Capitulo. 39

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Eli: Edward, ¿qué haces aquí?

Dije enojada, viendo a Edward en mi casa. 
Él no dijo nada, solo me tomó del brazo, sacándome fuera de mi casa. Al salir por la puerta, fue como si entrara a otro lugar.

La carretera había desaparecido; el lugar estaba cubierto por árboles que perfectamente hacían un círculo. El lugar estaba lleno de flores, y el sol estaba tan brillante.

Eli: Déjame.

Dije zafándome de su agarre. Él no se inmutó, siguió caminando, hasta llegar al medio del lugar.

Edward: Querías saber mi secreto.

Dijo gritando con enojo.

Edward: No pudiste esperar.

Dijo quitándose cada prenda de la parte inferior.

Eli: ¿Pero qué estás haciendo?

Dije desconcertada.

Edward: Esto, así soy yo.

Dijo con enojo.

Eli: P-pero Edward, estás brillando.

Dije sorprendida de su cuerpo expuesto y brillando como si fuera un diamante en bruto.

Edward: Ahora que lo sabes.

Dijo mirándome fijamente.

Edward: No voy a dejar que expongas nuestro secreto.

Dijo mientras su familia salía detrás de los árboles con los ojos negros, al igual que él.

Eli: ¿De qué hablas?

Dije preocupada de lo que pasaría.

Edward: Estamos sedientos.

Dijo Edward, relamiéndose los labios. 
Yo, sin más, salí corriendo por el bosque. Yo corrí lo más rápido que pude para poner a salvo mi vida, pero fue imposible; Rosalie se puso al frente de mí.

Rosalie: Sabrás tan bien.

Dijo mirándome como si yo fuera la comida.

Eli: Rosalíe, no hagas esto, por favor.

Dije mirándola con temor.

Emmett: Cariño, si tú no lo haces, yo lo haré.

Dijo Emmett detrás de mí.

Rosalie: Yo la quiero.

Dijo acercándose a mí con la velocidad de la luz.

Edward: Alto.

Dijo caminando hacia mí. 
Emmett me inmovilizó.

Edward: Déjenme a mí ser el primero en probarla.

Dijo Edward, acercándose a mí.

Eli: Por favor, por favor, no lo hagas.

Dije pidiendo piedad por mi vida.

Edward: Lo lamento, pero eres tan apetitosa.

Dijo acercando su boca a mi cuello. Podía sentir la respiración agitada de Edward en mi cuello, y sin más, yo esperé la mordida que él me daría.

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Margaret: Cariño, ¿estás bien?

Dijo mi madre, corriendo a socorrerme.

Eli: Creo que sí.

Dije desde el piso al lado de mi cama.

Margaret: Cariño, ¿cómo es que llegaste al piso?

Crepúsculo × EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora