-Basta-me dice.
Mi madre se lleva a Rose.
-Si me das un beso me calmo-digo haciéndome altura hasta su oído. Es muy pequeña.
Finge arreglarme la ropa.
-Calla, idiota.-arregla el cuello de mi camisa.-vas a hacer que te expulsen.
-Si es a tu casa, quiero.-beso su oído.
-Alyna, a la dirección ahora.-dice mi madre.
La rubia se aleja de mi tan rápido cómo puede.
Sonrío grande y voy hacia la puerta.
Mi madre agarra mi brazo y me arrastra.
-cero gracioso, Alyna.-¿A TI QUE TE PASA POR LA MENTE?.-Se ríe.- Olivia, eso es seguro.
-Puede que si.
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-¿Porque los golpes?-pregunta mi mamá.
Estamos en su oficina.
"Estamos" porque está Rose, la rubia y Penélope de infiltrada.
-Rose dijo que gustaba tuyo.-frunzo el ceño.
Olivia me mira extrañada y luego levanta las cejas con tristeza.
-Es mi madre.-le aclaro.
Carraspea y asiente con sorpresa.
-¿Y?
-Ustedes no pueden estar juntas.-niego rotundamente.
-No me hable así, Alyna. ¿Quien te dijo que a mí me gustaba Rose?-dijo con sencillez.-Soy una directora, no ando con mis alumnas. No me gusta y no me va a gustar tampoco.
-Ah...
Miró a Rose, quien tiene los ojos cristalizados, y asiente rápidamente.
-si, y-yo me voy.-intenta secarse las lágrimas en vano porque caen a cascadas.
¿Tanto le gusta Elisa?.
Mi madre la mira indiferente.
-Bueno, vuelvan a clases, esto no pasará a más.-Olivia asiente y yo también.
Elisa p.v:
En cuanto mi hija y la profesora se van, corro preocupada por los pasillos.
Llegó a los baños dónde escucho su llanto desconsolado.
-Rose-me tiro de rodillas a levantarle el rostro y ella niega.-Mi amor mírame. Te juro no quería decir eso, pero estaban ellas.
Al parecer Alyna le pegó bastante fuerte pues su cara tiene algunos morados y el labio partido.
-Fuiste tan indiferente conmigo, tan fría.-llora aún mas-Yo en serio pensé que no me quieres. Pensé que solo me querías por ya sabés.
-Escuchame, Rose.-digo seria- que jamás te pase por la cabeza que yo no te quiero, yo te amo. Solo no sé cómo decirle a Alyna. ¿Ok?
Asiente y me besa.
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Olivia p.v:
Alyna me besa dejándome sin aire.
Toma mi cintura posesiva mientras su lengua me explora hasta el intestino grueso.Sus labios bajan a mi cuello sacándome suspiros de placer.
Cuando besa mi escote me separo.
-Espera, espera. Aquí no.— le pego un tapesito— te dije que te iba a acusar con la directora.
No sé separa.
-Ayna, suéltame, pareces sanguijuela ahí chupando.-la reto.
Su mano me toca el pecho.
-Si, si, ya está bien.-la empujo suavemente.
-Lo siento rubia, Eres muy hermosa.
Me vuelve a besar.