Ya era lunes, y el día anterior yo me la pasé pensando en las palabras que dijo Emmett: “hacer lo que el corazón quería”. Si bien sobreviví el enamoramiento de Marco durante 17 años, no estaba segura de poder vivir el rechazo y la vergüenza de dicho.
Llegué una hora antes a la escuela, porque perdí la noción del tiempo por estar pensando en Edward.
Al llegar, bajé del coche admirando el estacionamiento vacío y decidí ir a dar una pequeña caminata en el bosque.
Después de estar vagando por el bosque, escuché unos sonidos raros; empecé a caminar siguiendo el sonido.
Después de unos 2 metros caminando, encontré a dos crías de conejo recién nacidas al lado del cuerpo inerte de su madre. Yo me acerqué con cautela; las crías de conejos lloraban tras la pérdida de su madre. Yo miré con tristeza y lo único que pude hacer fue acoger a las crías y ponerlas a un lado. Después, con un palo, hice un pequeño hoyo con el tamaño de la madre coneja. Sin más, la enterré y puse un palo donde se encontraba el cuerpo. Sin más, agarré a las pequeñas crías de conejo con mis manos llenas de lodo y tierra y empecé a caminar de regreso a la escuela.
Al salir del bosque, pude notar que el estacionamiento ya estaba lleno y fue cuando vi mi reloj de muñeca que ya era hora de clases. Sin más, yo llegué al estacionamiento; todo el mundo me miró ya que mis rodillas estaban llenas de tierra, al igual que mi sudadera. Yo no tomé mucha importancia y me metí al edificio.
Al entrar, me dirigí a mi primera clase, y el día transcurrió sin más; los profesores no se dieron cuenta de que había 2 horizontes en la clase, gracias a Dios.
El timbre para el almuerzo sonó y, antes de ir al comedor, decidí ir a mi casillero para tomar una pequeña franela para que los pequeños conejos estuvieran cómodos.
Cuando iba cerrando mi casillero, me encontré a Dylan esperándome para ir a comer juntos.
Cuando íbamos caminando, vi que Edward estaba parado del otro lado del pasillo.
Dylan: ven, vamos rápido que tengo mucha hambre.
Dijo tomándome del brazo para ir rápido a la cafetería y ni siquiera me dio tiempo para ir a hablar con Edward.
Cuando entramos a la cafetería, me encontré a Rosalíe y Emmett sentados en su mesa.
Eli: ¿te importa si voy a saludar?
Dije mirando a la mesa de los chicos Cullen.
Dylan: no, para nada; te sirvo lo mismo.
Dijo con una sonrisa. Yo, sin más, me dirigí con Rosalíe y Emmett, quienes estaban sentados mirándome.
Eli: Hola.
Dije emocionada.
Rosalíe: ¿qué llevas ahí?
Dijo Rosalíe con una mirada fija.
Eli: Lo que voy a decir no es fácil.
Dije sentándome en su mesa.
Emmett: ¿qué pasa?
Dijo preocupado.
Eli: Soy mamá soltera.
Dije sacando a los dos conejos que estaban escondidos en mi chamarra, cubiertos con la franela.
Emmett: me sacaste un susto.
Dijo respirando hondo.
Rosalíe: ¿de dónde los sacaste?
Dijo mirando fijamente a los pequeños conejitos.
Eli: En el bosque.
Cuando dije eso, les conté todo lo que hice en la mañana y ellos me miraban con precaución.
Rosalíe: cariño, no entres al bosque sola.
Dijo preocupada.
Eli: sí, es solo que quería pensar.
Después de platicar unos minutos, tomé a mis pequeños bebés y me fui a la mesa donde estaba Zoé, Dylan y Angela.
Después de comer, pude notar que Edward no se paró en el comedor.
Zoé: Hablarás con Edward.
Dijo susurrándome en el oído.
Eli: Quiero hablar con él.
Dije mirando todo el lugar buscándolo.
Zoé: Mucha suerte, amiga.
Dijo feliz por mí.
Eli: Gracias.
El día estaba por terminar. Yo ya estaba en el cofre de mi carro mirando todo el lugar en busca de Edward, pero sin suerte. Sin más, fui con Rosalíe y le pregunté si había visto a Edward, pero ella negó. Dijo que solo lo vio antes de salir de casa, y sin más me despedí de ellos y me fui a mi coche.
Zoé: ¿Dónde está tu chico?
Dijo mirándome fijamente.
Eli: No sé.
Dije desanimada.
Zoé: ¿Y piensas declararle tus sentimientos?
Dijo levantándome una ceja.
Eli: Zoé, no me pongas nerviosa.
Dije sin más.
Dylan: Zoé, ya vámonos.
Dijo dejando su mochila en la parte de atrás de su coche.
Zoé: Ya voy, señor enojón.
Dijo mirando a Dylan.
Zoé: Suerte.
Dijo abrazándome antes de irse.
Eli: Gracias.
Dije devolviéndole el abrazo.
Dylan: Bueno, nos vemos, Eli.
Dijo con una sonrisa.
Eli: Adiós, Dylan.
Él me abrazó con fuerza.
Eli: Nos vemos.
Dije separándome del abrazo.
Dylan: Adiós, ve directo a casa.
Dicho esto, Dylan se subió a su auto y se fue con Zoé.
Después de ver cómo el auto de Dylan se iba, yo subí a mi auto y empecé a manejar.
Después de 10 minutos conduciendo, vi el carro de Edward parado a la orilla de la carretera y él estaba recargado en la cajuela de su auto. Sin más, me estacioné detrás de él. Él solo me miró con sus ojos dorados y se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el bosque. Yo, sin más, bajé de mi auto y con rapidez empecé a caminar en el bosque detrás de él. Él no se detuvo y se adentró más. Después de 15 minutos caminando en el bosque, yo ya estaba cansada.
Eli: Edward, por favor, ¿puedes parar?
Dije algo agitada.
Edward: Me tomó un poco de tiempo pensar qué había pasado.
Dijo parándose.
Eli: ¿Qué pensaste?
Dije agitada.
Edward: En ti.
Dijo mirándome.
Eli: ¿De qué hablas?
Dije avergonzada.
Edward: No sé por qué me acerqué a ti en primer lugar.
Dijo sin rodeos.
Eli: ¿Qué?
Dije sintiendo como mi corazón se partía.
Edward: pensé , que tienes tu de especial.
Dijo mirándome fijamente.
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Crepúsculo × Eli
FanficEli una chica de 17 años se muda a forks junto a su madre tras El engaño de su padre , qué pasará con Eli y con los seres misteriosos que habitan en forks (Esta historia está pasada en la película de Crepúsculo aunque no todo) (la historia de Crepús...