VI. Bad Thingz n Confetionz

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Ante la respuesta de Sanha, Bin soltó un golpe al colchón de frustración.

¡Eres tan frustrante! –Resopló exasperado. No sé en que dirección voy cuando se trata de ti. –Sanha pudo ver como esa mirada vivaz pasaba a ser lastimera, pero la verdad era que a Bin le dolía las acciones de Sanha. Responde, ¿por qué lo hiciste? –Preguntó refiriéndose del por que mintió de que se sentía mal.

¿Por qué tenías que regresar? –Trató de separarlo un poco, poniendo sus manos en el pecho del contrario. Solo complicas más las cosas. –Suspiró tratando de desviar su mirada, ya que no podía sostenerle la mirada a Bin.

¿Esa es tu respuesta? –La penetrante mirada del mayor estaba haciendo chiquito a Sanha.

Bin... -Jadeó en voz baja encontrándose con esa mirada tan penetrante que lo estremecía hasta los huesos.

Las mejillas de Sanha comenzaran a tomar color al ser consciente de que estaba debajo de su hermano adoptivo quien solo llevaba su pantalón, su respiración se volvió pesada y entrecortada mientras se removía muy sutilmente debajo del mayor, como si su cuerpo actuara por inercia ante la cercanía del abrasador cuerpo del contrario, un violento escalofrío recorrió por el cuerpo de Sanha al rozar sus caderas contra las de su mayor, haciéndolo contener un gemido más audible que se quedó atorado en su garganta.

Estaba viviendo una de sus fantasías...

¿Te gusta que te trate de esta manera? –Preguntó apretando un poco más su agarre, podía sentir la respiración del menor contra la suya.

Los ojos de Sanha se abrieron de par en par al escuchar las palabras de Bin. Fue incapaz de articular cualquier excusa, su rostro completamente encendido al verse descubierto, desvió la mirada avergonzado.

B-Bin... por favor... no me mires así... —Suplicó con voz temblorosa, desviando el rostro hacia un lado, avergonzado de sus propias reacciones físicas, quiso levantarse al tratar de empujar a Bin, pero este nuevamente lo sometió con tanta facilidad, un brillo en su mirada esmeralda pasó.

Su cuerpo parecía no tener voluntad propia, por un lado deseaba con cada fibra de su ser que Bin lo sometiera y por fin lo reclamara como suyo. Pero por otro, el temor al tabú y al rechazo lo paralizaba como un frío espectral, sin contar que Bin no conocía su secreto que con tanto esfuerzo él como su madre han logrado ocultar toda su vida.

¿Te pongo de esta manera? –Soltó con esa confianza que tanto rechazo le causaba a Sanha, no debió jugar con fuego. Si fuera tu hermano de sangre, serías realmente un asqueroso depravado... –El brillo en su mirada esmeralda se reflejó de nuevo, el mayor estaba fascinado al ver las reacciones de Sanha ante su tacto y tenerlo debajo de él, de una manera tan sumisa y vulnerable, estaba sacando lo peor de él, podría soportar el odio de su hermano adoptivo después, ahora lo único que deseaba era poseer esos labios. Pero no lo somos, creo que estás de suerte... -Sin darle tiempo de protestar estampó sus labios con los de Sanha, el menor dejó escapar un gemido.

Mmhh... -Su cuerpo entero tembló al sentir los ardientes labios de su hermano adoptivo devorando los suyos con una pasión desmedida.

Sanha jadeó entrecortado, correspondiendo el beso con la misma intensidad, entreabriendo sus labios para dejar que la lengua de Bin profundizar el beso. Al ser liberado, enredó los brazos alrededor del cuello de él, arqueando la espalda para presionar sus cuerpos, dejando que sus caderas se rozaran con un leve roce electrizante.

B-Bin... mmmhh... -La mente de Sanha era un torbellino, una parte suya se sentía culpable y avergonzado por la humillante situación en la que se encontraba, sometido por el mismo hombre a quien alguna vez le obligaron a verlo como a un hermano. Pero por otro lado, el anhelo y el deseo sofocado que llevaba reprimiendo por años hacia Bin, finalmente estallaba con un gran fuerza.

Al reaccionar lo que estaba haciendo, Sanha a como pudo empujó a Bin, y le metió una cachetada, pero al parecer a Bin no le había afectado en lo absoluto.

Si no te hubiera gustado, no te aferrarías a mi. –Sanha dejó escapar un gemido ahogado cuando Bin lo estampó contra la cama nuevamente y comenzó a besarlo de nuevo con esa misma intensidad que en el primero. ¿Qué es lo que realmente sientes? Aún me respondes el beso. –Dijo entre besos y ligeros mordiscos, Sanha no se quedeba atrás también contra atacaba, por fin estaba sucediendo lo que siempre había deseado, Bin en un acto posesivo mordió el labio inferior de Sanha provocándole una pequeña cortada.

¡Ahh...! Nngh... -Separó sus labios abruptamente, Bin recorrió con la mirada el rostro de Sanha, quedando fascinado, las mejillas sonrojadas, sus labios hinchados y esa mirada ya no era fría, ya no había indiferencia en esa mirada mielosa. Por favor... no digas, esas cosas... -Contestó entrecortado, mirándolo con los ojos empañados en lujuria, se sentía intimidado y a la vez excitado por la cercanía del mayor, que esta situación solo podía verla en sus sueños. Esto... está mal... –Se sentía desorientado, pero por más que le gusta Bin no podría corresponderle por su secreto sobre su condición.

El atleta se acercó peligrosamente, rozando sus labios con el contrario.

Esta vez no pienso empezarlo, sé que tu también quieres seguir... lo puedo sentir en tus labios. –Las palabras de Sanha contrastaban con el lenguaje de su cuerpo, no quería sentir alguna distancia del mayor, sin poder resistirse más a la tentación, pasó sus manos por la nuca del mayor para atraerlo y seguir con el beso.

B-Bin, ¿qué dirán nuestros padres?... -Dijo sin poder dejar besarlo,

Por suerte soy adoptado. –Bin respondió repartiendo besos por el cuello de Sanha, aspirando su perfume de menta mientras repartía besos húmedos por su clavícula y la línea de su mandíbula, sucumbiendo al deseo que lo estaba consumiendo, una de sus manos se escurrió debajo de la camisa de Sanha para poder tocarlo. Puedo sentirte... -Gruño en la piel del menor. Si me detienes ahora, lo respetaré... pero si no lo haces no habrá nada que me detenga. –Sanha lo tomó de las mejillas para después besarlo, tan desesperadamente, tan necesitado... tratando de recuperar todo ese deseo de años con ese beso.

A la mierda todo. –Enredó sus piernas alrededor de la cintura de Bin, restregando sus caderas contra las de él, permitiendo que sintiera lo rígido y excitado que se encontraba su miembro bajo.

CLANDESTINE | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora