Falso Seductor (John Newman) [Terminada]

Capítulo 9

MARATÓN (2/3)

John Newman se encontraba a unas cuantas mesas de la nuestra, estaba acompañado de una señora que podría ser su madre, tal vez lo era.

—¿Sucede algo, Anne?
—No... No es nada, solo que recordé que tengo un pendiente pero nada importante.
—¿Que te gustaría tomar?
—Mmm... Algo sin alcohol, yo creo que una limonada.

Steven se dirigía al mesero y ordenaba las bebidas, yo no podía quitar la mirada de encima de John. Llevaba un traje muy diferente a los que llevaba al trabajo, era blanco en su totalidad, tenía puesta una corbata de moño y un reloj al parecer de plata.

—¿Y para cenar? —Me distrajo Steven de mis pensamientos.
—Lo mismo que tú —Dije con una sonrisa falsa.
—Perfecto, por favor nos trae dos ordenes de pasta para empezar.
—A la orden señor.
—Ahora sí, cuentame un poco más de ti.
—Bueno pues...

Empecé con mi historia que le contaba a todo mundo y por momentos veía de de reojo a John. ¡Se veía jodidamente sexy! En una de mis miradas pude ver que John veía hacia mi mesa y centre toda mi atención a Steven esperando que Newman no se hubiera dado cuenta de que lo observaba.

—...por el momento trabajo con mi padre.
—Quien diría que te gusta escribir, la verdad no tienes pinta de ser muy soñadora.

Eso sonó mal, o bueno para mí así fue. Steven notó mi cara de disgusto combinada con algo de confusión.

—No lo digo de mala manera. Creeme nunca quisiera hacerte sentir mal, es solo que pareces una mujer directa y muy ocupada.
—El trabajo de mi padre demanda que sea así, sin embargo debajo de esa horrible imagen se encuentra una soñadora.
—Sí que es una sorpresa.
—Eso creó, me disculpas, iré al tocador.

Me levante en dirección al baño y pude notar como Newman se levantaba y caminaba hacia mí. Traté ir más deprisa pero sentí como me tomaba del brazo así que trate de parecer sorprendida.

—Anne, que sorpresa encontrarnos aquí.
—Sueltame.
—No te pongas así, ¿qué no te da gusto verme?
—Yo diría que es más disguto.
—¿Quién es el pelirrojo que te acompaña?
—Y a ti que te importa.
—No vuelvas a responderme así, estoy empezando a fastidiarme.

Para mi suerte nos encontrábamos lejos y fuera de la vista de Steven porque conociendo a John iba a hacer algo estúpido o vergonzoso.

—Yo le contesto como se lo merecen a idiotas como tú.
—Anne no sabes lo que dices.
—Al igual que tú.
—Eso es todo.

Me jaló e hizo que lo siguiera, traté de zafarme de su agarre pero era muy fuerte. Llegamos a una puerta algo pequeña y abrió con una llave dando paso a una especie de sala externa. ¿Cómo mierda tenía una llave de ahí?
Prácticamente me empujó hacia dentro y volvió a cerrar.

—Dejame salir —Dije lo mas calmada que pude.
—No antes de que te disculpes.
—¿Por qué?, ¿Por decirte tus verdades?
—No me provoques más.
—¿Qué piensas hacer al respecto? No te tengo miedo.
—Me la debes desde aquel día en que me diste una bofetada en la oficina. Me cobraré todas las que me has hecho.
—Por favor no me hagas reír. Tus amenazas me vienen y van, ahora abre la maldita puerta de una puta vez que me están esperando.
—Por última vez, ¿quién es él?

Mi rabia estaba creciendo cada vez más, ¿quién se creía para cuestionarme? Lo pensé unos segundos y le solté una mentira.

—Es mi novio.
—Mientes.
—Si no me crees, le puedes ir a preguntar.
—Tu no puedes tener novio.
—Estás enfermo.
—Tú me deseas —Dijo tomandome de la cintura.
—Solo fuiste mi distracción por unos días, lamento haberte ilusionado —Dije zafandome de su agarre.
—¿Con qué distracción? Veamos si esto te hace cambiar de parecer.

Volvió a agarrarme y me besó. Necesitaba tanto eso. Mis manos no se movieron pero tenía que alejarme de él antes de volver a caer como estúpida igual que hace unos días. Cuando por fin pude alejarme le solté una bofetada.

—No vuelvas a hacer eso en tu vida.
—No puedes negar que te gusto.
—Definitivamente estas loco, ahora hazme el favor de abrir que me están esperando.
—Esto no se quedará así, solo porque a mi también me esperan abriré pero si por mi fuera te arrancaría ese vestido en este mismo momento.

Abrió la puerta y salí casi corriendo. Regrese con Steven y suspiró al verme.

—Pensé que te había sucedido algo.
—Lo lamento pero me sentí un poco mal, pero es solo algo de estrés —Mentí—. ¿No han traído la cena?
—Ya no deben tardar.

Justo en el momento llegó el mesero con la cena y nos dispusimos a comer. Terminando la cena Steven pidió la cuenta y pagó. Salimos del restaurante pero nos topamos a Newman acompañado de la misma señora de adentro.

—¡Anne, pero que sorpresa!

Maldito. Su sonrisa era más falsa que la de mi padre en eventos sociales. Decidí entrar en su juego para no quedar mal frente a Steven.

—John. Lo mismo digo.
—Te presento a mi madre, Jacqueline Newman.
—Un placer señora Newman, mi nombre es Anne Clarkson, John me ha contado cosas maravillosas sobre usted.
—Por favor querida no me digas señora, me haces sentir aún mas vieja —Soltó una risita—. Llámame Jacquie.
—Por cierto, les presento a mi acompañante, Steven Collins.
—Un placer —Estrechó la mano de John y beso la mano de su madre.
—Si nos disculpan debemos irnos, fue muy agradable conocerla Jacquie, hasta luego John.

Subimos al auto y Steven tomó dirección a mi casa.

—¿Quien era el hombre de hace un momento?
—Ah, John Newman. Es un empleado de mi padre, nadie importante. ¿Por qué la pregunta?
—Te veía con unos ojos no muy apropiados.
—¿Enserio? —Ya lo sabía, era de esperarse—. La verdad nunca me ha dado mucha confianza.
—Deberías tomar precauciones.
—Lo haré.

Llegamos a mi casa y me acompaño hasta la puerta.

—Muchas gracias por tan maravillosa velada Steven.
—Gracias a ti por tu compañía, ojalá se repita.

Besó mi mano, subió a su auto y se fue.

"Ojalá no se repita" pensé. Steven era demasiado guapo, educado y, sí, rico pero no era mi tipo.