Capítulo 13. Un amor tan bonito.

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Mali cruzó la puerta de la entrada de la mansión y fue directo a la habitación de Ben, dejando su mochila al finalizar las escaleras. Tocó un par de veces la puerta y entró luego de una leve invitación. El rubio estaba sentado recargado con la espalda en la cabecera de la cama. Cuando vio a su chica acercarse sonrió.

-Hola. ¿cómo te sientes?.-preguntó la chica con una sonrisa brillante.

-Mejor ahora que estás aquí.-sujetó su mano y la besó.

-Estaba preocupada.

-Debo pedirte una disculpa. Ese comportamiento es inaceptable, pero ya no podía tolerar más las actitudes de Brad.

-No tienes que disculparte. Yo debo agradecerte. Desde que llegué a la universidad has sido el único en apoyarme y defenderme. Eres un hombre maravilloso, Ben.-el rubio, emocionado, jaló levemente su brazo para invitarla a sentarse. Cuando ambos estuvieron a la misma altura, el chico sujetó su mejilla para atraer su rostro y darle un dulce beso. La chica aceptó su beso cerrando los ojos y respondiendo a la caricia de su lengua. Ben se alejó un poco.

-No respondiste.-recordó, ante la pregunta que le había hecho antes del acontecimiento. Mali mordió su labio nerviosa y sonrojada.

-Yo...--antes de que respondiera, la madre del chico irrumpió en la habitación, rompiendo toda la magia del momento. La chica se levantó de la cama de golpe.

-Lo siento, cariño. Te subí el almuerzo.-dijo la mujer.

-No es necesario, mamá. Solo fue un golpe, no estoy enfermo.

-Pero te dieron medicamento, debes reposar.-Blair pasó por alado de Mali y ella incomoda se alejó hasta la salida, pues su madre se quedó un rato en la habitación.


Antes de las siete de la noche, Mali salió de la casa por la puerta trasera, se adentró al paseo marítimo llegando pronto al Club diablo. El lugar estaba levemente poblado, pues era temprano para que la gente comenzara a concurrir los bares del lugar. Solo dio un par de pasos cuando Taylor gritó al verla.

-¡Qué bueno que viniste! Mira qué lindo cabello tienes, lástima que tendremos que ocultarlo.

-¿De qué hablas?

-Tu identidad será muy importante, te lo dije, algunos hombres que vienen aquí están dementes. yo digo que una peluca castaña ¡ah! Y tenemos que pensar en un nombre.-dijo pensativa y dos chicas más se acercaron a la charla y se presentaron con sus nombres artísticos: Candy y Sun.

-¿Qué tal burbuja?.-dijo Candy.

-Mmm, ¿qué tal mariposa?.-dijo Taylor.

-Me gusta libélula. Es original.-dijo Sun.

-¡Diste en el clavo, Sun! Bien, te leeré los términos y condiciones para que no quemes tus bellas pestañas.-dijo Taylor jalándola mientras la abrazaba de los hombros y la dirigía a la barra. Ambas tomaron asiento en un taburete y la mujer le pasó un par de hojas.

-Confidencialidad y contrato, ya sabes, para hacer legal todo este asunto. Lo importante es que no puedes decirle tu identidad a nadie dentro de estas paredes, tampoco puedes hablar de este lugar fuera de estas paredes. Tu función, básicamente seria atender mesas, saludar, verte linda y los clientes pueden ofrecerte muchos tratos y pagarte una cantidad muy grande. Sino te sientes cómoda con algún cliente oprimirás el botón de esta alarma.-dijo pasándole un llavero en forma de linterna.-Nuestros guardaespaldas recibirán un llamado con tu nombre e irán a auxiliarte en seguida. Ah, y recuerda, acercarte a la puerta blanca puede costarte más que un despido. Te lo digo muy enserio. No trates de entrar ahí ni por equivocación.-dijo con semblante serio.

Desde el cielo [Rami Malek]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora