❄️Capítulo 10: Una energía poderosa

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La niebla oscura se elevó lentamente sobre el cuerpo de Mo Huang y una vaga silueta empezó a tomar forma ante sus ojos.

Parecía un fénix, con las alas extendidas y una cola tan larga como su propio cuerpo, las plumas eran completamente negras y la niebla oscura cambió a un rojo intenso que se asemejaba a llamas que rodeaban cada parte de ese ser.

Mo Huang tragó saliva, sentándose de golpe en el suelo cuando el fénix se abalanzó sobre él antes de desaparecer por completo.

«¿Qué carajos fue eso», se preguntó Mo Huang, jadeando con fuerza mientras su mirada se dirigía a Wei WuXian, quien seguía sentado en la cama, completamente tranquilo, acariciando el pelaje del zorro en su regazo para mantenerlo calmado.

Mo Huang tragó saliva una vez más, tratando de calmarse y pensar con claridad, buscando una explicación razonable para lo que había pasado, ya que se negaba a creer que tal poder emanaba de Wei WuXian, así que giró su rostro hacia el otro hombre que estaba en la habitación.

El rostro de dicho hombre parecía imperturbable, como si la supresión de feromonas no lo hubiera afectado en absoluto y como si no hubiera sido capaz de ver lo que él vió, la sonrisa forzada que curvaba sus labios seguía siendo amable, pero había una chispa de advertencia en su mirada.

Sus facciones eran bellas, como todas las de los Lan y el parecido con Lan WangJi era innegable, así que dedujo que ese era su medio hermano, Lan XiChen.

Era alto, o su postura completamente erguida lo hacía parecer alto, su cuerpo era delgado y, si Mo Huang no hubiera captado la ligera curvatura de sus caderas, lo hubiera confundido con un Alfa, pero era claro que era un Omega.

«Esto es imposible», pensó Mo Huang dirigiendo su mirada de nuevo hacia Wei WuXian.

Los Omegas no tienen el poder para someter a un Alfa, mucho menos Omegas como Wei WuXian, quien toda su vida ha sido una marioneta sumisa, dispuesto a doblegarse con tal de no ser abandonado.
  
Lan XiChen se movió, colocándose delante de Wei WuXian, mientras el zorro saltaba de la cama y caminaba tranquilamente hasta estar a escasos centímetros del rostro de Mo Huang, mostrando sus afilados colmillos mientras su gélida respiración se derramaba sobre su rostro.

Mo Huang no se atrevió a mover ni siquiera un dedo por dos razones; la primera: estaba seguro que no podría mantenerse de pie aunque lo intentara debido a la supresión que aún sentía sobre él, la segunda: sabía que no era rival para ese zorro.

—SiZhui—, murmuró Wei WuXian, haciendo que él pequeño zorro girara su rostro para mirarlo tan pronto como escuchó el llamado.

A juzgar por la expresión en el rostro de Mo Huang, Wei WuXian supo que el Alfa pensó que le ordenaría atacarlo, por lo que no pudo evitar reírse mientras se levantaba de la cama, limitándose a negar con la cabeza para hacerle saber a su zorro que no hiciera nada más.

Si la situación fuera diferente, Wei WuXian no detendría a SiZhui, pero, justo ahora, sabía que cualquier cosa que hiciera le iba a dar a Mo Huang un pretexto más para acusar a Lan WangJi de ser agresivo.

—Lan Zhan...— Wei WuXian miró a Lan XiChen, su expresión era seria pero no se mostraba alterado o inquieto al decir: —Quiero saber dónde está en este momento.

—WuXian, WangJi sabe cómo arreglar esta situación, no necesitas preocuparte.

—XiChen-Ge—, Wei WuXian sonrió, tan tranquilamente, demasiado tranquilamente, que hizo que Lan XiChen tragara saliva.—Sé lo capaz que es Lan Zhan, pero, no has respondido a mi pregunta, ¿En dónde está exactamente mi Alfa en este momento?

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