Desde el cielo [Rami Malek]©

Prólogo.

Ese día amenazó una tormenta, cuando desde que amaneció el cielo estuvo gris con tonalidades negras, y en el atardecer, se tornó de tonos rojitos y purpuras. Las pequeñas gotas que lograron caer, habían estancado un poco de agua sobre el asfalto. Cuando ella caminó sobre ellos, salpicó un poco de agua en sus tenis viejos. Llevaba pantalones y una sudadera con capucha. Entró al mismo lugar donde había entrado todas las noches en los últimos meses, con un solo plan en su mente, un plan que la había matado casi por dentro. Su corazón estaba tan agitado que temía que saliera de su pecho con un salto. Se limpió la nariz húmeda con el dorso de su mano. El humo del cigarrillo en el lugar ya no le molestaba. El barullo de gente alcoholizada y drogada ya no le impactaba, había estado muchas noches trabajando ahí, aunque su atención solo se enfocará en la puerta blanca al fondo del ancho pasillo del bar, iluminado por luces mayormente de colores rojo y azul. Estaba de pie a un metro de esa puerta por primera vez en meses. Había recibido muchas advertencias de que no se acercara ahí, pues al dueño del Club Diablo no le gustaba que lo molestaran, sin embargo, ya no podía más, ya no lo soportaba. Quería abrir con todas sus fuerzas y coraje aquella puerta, ver a los ojos al hombre que le había quitado lo que más amaba y dispararle en la cabeza.

Trató de mantener su respiración normal y calmar su corazón, haciendo que su enojo dominara su temor y la adrenalina le ayudara a jalar del gatillo. Aspiró aire contaminado, dio un paso largo y abrió la puerta de un jalón. Detuvo su arma en su espalda sin sacarla, cuando vio a un chico girar su cabeza y mirarla sorprendido.

Sus piernas flaquearon. Sus ojos se posaron sobre ella, y la sorpresa pasó a ser uno de confusión mezclado con preocupación. El hombre que amaba no podía estar ahí, no podía ser el dueño del lugar, y no podía ser el responsable de que su vida haya sido tan miserable desde aquella noche en que todo se quemó, en donde todo dentro de ella se quebró, y tampoco podía ser el responsable de que su corazón latiera desenfrenado, que su estómago sintiera pequeños aleteos, que su rostro se sonrojara y que fuera su mayor debilidad sus besos, sus abrazos y la forma tan tierna en que la miraba y le decía que la amaba.

No podía dar un paso atrás, esa noche acabaría con todo. Se lo prometió a ella misma y a su madre. Empuñó el arma, al momento que comenzaron a escucharse los disparos...

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Hola, chicas. ¿Cómo están? 

Esta será probablemente mi ultima novela de Rami, sé que tengo una inconclusa, pero me sentí inspirada de repente por esta  historia que no dejaba mi cabeza desde hace meses y como siempre, quise compartirla con ustedes. Deseo que les guste esta tanto como las otras y que me dejen sus lindos comentarios , ustedes son quienes me inspiran más a escribir que el mismísimo Rami Malek. ¡Las quiero mucho!