Desde el cielo [Rami Malek]©

Capítulo 28. No te alejes de mí.

Mali estuvo indecisa entre decirle o no a Rami sobre los mensajes que recibió de Brad durante la madrugada. Dado a los eventos transcurridos, Rami le prohibiría acercase a un hombre que estaba siendo buscando por la policía por tratar de matarla, y aunque la había llevado a verlo en el hospital, no era lo mismo una vez fuera de la camilla, en cualquier momento podría intentar lastimarla. Sin embargo, la curiosidad de Mali la cegó de toda racionalidad. Durante sus clases de la mañana en la universidad se salió y fue directo a la casa de Brad. Tuvo que tomar un autobús para poder llegar, y bajándose del transporte caminó solo un par de cuadras hasta llegar a la casa, cruzó el jardín verde y golpeó la puerta. Escuchó un grito adentro y luego unos pasos pesados. La puerta se abrió con rapidez y Brad jaló a Mali del brazo metiéndola de prisa a la casa.

—Te dije que vinieras por la tarde.

—No creí que pudiera escaparme por la tarde.

—¿Vienes sola?.—la chica asintió con la cabeza. Respiró y olió algo extraño.—Vamos a mi habitación.—no sabía porque estaba confiando en Brad, pero algo le dio un mal presentimiento en ese momento. Subió las escaleras detrás de él y en el pasillo observó a sus padres guardando cosas en cajas y ropa en unas valijas.

—¿Irán de viaje?

—Nos iremos. Después de esto no estamos seguros.—respondió paranoico.

—¿Dime que pasa?.—entraron a su habitación, él cerró la puerta y lo miró, su rostro ya había mejorado por los golpes.

—Antes necesito que me digas ¿qué relación con Rami Malek tienes?

—Es mi novio. ¿a qué viene esto? ¿dijiste que la persona responsable está cerca de mí? ¿Quién es, es Everly?

—No, sin duda es un hombre. Ese hombre habló sobre que puede hacer desaparecer personas en un santiamén o ponerlas a trabajar para él. Y puede que sea un familiar muy cercano a tu novio.

—¿Qué quieres decir?.—antes de que pudiera hablar, un temblor en la casa los hizo perder el equilibrio, una explosión había sucedido en el cuarto de abajo, las llamas comenzaron a consumir todo demasiado rápido, ambos se asomaron al pasillo y la habitación de sus padres estaba cerrada.

—¡Vete!.—gritó Brad empujando a Mali por su habitación hasta la ventana.

—¡Espera!.—la mujer gritó cuando cayó hasta la primer planta rasguñándose pero amortiguando su caída en unos arbustos. Se incorporó esperando que Brad saltara también, pero no lo hizo.

Con las manos temblando y lágrimas escurriéndole, llamo a emergencias. Miró desde la distancia como el fuego consumía la casa y nadie más volvió a salir de ella. Se tumbó al jardín sollozando. Aquel extraño olor que notó en la casa pudo haber sido gas o combustible, aquel maldito hombre hizo lo mismo que hizo en el restaurante de su madre.

¿El haberle pedido que fuera a su casa sería una trampa? ¿iba a matarla a ella de nuevo pero se arrepintió sacrificándose? Pensó una y mil posibilidades cuando iba de regreso a casa, decidida a terminar con esto de una vez por todas. En la mansión buscó su mochila donde dentro tenía el arma que había escondido de su madre. Se vistió con unos pantalones viejos, una sudadera y unos tenis. El día estaba nublado y en la radio daban alerta de una tormenta tropical con probabilidad de huracán. Salió de la casa y se dirigió a la playa. Caminó alejándose del paseo marítimo, tratando de encontrar aquella playa privada donde la había llevado Ben, necesitaba tumbarse a llorar un rato y luego respirar profundamente. Así lo hizo cuando llegó. Se tiró sobre la arena de rodillas y comenzó a llorar fuerte, abriendo su garganta y su pecho sacando todo su dolor, su impotencia y su rabia. Aquella persona estaba arrasando con todo a su paso, y temía que continuara matando a más gente cercana a ella. Tuvo miedo por Rami, Ben, Everly, o por cualquier persona que se cruzara por su camino y que estrechara un lazo con ella. ¿Qué tenía que hacer ante eso? ¿Alejarse y obligar a la gente que la amaba y que ella amaba a alejarse y olvidarla para siempre, o matar de una vez a ese desgraciado?