❄️Capítulo 4: Un pequeño regalo de cumpleaños

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—¿Nie HuaiSang estará de acuerdo en que yo asista?—, preguntó Wei WuXian, ayudando a Lan WangJi a atar su corbata.

—Él mismo me pidió que te llevara—, respondió Lan WangJi, levantando su rostro para que Wei WuXian pudiera acomodar también el cuello de su camisa, pensando qué, incluso si no lo hubiera hecho él llevaría a Wei WuXian o simplemente preferiría quedarse en casa con él a asistir a un lugar donde su Omega no era bienvenido, pero Nie HuaiSang nunca haría de menos a su esposo, fue claro cuando llamó, diciendo que si asistía solo de nuevo, no lo dejaría entrar.—Si estás cansado o no tienes ganas de ir, podemos quedarnos.

Wei WuXian negó con la cabeza, resoplando mientras decía: —Los eventos de Nie HuaiSang no son muy privados, sabes.

Lan WangJi miró a Wei WuXian sin entender a qué se refería con eso.

—Quiero decir, habrá fotógrafos y reporteros, um, bueno, ya no puedo ocultarlo debajo de la ropa.

—No tienes por qué hacerlo, no me molesta que todos se enteren que mi Omega va a darme un hijo.

Si era sincero, quería ver la expresión de los Alfas al enterarse del embarazo de Wei WuXian.

Aún podía recordar aquella conversación de copas entre un grupo de Alfas, quienes habían menospreciaron explícita e implícitamente a los Omegas masculinos, incluso uno de ellos no fue capaz de controlar su boca y se había compadecido de Lan WangJi por haberse casado con un Omega tan diferente que trataba de imitar a un Alfa, también tuvo el descaro de decir que le presentaría a una Omega, hermosa y divertida, a diferencia del poco agraciado y aburrido de su esposo, quien seguramente ni podría darle hijos, ya que la posibilidad de que un Omega masculino se embarazara era muy baja.

Las palabras ni siquiera habían abandonado por completo sus labios cuando las feromonas feroces de Lan WangJi lo clavaron en la pared, congelando —literalmente— la parte baja de su cuerpo.

Cayó de rodillas cuando Lan WangJi retiró sus feromonas, pero, la opresión fue tal que no necesito exigir una disculpa, las palabras del hombre salieron llenas de arrepentimiento, asegurando que no volvería a decir nada malo contra Wei WuXian y, después de que alguien lo ayudará a levantarse, se retiró del lugar, evitando acercarse a Lan WangJi en cada uno de los eventos en los que coincidieron después de ese día, pero ahora, no estaría mal saludarlo y mostrarle que todas y cada una de sus palabras estaban más que equivocadas.

No todo se trataba de su dignidad como Alfa, la crueldad que estalló en los ojos de Lan WangJi en ese momento provenía del hecho de que la persona que amaba en secreto había sido menospreciada.

—¿Esa fue una sonrisa altanera de nuevo?—, preguntó Wei WuXian, sacando al Alfa de sus pensamientos y estirando su dedo para tocar sus labios.

—Quiero callar algunas bocas—, admitió Lan WangJi, besando la yema de su dedo. —Y quiero presumir a mi hermoso Omega embarazado.

Tonto—, murmuró Wei WuXian, riéndose para disimular el rubor que se extendió por sus mejillas.

Lan WangJi volvió a sonreír, inclinándose para besar sus labios mientras se movía con la intención de guiarlos hacia la cama, pero Wei WuXian rompió el beso, haciendo que, cualquiera que fueran sus intenciones, se vieran interrumpidas.

—Si llegamos a la cama, estoy seguro que no asistiremos a la fiesta cumpleaños de Nie HuaiSang, ¿Realmente es eso lo que quieres—, Wei WuXian estaba tratando de bromear, pero la mirada de Lan WangJi se oscureció por completo y trató de volver a besarlo.—Qué Alfa tan pervertido—, se burló, esquivando su beso. — Vámonos antes de que se terminen los  char siu bao que preparó YanLi-Jie.

Nuestra Vida Después Del Divorcio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora