Capítulo 8. El club diablo.

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Al despertar por la mañana en la habitación de su amiga, se percató que ella estaba alistándose para salir.

—Lo siento. No quería despertarte.—murmuró Lucy.

—¿Vas a la universidad?.—la otra respondió asintiendo con la cabeza.—Quiero ir.—su amiga le sonrió.

—Genial.—celebró su amiga. Mali se incorporó y se metió en la ducha. Una vez salió limpia, buscó entre su valija algo limpio que ponerse. Tomó un vestido verde con mangas con un listón en la cintura. Al vestirse luego se colocó sus viejos tenis blancos y cepillo su cabello dejándolo suelto. Ambas bajaron y tomaron un poco de cereal antes de salir. En la cocina, se encontraron con Ben.

—Hola, Mali. ¿Qué tal tu noche? ¿pudiste dormir?.—le preguntó el chico con suma atención.

—Si. Gracias.—le sonrió y al chico casi se le va el aliento. Se dio cuenta en ese momento, lo enamorado que estaba de ella, y decirle que la quería en ese momento de luto, sería muy egoísta. Tendría que ser paciente, demostrarle su amor con atenciones, tiempo y afecto, ahora que vivía con ellos, tenía oportunidad.

—Llegaremos tarde con el profesor Mattew.—apuró Lucy.

Los tres chicos se subieron a la camioneta y el chofer los dejó en la entrada del campus. Los hermanos caminaron a paso acelerado mientras Mali se tomó su tiempo para llegar. Antes de entrar al edificio de las aulas, una voz la detuvo. La chica observó a su ex novio a un metro de ella, mirándola con timidez.

—Hola.—dijo el chico con tono bajo. Mali no respondió, esperando que dijera algo, y honestamente ella no tenía nada que decirle. El castaño desapareció la distancia entre ellos y la abrazó. Mali se quedó un tanto estática sin responder a su gesto.

—Lamento lo que pasó. No puedo imaginar lo que estás pasando.—el chico se alejó y la miró.—Si necesitas algo, puedes pedírmelo. Sé que no estamos juntos, pero...

—No te preocupes.—lo interrumpió.—Estoy bien. No necesitas ofrecerme nada.—se alejó de él, sintiéndose terrible.

—Mali, por favor...--la chica corrió hasta el campus donde estaba la bodega donde guardaba su bici. Al cruzar el pasillo se recargó en la pared y comenzó a llorar. Se sentó en el césped y tapó su boca para evitar que sus sollozos se volvieran audibles. A lo lejos, Ben y Rami habían observado la escena del abrazo con Brad, quienes se quedaron sin intervenir.

Mali sacó el teléfono de su bolsillo y miró el rostro de su madre en la pequeña pantalla. Pronto, una llamada de un número no registrado entró. La chica contestó.

—¿Hola?.—una respiración entrecortada y silencio se escuchó del otro lado, unos segundos después repitió el saludo y la llamada se cortó. Mali observó el número y lo comparó con el destinatario del último mensaje que había mandado su madre, era el mismo.

Se quedó pensativa, ¿Por qué esa persona estaba llamando? ¿acaso no sabía que su madre había muerto? ¿Qué sabia esa persona del incendio? ¿habría hablado con Kelsy antes de que muriera? Mali regresó la llamada al mismo número pero no obtuvo éxito alguno, pues la persona no respondió.

Pensó que quizás Noah sabría algo, o le daría algo de información al respecto de por qué su madre estaba ahí esa noche. Los policías decían que el incendio inicio por una fuga de gas, pero su madre siempre fue cuidadosa con eso, todos conocían los riesgos así que tomaban sus precauciones. Todo eso de los mensajes y las llamadas eran extrañas. De inmediato pensó, que el incendio no había sido un accidente.

Se levantó del suelo y tecleó un mensaje para Noah

"Necesitamos hablar. Soy Mali"

Volvió por el pasillo del campus y lo cruzó, decidida a salir de la universidad para hablar con la mujer y aclarar un poco su mente, sin embargo, una mano fuerte la sostuvo del brazo. Rami Malek la observó en silencio mientras ella abrió los ojos y se quejó. Cuando supo que se trataba de él se jaló sin éxito.

Desde el cielo [Rami Malek]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora