! No me hagas sentir viejo" protestó él con una débil sonrisa,
"¡No me digas que no eres feliz!" dijo Kushina frunciendo el ceño,
"No es eso. No creo que esté preparada para esto... quizá unos años más tarde. Tengo mucho que aprender sobre el mundo... ser un Kage no es tarea fácil. Tal vez hubiera sido mejor elegirme como cuarto Lord. No sé por qué, pero tercero me hace sentir como si hubiera llegado el último en una carrera o algo así", explicó con una risa divertida,
"Ahora que lo dices, quizá tengas razón. Naruto Namikaze- La Cuarta Mizukage, suena más guay" se burló ella,
"Parece que hoy estás de buen humor -comentó él, pero sin maldad, lo que le valió un indiferente encogimiento de hombros.
"Es porque me alegro por ti. Ahora tienes la oportunidad de cambiar este mundo a mejor. ¿No es eso lo que habrían querido nuestros camaradas caídos? preguntó Kushina con dulzura,
Sus palabras le hicieron mirar la lápida conmemorativa y sus pensamientos vagaron hacia los espartanos. Incluso hoy, le dolía recordar cómo los habían sacrificado con tanta facilidad.
Había estado tan enfadado e impotente todos estos años con la Uzukage y los ancianos por lo que hicieron. En sus fantasías más oscuras, había imaginado hacerles pagar por sus crímenes y crear un mundo en el que los niños pequeños nunca se vieran obligados a pasar por ese infierno.
"Esto cambiará las cosas, Kushina".
La miró cuando le puso una mano firme en el hombro y vio que le dirigía una mirada cómplice.
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Naruto - El 7º Espadachín
RandomMi espada es tuya en la victoria y en la derrota", recordaba Naruto haber jurado estas palabras a la segunda Mizukage cuando se convirtió en uno de los temidos Siete. Juró defender Kiri, proteger a su pueblo y servir a su Kage hasta su último alient...