Capitulo. 38. Isabella swan

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Después de casi una hora y media armando las casas de campaña e inflando mi colchón inflable, decidimos hacer un reconocimiento de la zona.

Dimos un recorrido de aproximadamente 10 minutos. Al llegar, vimos que ya estaban Jessica, Lia y los demás, y, por supuesto, Isabella Swan.

Jessica: Hola, Elizabeth.

Dijo con alegría.

Eli: Hola, Jessica.

Dije sin más.

Lia: Bella, saluda.

Dijo en tono burlón.

Isabella: Hola, Elizabeth.

Dijo rodando los ojos.

Eli: Hola, Isabella.

Dije cordialmente.

Después de otras dos horas, el grupo de Jessica puso sus casas de campaña y se juntaron conmigo y Dylan.

Make: ¿Por qué no hacemos una fogata, ya que está oscureciendo y la temperatura ya está bajando?

Propuso, poniendo una silla al lado de mí.

Dylan: Es muy buena idea.

Dijo Dylan levantándose de su silla.

Erick: Eli, ¿puedes ir al auto de Tyler? Porque ahí tenemos malvaviscos y chocolates para asar.

Dijo sin más.

Eli: Claro, ¿por qué no?

Dije sin más, parándome de mi silla.

Cuando llegué al auto de Tyler, abrí la parte de atrás y tomé los malvaviscos, los chocolates y los pinchos donde los pondríamos para asar.

Isabella: Así que, ¿cómo vas con Edward?

Dijo en modo burlón.

Eli: No es de tu incumbencia.

Dije cerrando la puerta.

Isabella: Claro que lo es, por tu culpa la familia Cullen ya no me quiere cerca. La única que me quiere cerca es Alice, todo es tu culpa.

Dijo acercándose a mí de modo intimidante.

Isabella: ¿Acaso ya te dijo su secreto?

Dijo mirándome de arriba a abajo.

Yo, sin más, pasé a un lado de ella y me adentré en el bosque.

Eli: No me interesa.

Dije sin más.

Isabella: Así que no te ha contado su secreto.

Dijo caminando así mi
Y volteándome con brusquedad.

Eli: Isabella, suéltame, me lastimas.

Dije sintiendo el dolor de sus manos que me apretaban los hombros.

Isabella: Pues yo te diré su secreto.

Dijo empujándome al suelo.

Eli: Isabella, ¿qué te pasa?

Dije soportando el dolor de la caída.

Isabella: No me pasa nada, solo estoy recuperando lo que me pertenece.

Dijo acercándose a mí. Yo me puse de rodillas para recoger lo que se me cayó cuando Isabella me empujó. Al intentar alcanzar una bolsa de malvaviscos, Isabella con su pie me pisó la mano.

Eli: ¿Pero qué haces?

Dije sintiendo el dolor de la pisada de Isabella.

Isabella: Sabes que la familia Cullen son vampiros.

Dijo mirándome desde arriba.

Eli: ¿De qué hablas?

Dije confundida. Isabella quitó su pie y caminó al otro lado.

Isabella: ¿Que no te lo dijo?

Dijo de manera arrogante.

Eli: De verdad que estás loca.

Dije levantándome del piso.

Isabella: Ellos son unos monstruos que chupan sangre, son horribles.

Dijo Isabella mirándome fijamente.

Eli: ¿Y qué más da? Si son vampiros, perros, gatos, no te da el derecho de decir si son o no son monstruos.

Dije sin más. Ella se acercó para atacarme, pero antes de que me pudiera atacar, yo le di una cachetada.

Eli: Para mí, tú eres el monstruo.

Dije alejándome de ella.

🌒🌒🌒🌒🌒🌒🌒🌒🌒

Después de lo ocurrido con Isabella Swan, ella ya no se me acercó ni para pedirme disculpas, solo se quedó en shock por el golpe que le di.

Después de estar unas cuantas horas en la fogata conviviendo, ya era hora de contar historias aterradoras en la fogata.

Empezó a contar Dylan una historia de una chica sin brazos, que en realidad no fue para nada tenebrosa.

Después de que todos terminaran de contar una historia de terror, ya era hora de dormir. Sin más, Zoé, Angela y yo nos metimos a mi casa de acampar y nos acomodamos para dormir.

Angela: Descansen, chicas.

Dijo Angela tapándose con la cobija.

Zoe y Eli: Igualmente.

Dicho esto, me dirigí a dormir, pero las palabras de Isabella Swan resonaban en mi mente. Y si la familia Cullen era un grupo de vampiros, en el libro decían que su piel era pálida, casi transparente, que con el contacto de los rayos del sol brillaría como un diamante en bruto; su atractivo era lo principal, ya que así atraían a sus presas.

Después de casi una hora pensando, me dio vergüenza pensar que un grupo de personas pudiera ser vampiros, ya que solo esos se encontraban en películas y libros de ciencia ficción.

Eli: Isabella, estás loca. Muero de ansias por contarle a Rosalíe.

Dije en voz baja. Para después dormir.

A la mañana siguiente, me levantó el sonido de la lluvia cayendo en mi casa de campaña. Sin poder volver a dormir, me levanté y me alisté para irme rápido a mi casa.

Después de unas 3 horas, las cosas ya estaban en mi auto y yo iba en rumbo hacia mi casa, la cual, como siempre, estaba sola.

Después de acomodar mis cosas, decidí darme una ducha y ver un rato la televisión.

La tarde se me fue muy rápido viendo la TV. Al darme cuenta de la hora que era, fui hacia la cocina, me preparé algo de comer y regresé al sillón, que fue mi refugio toda la tarde. Después de comer, lavé los trastes y me fui a mi habitación para dormir, ya que estaba muy cansada. Al tocar la almohada, caí en un sueño profundo.

Crepúsculo × EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora