Río Naka)
Naruto se sentó solemnemente en una pequeña colina cercana a su acantilado, con vistas al famoso río Naka de la Aldea de la Hoja. Se encontraba en lo más profundo del territorio del clan Uchiha y era la razón por la que la mayoría de los shinobi no se molestaban en acercarse hasta allí. Dado que la mayoría de los Uchiha estaban luchando en el frente, sólo había unos pocos novatos patrullando el sector, a los que había evitado con facilidad; también había ocultado su firma de chakra para esconderse de Tobirama, que llevaba un par de horas persiguiéndole.
No sabía en qué estaba pensando aquel hombre al desear enfrentarse a él después de enterarse de las mentiras que le habían contado sus propios alumnos.
También había otra razón por la que había venido aquí y, cuando estuvo seguro de que no había nadie más en las inmediaciones, hizo su movimiento.
"Si estás ahí, muéstrate, Zetsu", anunció, esperando haber pronunciado correctamente el nombre de la extraña criatura parecida a una planta que había utilizado el Edo Tensei y había sido cómplice de Madara en la isla Nagi. Dudaba que Madara se atreviera a infiltrarse en la Hoja, pero no podía aplicarse lo mismo a su cómplice, cuya firma de chakra era completamente indetectable, como Naruto mismo había aprendido en la batalla pasada.
Miró a su alrededor y no se sorprendió cuando nadie respondió a su llamada, aun así no se echó atrás y se mantuvo firme.
"No tengo tiempo para juegos. Si estás ahí y no apareces en este instante, me largo de aquí".
Su amenaza surtió efecto, ya que la criatura negra parecida a una planta surgió del suelo justo detrás del rubio, para su sorpresa, ya que ni siquiera había percibido su presencia cuando estaba tan cerca de su posición. Agarró su espada en un acto reflejo mientras sus ojos rojos cobraban vida.
"Tus ojos han cambiado. Después de todo, Madara tenía razón", dijo Zetsu con voz ligeramente sorprendida,
"¿Cuál es su objetivo y por qué está tan obsesionado conmigo?" preguntó Naruto con seriedad,
"Me pidió que te vigilara desde que saliste de la isla Nagi. Por eso te seguí hasta aquí... espero que ahora sepas la verdad de lo que les ocurrió a tu mujer y a tu hijo" susurró Zetsu con una sonrisa cómplice, haciendo que el rubio apretara los puños.
"Sólo intentas utilizarme para tus propios fines" dijo Naruto con amargura,
"Entonces, ¿por qué te acercas a nosotros?" replicó Zetsu con curiosidad, lo que hizo que Naruto bajara la mirada.
"Tenéis algo que yo quiero. Si podéis dármelo, al menos quiero entender lo que me costaría" respondió Naruto con sinceridad,
"¿Quieres que devolvamos la vida a tus seres queridos?" confirmó Zetsu, ganándose un asentimiento de la rubia.
"Podemos hacerlo, pero eso tendrá un precio".
"¿Cómo?", preguntó Naruto con suspicacia,
"Con el Rinnegan , por supuesto. Madara posee los ojos que una vez pertenecieron al Sabio de los Seis Senderos. Su poder va más allá del reino de la vida y la muerte, e incluso permite a su portador devolver la vida a los muertos, aunque sea a costa de su propia fuerza vital" reveló Zetsu pacientemente,
"¡Imposible! El Sabio de los Seis Senderos y el Rinnegan son sólo mitos!" rebatió Naruto acaloradamente, ganándose un suspiro de la extraña criatura.
"Todo mito se originó alguna vez en una realidad. El Sabio existió y también sus poderes...".
Naruto escuchó mientras Zetsu le hablaba de los orígenes del chakra, de cómo fue robado de una fruta sagrada que creció en un árbol hace mucho tiempo. Tuvo que contenerse para no reír a carcajadas cuando Zetsu mencionó que había sido una Otsutsuki la que había robado aquel poder, Kaguya era su nombre. Ella acabó con todas las luchas entre la humanidad y se convirtió en la Diosa y Gobernante Suprema del mundo. Durante un tiempo perdió el rumbo y aterrorizó a las mismas personas a las que una vez había salvado del árbol sagrado que había adoptado la forma de las Diez Colas para recuperar el poder que le había robado Kaguya. Al final, sus propios hijos tuvieron que detener su locura.
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Naruto - El 7º Espadachín
RandomMi espada es tuya en la victoria y en la derrota", recordaba Naruto haber jurado estas palabras a la segunda Mizukage cuando se convirtió en uno de los temidos Siete. Juró defender Kiri, proteger a su pueblo y servir a su Kage hasta su último alient...