Capítulo 22. No es suficiente.

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Mali se mantuvo callada durante el camino al hospital. Rami condujo igual sin decir nada, pero atento a cualquier situación. Cuando llegaron al hospital, el chico distrajo a las enfermeras como dijo para que Mali entrara a la habitación. La chica se adentró en silencio observando detenidamente si alguien más se encontraba ahí aparte del cuerpo reposando de Brad. Se inclinó sobre la cama con detenimiento, confirmando que Brad estaba dormido.

—¿Qué haces aquí?.—preguntó el chico sin abrir los ojos. Mali dio un salto de la impresión. Brad encendió la lámpara en la mesita de su costado, y el rostro hinchado del joven se hizo visible. Uno de sus ojos estaba cerrado por los golpes. Se quejó de dolor al incorporarse. Mali guardó silencio al verlo así.—No presentaré cargos si eso es lo que te preocupa. No debería haber estado ahí en primer lugar.

—¿Quién es ese hombre del que hablaste? Necesito saberlo.—habló la chica en voz baja.

—No tengo idea. Jamás lo vi.

—Brad, por favor.—suplicó.—Él mató a mi madre. Si alguna vez me quisiste un poco por lo menos...—lloró.—¿Tus padres saben quién es? ¿podría hablar con ellos?

—Sería peligroso. Ellos le guardan una especie de devoción por todos estos años. No te dirían nada o irían a decirle que lo estás buscando.—dijo con honestidad.

—Él ya sabe que estoy buscándolo, y se divierte con ello.—dijo lo último con coraje.

—¿Por eso trabajas ahí?

—Siento que estoy cerca, pero al mismo tiempo estoy atrapada. Él siempre está un paso delante de mí. Me observa en todo momento, me envía mensajes y fotos en donde parece estar cerca...

—Quizás sea alguien muy cercano a ti. Alguien de tu nueva familia.—atinó. No, no quería pensarlo de nuevo. ¿podría tratarse de Everly? Ya había superado aquello, pero si sabía lo que pasaba en el momento en que pasaba, debía ser ella. Su perfecto escondite era hacerse pasar por hombre. Everly era atenta, amable y siempre tenía una sonrisa, podría ser solo una fachada.

—Lo lamento mucho, Mali.—dijo Brad.—Fui un completo imbécil todo este tiempo. No merecías nada de lo que te hice, ahora creo que solo fui un peón en todo este juego, y no sé cómo salir de él.

—Puedes seguir con tu vida, Brad. No has perdido nada, y si lo que hiciste te hace sentir mal, aléjate de mí y te perdonaré. El cariño que te tuve algún día fue solo eso, y ya no existe.—termina y salió de la habitación con rapidez.

Rami observó a la chica salir por la puerta de enfrente y la siguió, deteniéndola en el estacionamiento.

—¿Estás bien, Mali? ¿Qué sucedió?.—la sujetó del brazo y la miró con atención.

—Brad no sabe nada. Como todos jamás vio a ese hombre.—dijo molesta pero con lágrimas en los ojos.

—Tranquila, hey.—la sujeto del rostro para mirarla a los ojos.—Todo estará bien, estoy aquí contigo.—la chica se tranquilizó y lo abrazó.—Hay que ir a casa. Necesitas descansar.—dijo y se dirigieron al auto, él le abrió la puerta y la cerró cuando ella se subió, luego el chico condujo.

La mañana siguiente era domingo. Mali despertó temprano y se dispuso a tomar una ducha, cuando había terminado de vestirse, alguien tocó a su puerta. Al abrirla se encontró con la otra rubia.

—Hola, Mali. Buenos días.—dijo Lucy con una sonrisa.—Preparé pancakes con tocino, ¿te apetece?

—Hola. Si claro. Gracias.—Mali sonrió algo nerviosa y salió de la habitación, bajaron juntas las escaleras hacia la cocina y la otra rubia rápido sirvió dos platos. A Mali se le hizo extraño no ver a Ben y a Rami despiertos.

Desde el cielo [Rami Malek]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora