Capitulo. 19.

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Antes de salir de casa en dirección a la escuela, me lavé los dientes y tomé una pastilla para el dolor de cabeza. Al llegar a la escuela, me estacioné al lado del coche de Dylan, él estaba en su teléfono y no me notó llegar. Al salir de mi auto, me acerqué a su ventana y la toqué, esto hizo que se sobresaltara en su asiento. Él volteó a ver quién lo había asustado y al verme sonrió y salió del coche. Los dos nos quedamos platicando, yo estaba sentada en el cofre de mi carro y él estaba recargado en el suyo. Platicamos aproximadamente unos 10 minutos cuando a lo lejos vimos los carros de la familia Cullen. Los dos miramos los carros que se estacionaron en el otro extremo del estacionamiento, de dichos carros salieron Rosalíe y Emmett, y del otro carro salieron Jasper y Alice. Rosalíe me vio y me saludó con la mano y Emmett hizo lo mismo imitando la acción de Rosalíe, yo levanté la mano y los saludé con felicidad.

Dylan: ¿Conoces a Rosalíe y a Emmett Cullen?

Dijo Dylan con una cara seria.

Eli: Sí, me caen bien.

Dije con emoción.

Dylan: Será mejor que te alejes de ellos.

Dijo Dylan con cara y tono serio.

Eli: Dylan, me caes muy bien, pero no haré lo que tú me digas. Lo lamento.

Dije sin más.

Dylan: Cuando pase algo, vas a venir hacia mí y me vas a decir que yo tenía razón.

Dijo Dylan mirándome con seriedad.

Yo, con enojo, me paré de mi carro, tomé mi mochila y no dije nada, solo me fui. Al entrar a la escuela, me dirigí hacia mi casillero, saqué varias cosas y me fui en busca de mi salón. Cuando encontré el salón, el timbre sonó y todos ya estaban en el salón. Al entrar, la profesora me presentó ante todo el grupo y me dijo que me sentara en el fondo. Sin más, me dirigí al fondo del salón. Las personas me miraban mientras iba caminando, al llegar, me quedé parada en la esquina de la mesa, ya que quien estaba sentado era el chico grosero, Edward Cullen.

Eli: Oh, dios mío, no puede ser.

Dije entre dientes, poniendo los ojos en blanco. Me quedé parada unos segundos.

Edward: ¿No piensas sentarte?

Dijo con cara de fastidio.

Eli: Claro, con permiso.

Dije y me senté a su lado.

Maestra: Qué bueno que hoy entraste, Elizabeth, porque hoy será una actividad en parejas.

Dijo la maestra mientras los alumnos decían que no y otros dejaban salir suspiros.

Después de unos minutos, la maestra nos explicó la actividad y nos entregó las hojas donde irían las respuestas.

Después de unos minutos de silencio, Edward habló.

Edward: ¿Te parece si empezamos?

Dijo poniendo una de las hojas enfrente de mí.

Eli: Sí.

Dije sin más. Yo empecé a leer las hojas que Edward me entregó, al terminar de leer, miré hacia la ventana del aula. Ya había empezado a llover y las gotas que chocaban en el vidrio de aquella ventana me hicieron esbozar una sonrisa.

Edward: ¿Qué ves?

Dijo acercándose a mí.

Crepúsculo × EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora