XIV. Done deal +18

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Piensas mucho, hasta yo puedo escucharte. –Murmuró Bin, depositando un beso en el hombro de Sanha.

Lo siento, no puedo dejar de pensar que acostarme contigo sigue siendo una mala idea. –El corazón de Bin dolió, a veces se le olvidaba lo directo que podría ser Sanha, sobre todo cruel al momento de decir las cosas con sinceridad.

No lo pienses tanto. –Se removió para estar más cerca de Sanha.

Esto complica las cosas. –Sanha estaba tratando de ser lo más racional posible, pero tratándose de Bin es una misión imposible.

Podemos tener sexo sin complicarnos. –Sanha comenzó a besarlo perezosamente de manera inconsciente solo por que Bin se acercó de más. Puede ser nuestro secreto, ya te lo he dicho. –Correspondió los besos de una manera demandante que hacen temblar a Sanha.

Y yo te he dicho que estamos muertos si alguien nos descubre. –Bin se fue acomodando encima de Sanha. ¿Cómo se supone que ascenderás al líder en el club de élite de nuestro padre? –Sanha le miró atento, sabía de la reputación de Bin y no pensaba ser uno más en la cama del mayor, no cuando le ha gustado desde su adolescencia.

No me interesa, tengo suficiente dinero para tener mi propio grupo. –Comenzó a jugar con el collar que le regaló a Sanha, la piel blanca con pequeñas marcas de chupetones con el brillo del collar que personalmente escogió, era una imagen digna de inmortalizar en su mente y grabar en su corazón. Además ambos disfrutamos de esto, podemos dejarlo en algo casual. –Su mano se fue al pezón para comenzar a jugar. Tal vez cada vez que esté en la ciudad o si coincidimos en viajes. –Bin no estaba dispuesto a retroceder ante el gran avance que tiene con Sanha.

Prefiero que seamos exclusivos. –Soltó un jadeo cuando Bin apretó su pezón. No quiero tener que compartir con un desconocido, es asqueroso.

Bien, seamos exclusivos en el sexo. –Miró atento a la reacción de Sanha.

Está prohibido enamorarse. –Recalcó.

De acuerdo, solo sexo. –Bin no le perdía de vista las reacciones de Sanha, el más joven siempre reaccionaba a su tacto, si se alejaba un poco Sanha por inercia se acercaba o se aferraba su espalda para atraerlo, se arqueaba al instante cuando Bin lo toma de las caderas, era excitante ver lo que provocaba en Sanha.

Solo sexo. –Afirmó el mayor mientras se acomodaba entre las piernas del contrario. Bin... -Las manos de Sanha se aferraron a la espalda de Bin.

Aun no quede satisfecho precioso. –El menor soltó un gemido al sentir el miembro en su entrada, sentía cosquillas con el suave roce. ¿Te he dicho lo mucho que me gustan tus piernas? –Bin pasó una de sus manos en una de las piernas de Sanha, Sanha se arqueó al sentir la mano de Bin, era asombroso como podía sentirlo después de haberla quitado.

N-no... ¡Aah! –Enterró sus uñas en la espalda de Bin, solo había entrado la punta, deseaba más.

Quiero añadir una última cláusula... -Pasó su lengua por el pezón del más joven, provocándole otro gemido.

¿Qu-é... qui-quieres? –Sanha con tan poco ya estaba nublado por la pasión y el deseo que siente por Bin.

Después del sexo quiero dormir y que me prepares la comida. –Soltó Bin atento a la reacción de Sanha, para ver si había alguna señal que le diera esperanza. ¿Trato? –Salió de Sanha, para comenzar a jugar con su entrada provocando que enterrara más las uñas.

No somos pareja... -Soltó en un jadeo, arqueándose para sentir un poco más el miembro del contrario.

Es lo mínimo que puedes hacer por tu compañero de cama o como prefería que me llamaras, tu amante. –Sonrió engreídamente.

Idiota. –Sanha cerró sus ojos tratando de no sentir el placer que le estaba proporcionando este juego.

¿Seguro? –Preguntó divertido, ya que por lo que podía ver estaba hecho un desastre.

¡M-mete-e...mela! –Se arqueó.

Hasta que aceptes precioso. –Susurró en su oído.

Bien, ¡tu ganas! Métela de una vez. –Movió sus caderas con desesperación.

El mayor se separó de Sanha, lo tomó de las caderas y se adentró de una estocada, provocando que el menor soltara un sonoro gemido.

Mierda. –Comenzó a mover las caderas del menor. No tengo mucho de follarte y no dejas de estar tan apretado. –El sonido de choque de pieles era obsceno, crudo... Salió de Sanha, y de un movimiento lo levantó. Móntame. -Al ver que el menor se tardaba en meter su miembro, lo tomó de las caderas y lo sentó de golpe, ya no dejó que marcara un ritmo, por que Bin lo levantaba y bajaba como bestia, Sanha se aferró al cuello de Bin busco sus labios para consolarse un poco, Bin no se hizo del rogar correspondió los besos de manera demandante, como si quisiera grabar sus labios en los del contrario. Ponte en cuatro... -No le dio tiempo de reprochar a Sanha cuando Bin de un movimiento salió y lo puso de rodillas para adentrarse de golpe.

¡Idi-diota... aA! ¡AghAA! –Estaba aferrado a las sábanas para evitar gritar, mientras Bin lo estampaba contra su miembro sin piedad. ¡Me partirás en dos! –Gritó cuando Bin encontró el punto g, sin soportarlo le metió una nalgada dejando sus manos marcadas en la piel del menor.

Y tú me la vas a reventar de lo apretado que estás. –Gruño sin dejar de embestir.

Sería una noche larga...

CLANDESTINE | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora