I. Caution

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La relación de Sanha y Bin es un estire y afloja, han vivido de esa manera desde que los padres de Sanha adoptaron a Bin cuando este perdió a sus padres, sin contar que sus personalidades y vidas son tan opuestas, sin contar la condición de Sanha que la ha mantenido secreta a petición de su madre.

Bin fue el primero en salirse de su hogar ya que Sanha por cualquier cosa buscaba pelea, no deseaba ser un problema para sus padres adoptivos después de que han sido demasiado bueno con él, jamás entendió por el menor se molestaba con él por el más mínimo detalle. Después se salió Sanha ya que por su trabajo se tuvo que mudar de cuidad para estar cerca de la agencia que lo representaba y sobre todo de la pista de carreras para seguir con sus entrenamientos.

Pero, ahora que su hermano se ha independizado sus padres están preocupados cada vez que no responde, Bin al estar en la cuidad dónde vive su hermano le hizo el favor a sus padres de irle a echar un vistazo. Sinceramente a Bin jamás le cayó mal su hermano adoptivo así que para él no era ninguna molestia cuidar de Sanha, al fin y al cabo eran familia, aunque este último lo trata como un usurpador.

Bin miró si el número de departamento era correcto, no es que esté mal, pero para ser uno de los mejores corredores del país su departamento era modesto. Tocó el timbre y en silencio espero una respuesta, no tardó mucho en escuchar unos pasos acercarse.

Al abrirse la puerta para dejar ver a Sanha recién levantado, fue algo que perturbó la paz de Bin, no podía dejar de mirarlo ya que para él estaba teniendo una vista demasiado sexy, sobre todo cuando esas clavículas pálidas estaban expuestas gracias a esa camisa holgada.

Tú... –Gruñó Sanha mirando fijamente al recién llegado con una mezcla de asombro y recelo, sus mejillas se sonrojaron ligeramente, sus ojos color miel se entrecerraron levemente ante la imponente figura de su hermano mayor adoptivo.

¿Puedo pasar o le negarás la entrada a tu hermano mayor? –Preguntó al ver que el joven no hacía nada, Sanha se hizo a un lado de manera automática, sin decir palabra alguna, permitiéndole el paso a Bin al interior de su departamento, una vez adentro, cerró la puerta tras de sí y se quedó de pie frente a él, cruzado de brazos en una postura corporal tensa y distante.

No esperaba tu visita... ¿a qué has venido? –Inquirió mirándolo de arriba a abajo con cautela, como tanteando el terreno, y es que sinceramente disfrutaba estar lejos de Bin ya que se podía concentrar de lleno en las carreras.

Nuestros padres están preocupados por que no atiendes el teléfono. –Contestó tomando asiento en el sofá, aprovechó para mandarle un mensaje a su manager para que mandaran a buscarlo ya que parecía que estaba a punto de llover.

No he hablado con nuestros padres en meses, estoy entrenando duro. –Comentó finalmente con su habitual tono carente de emoción alguna cuando se trataba de interactuar con Bin, o al menos eso era lo que intentaba aparentar.

El corredor tomó asiento enfrente de Bin. Sanha era consciente del enorme contraste físico entre ambos y la intimidante presencia de Bin, sabía que su hermano adoptivo podría partirlo por la mitad con relativa facilidad si se lo proponía, quizá por eso se mantenía cauteloso y a la defensiva, sin saber bien cómo proceder al respecto de esta repentina e inesperada visita.

Deberías hablarles más seguido, están preocupados por ti. –Puntualizó Bin, se sentía mal por sus padres adoptivos ya que también tenían que soportar la actitud del menor, la que más sufría por esto era su madre, no entendía el por que siempre vivía angustiada cuando Sanha era un joven adulto independiente.

Entiendo. –Asintió Sanha lentamente. Entonces, ¿viniste a cuidarme? –Preguntó algo irritado, procesando la explicación de Bin mientras apartaba su mirada hacia un costado, a Bin siempre le pareció molesto que Sanha siempre estuviera distante con él, quitando el echo de que le gustaba su menor deseaba llevarse bien con él para que sus padres estén contentos.

CLANDESTINE | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora