Final

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Con el pergamino rojo en sus manos, y lejos de la mansión de Taehyung. En un lugar apartado, iluminado por un débil resplandor de luna, Jungkook desenrolló el documento con cuidado y comenzó a leer las palabras escritas por la doctora Min. La doctora había detallado en el pergamino cómo neutralizar a Jungkook, revelando una debilidad que podría ser aprovechada para detener al poderoso ser que ahora se erguía frente a la fogata.

Mientras las palabras de la doctora Min cobraban vida ante sus ojos, Jungkook dejó escapar una risa burlona.

-Así que, doctora Min, tenías dos investigaciones. Probaste con una y fracasaste, pero nunca pudiste poner a prueba esta otra,- murmuró Jungkook con voz cargada de desdén.

La revelación de que la doctora Min había mantenido en secreto esta información crucial despertó una chispa de desafío en el interior de Jungkook.

Sin titubear, Jungkook con un movimiento ágil, arroja el pergamino al fuego que crepitaba vorazmente. Las llamas devoraron el documento, consumiendo las palabras que prometían la única forma de debilitar al imponente Jungkook.

Con el informe reducido a cenizas que se elevaban hacia el cielo nocturno, Jungkook se erguió ante la fogata, su figura envuelta en un resplandor fantasmagórico. En su rostro se reflejaba una determinación feroz y una confianza inquebrantable en su poder. Así que decidió volver al laboratorio destruido.

Jungkook se adentró en los restos carbonizados del laboratorio que había destruido en su búsqueda de respuestas y poder. Entre los escombros y la ruina, sus ojos ávidos detectaron una habitación oculta, apenas dañada por el caos que él mismo había desatado. En el centro de la sala, un computador parpadeaba débilmente, como un testigo silencioso de secretos enterrados en lo más profundo del laboratorio.

Una sonrisa siniestra se dibujó en el rostro de Jungkook mientras se acercaba al computador y comenzaba a revisar los archivos que contenía. Con movimientos precisos, activó la cámara y comenzó a grabarse, su voz resonando en la habitación con un tono frío y calculador.

En la pantalla, Jungkook reveló la verdad oculta detrás de su creación. Habló de cómo el gobernador Kim y un grupo de científicos lo habían concebido en un laboratorio clandestino, sometiéndolo a pruebas dolorosas y despiadadas: quemaduras, cortes, y otros tormentos que habían forjado su poder y su resistencia. Mencionó que todos los científicos involucrados en su creación habían encontrado su final, pero que faltaba una última pieza en el rompecabezas: Taehyung.

Con determinación fría en su mirada, Jungkook expresó su intención de encontrar a Taehyung, la única persona que quedaba viva y que conocía todos los secretos de su origen. Una vez que su misión estuviera completa, Jungkook planeaba desaparecer, alejarse de todo lo que lo ataba a su pasado y a las sombras de su creación.

En ese instante, en la penumbra de la habitación olvidada, Jungkook trazó un plan para su libertad definitiva, un camino que lo llevaría lejos de aquellos que lo habían creado y moldeado a su imagen y semejanza. El reloj seguía marcando el tiempo implacable, mientras el destino de Jungkook y Taehyung se precipitaba hacia un enfrentamiento final que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.

Una selva protegida se extendía majestuoso en un mapa ante Jungkook, acompañaban su avance decidido hacia el lugar que sabía que debía visitar después de enfrentarse a Taehyung. Con sus dispositivos tecnológicos estratégicamente desplegados, Jungkook interceptó las transmisiones de comunicación de los militares que rodeaban la mansión.

Escuchando atentamente, Jungkook descubrió que Taehyung se había ausentado de la mansión para recuperar el cuerpo de su padre, acompañado por el comandante y el forense. Sin perder un segundo, Jungkook se deslizó entre las sombras hasta el parque donde reposaba el cuerpo, observando en silencio mientras lo sacaban del féretro cubierto por la bandera nacional.

No Abrir la puerta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora