Naruto se encontró frente a los mejores guerreros de Kirigakure junto a su arma de destrucción masiva más aterradora. Aquella visión habría hecho que la mayoría se lo pensara antes de meterse en cualquier altercado, pero a él sólo le llenaba de ansia.
No había nada como una buena pelea.
Parpadeó al darse cuenta de la dirección de sus pensamientos, ya que normalmente estaba más sereno que esto. ¿Por qué sentía el deseo de matar? ¿La ardiente sensación de infligir dolor?
Miró a la Muramasa que sostenía firmemente en su mano derecha y sintió que estaba completamente sincronizada con su chakra, sin ninguna intención de perturbar sus pensamientos.
Entonces se dio cuenta de una extraña sensación.
Sentía como si hubiera algo detrás de él, una fría sensación de espanto e inquietud. El vacío...
Aquella noche, en aquella montaña, había sentido que algo despertaba en su interior. Aún recordaba aquella agonía que había sentido, la pura rabia de reducir el mundo entero a cenizas por todo lo que le había arrebatado.
Probablemente lo habría llevado a cabo si Tobirama no hubiera salvado a Ino...
Sin embargo, en aquel profundo pozo de desesperación, se había sentido conectado a algo primario. Se había hecho eco de su dolor y le había abrazado en su oscuridad concediéndole algo a cambio de arrebatarle una parte de su alma.
La prueba de ello estaba ahora ante sus ojos.
Sus ojos rojos como la sangre podían ver ahora las distintas formas de energía que acechaban en el interior de sus oponentes. Es cierto que antes siempre había podido ver el chakra cuando activaba su sharingan imperfecto... pero esta vez era diferente.
Esa energía tenía vida propia, moldeada por el alma de su recipiente.
El de Haku era el más puro, como un lago apacible que muestra satisfacción y felicidad. La de Mangetsu estaba llena de determinación, pero también era bastante relajada; la de Zabuza tenía el anhelo de algo poderoso; la de Kisame era fría y afilada; la de Ameyuri estaba llena de rabia y odio, y la de Jinpachi era despiadada.
También podía ver la enorme cantidad de energía de la propia naturaleza que antes sus ojos no podían ver, pero que siempre había sentido que estaba ahí cada vez que utilizaba el modo Sabio.
Se sentía más conectado a esta energía infinita de lo que nunca había estado con ninguna otra cosa.
Zabuza y Kisame juntaron sus manos al unísono y dieron el primer paso...
"Estilo Agua: Onda de Choque de Agua!"
Mangetsu entrecerró la mirada cuando los ojos rojos normales de la rubia desarrollaron un patrón de color de rendija negra. Su chakra oscuro se precipitó hacia delante y se transformó en un infierno furioso que chocaba ferozmente contra la enorme masa de agua.
Jinpachi se desvaneció en cuanto el vapor se esparció por el campo de entrenamiento, demostrando así su dominio de la técnica silenciosa. Haku le siguió segundos después, junto con Zabuza y Kisame, y todos desaparecieron para sorpresa de Mei.
Ameyuri parpadeó cuando una poderosa ráfaga de viento la empujó hacia atrás y vaporizó toda la niebla esparcida por el campo de entrenamiento en un instante.
Mangetsu apretó los dientes con frustración cuando vio que sus cuatro compañeros habían hecho sus respectivos aterrizajes forzosos y ni siquiera habían podido alcanzar a su oponente, que les miraba con la misma mirada fría y desafiante.
Apuntó con su espada, Kabutowari, hacia su oponente, ganándose una respetuosa inclinación de cabeza por su parte.
Los demás estaban a punto de unirse cuando Haku les hizo un gesto para que se detuvieran al ver la mirada decidida en los ojos de su amiga de la infancia. Vio que casi todo el mundo pensaba que Mangetsu estaba loco si se creía capaz de enfrentarse a Naruto él solo.
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Naruto - El 7º Espadachín
RandomMi espada es tuya en la victoria y en la derrota", recordaba Naruto haber jurado estas palabras a la segunda Mizukage cuando se convirtió en uno de los temidos Siete. Juró defender Kiri, proteger a su pueblo y servir a su Kage hasta su último alient...