XII. Lovers?¿ +18

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La tarde caía lentamente sobre la ciudad, y Sanha se encontraba en su departamento, miraba la vista de la ciudad a través del balcon sumido en sus pensamientos. Había pasado dos semanas desde que Bin se marchó a Japón, los días estaban llenos de incertidumbre y aunque Sanha no lo quisiera aceptar también había anhelo. La ausencia del mayor lo había dejado con un vacío que nada parecía llenar y ahora que sabía que en cualquier momento puede llegar se sentía ansioso.

De repente, un suave golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Se acercó sintiendo una extraña emoción en su pecho, ya que sabía que hoy es cuando vería a su mayor.

Al abrir la puerta, se encontró cara a cara con Bin.

Bin estaba de pie, con una chaqueta negra de cuero con unos jeans del mismo tono que lo hacían lucir aún más imponente y su mirada era más atrayente por el cubrebocas. Su mirada esmeralda era intensa, como si estuviera evaluando la reacción del joven, Sanha sintió un escalofrío recorrer por su espalda al ver el ramo de rosa rojas.

Sanha, ¿puedo pasar? –Dijo Bin, su voz profunda y familiar, pero con un leve toque de nerviosismo que rara vez mostraba, Sanha lo dejó pasar. Te traje algo, espero que te guste. –Dijo, casi como si fuera un secreto, le entregó a primera instancia el ramo de rosas para después darle una caja.

¿Esto es... para mí? –Preguntó, sintiéndose abrumado al ver la exquisita gargantilla de esmeraldas. ¿Me estás comprando como a tus amantes ocacionales? –Arrugando levemente su ceño, le miró confundido, ya que él no necesitaba esas excentricidades.

Solo pensé que se vería lindo en ti cuando lo hicieramos, si quieres podemos cambiarlo. –Soltó como respuesta, haciendo que las mejillas de Sanha se calentaran.

Olvídalo. –Bin esta vez le miró confundido. Pónlo en mi cuello. –Sanha le dio la espalda al mayor para que este pudiera ponerle la gargantilla.

Bin al terminar de colocarle el collar, se acercó para besarle el cuello, necesitaba tenerlo debajo de él otra vez...

¿Y si vemos como te ves solo con el collar puesto? –Al terminar la pregunta rápidamente Sanha voltó a mirarlo.

Esto va terminar muy mal... -Rodeó con sus brazos el cuello de Bin dejando caer las rosas en alfombra, mientras que las manos de Bin descansaban en la cintura de Sanha.

No me importa, puedo pagar ese precio... -Sin pedirle permiso, lo besó ferozmente, con una pasión que había sido contenida estos días que estuvo fuera del país, como si fueran imanes Sanha lo guió a su habitación sin poder dejar de besarlo en el camino.

Bin... –Jadeó al sentir lo duro que estaba el mayor.

Estuve días sin esto, no tendré piedad. –Susurró en el oído de Sanha.

Horas más tarde... La ropa esparcida por el suelo, Bin y Sanha enredados en la cama... Bin dormía placidamente, mientras que Sanha con la mirada perdida le daba vueltas al asunto, le gustaba Bin desde su adolescencia, tanto que sentía culpa por no verlo como su hermano adoptivo y aunque al principio no lo aceptaba por que en su momento pensó que le quitaría el amor de sus padres, y regresando al presente, Bin lo tenía abrazado de la cintura con cierta posesividad mientras dormía, no hace mucho habían tenido sexo, y del bueno.

Y mierda, como le encantó cada momento con el mayor.

Miró de reojo a Bin, quien dormía tranquilo como si no le perturbara el hecho de que se está acostando con su hermano adoptivo.

¿En que tanto piensas? –Soltó Bin sin abrir sus ojos.

En esto. –Volteó para ver al mayor.

¿No te gustó? –Bin abrió sus ojos para acercarse a repartir besos en el hombro del menor. Por que hace un rato no dejabas de pedir más y gritar mi nombre como una perra en celo. –Sanha frunció el ceño algo indignado, ya que mentira no era, lo había disfrutado demasiado.

Idiota. –Soltó en los labios del mayor, para después besarlo perezosamente.

Es tu culpa verte bonito cuando dices mi nombre debajo de mi. –Sonrió provocativamente cuando hizo un movimiento para dejar a Sanha debajo de él, le gustaba hacer enojar al menor.

El sexo es bueno, eres bueno en eso, demasiado... -No sabía como abordar el tema sin sentirse expuesto, mientras que Bin a pesar de esa confianza que emanaba por dentro se sentía ansioso de lo que diría Sanha. Pero, esto sigue siendo incorrecto, se supone que eres parte de mi familia, mi madre te adoptó cuando eras un niño, crecimos juntos, esto... -Hizo un gesto señalando a ambos. Sea lo que se está formando no debe pasar, solo fuimos por un momento un buen polvo.

¿Buen polvo? –Preguntó repitiendo las misma palabras, Bin se sentía decepcionado por la percepción de Sanha, ya que para Bin una vez que probó a Sanha duda que pueda vivir sin ello.

Si... -Asintió tratando de convencerse.

Entonces dime que me vaya, y solo te molestaré con mi presencia en la cenas familiares. –Dijo mientras desciendía entre besos el cuello de Sanha.

Bin... -Jadeó mientras jalaba del cabello de Bin para guiarlo dónde quería ser besado. Eso es hacer trampa. –La respiración de Sanha se volvió irregular.

¿Si? –Preguntó inocentemente.

No pares... -Bin sonrió tomando las caderas de Sanha para un segundo encuentro.

Muy bien precioso, abre las piernas para mi. –Sanha dejó que Bin se acomodara entre sus piernas para empezar de nuevo. Eres delicioso. –Dijo Bin mientras se adrentraba nuevamente.

Esa noche Bin se encargaría de que Sanha no tuviera tiempo para dormir...

CLANDESTINE | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora