Capitulo 16

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La Infiltración Decisiva

La oficina estaba envuelta en un silencio tenso, sólo interrumpido por el sonido del teclado mientras Caín y su equipo revisaban los datos obtenidos en la mansión de Palmer. Cada miembro del equipo estaba concentrado en su tarea, el aire cargado de ansiedad por el potencial de sus hallazgos.

—Estos documentos son clave —dijo Mei, frunciendo el ceño mientras examinaba las imágenes de los archivos. La luz de la pantalla reflejaba en sus ojos cansados—. Pero necesitamos más que esto para tener una evidencia irrefutable.

—No podemos ignorar la fortaleza de la seguridad en la mansión —advirtió Rhodes, observando el plano de la mansión en una pantalla secundaria—. La vigilancia será un desafío. Si intentamos algo sin un plan sólido, corremos el riesgo de quedar expuestos.

Caín asintió, su mirada fija en los documentos. La infiltración de la mansión requeriría una precisión quirúrgica. Decidieron dividirse en dos equipos: uno para infiltrar la mansión y otro para mantener la vigilancia y apoyar desde una ubicación cercana.

—Fiona y Mei, ustedes se encargan de la infiltración —ordenó Caín—. Fiona, tu habilidad para tratar con la alta sociedad será esencial. Mei, tus habilidades técnicas para manejar la seguridad son cruciales. Asegúrense de que no queden rastros de nuestra entrada.

—Entendido, Caín —dijo Fiona, revisando su equipo—. Vamos a necesitar un acceso claro al sótano. Mei, ¿has revisado los planes de seguridad?

—Sí, he revisado los planos y estoy al tanto de las rutas de escape —confirmó Mei, mientras ajustaba su dispositivo de hacking—. Todo está preparado.

—Caín, tenemos que tener en cuenta que Palmer es peligroso —dijo Rhodes, mientras revisaba el plan de acción—. La seguridad en la mansión es extrema y no podemos descartar la posibilidad de que haya medidas de protección adicionales.

Con un asentimiento firme, Caín y Rhodes se instalaron en una casa abandonada cercana, equipada con tecnología avanzada para monitorear la mansión. La vigilancia comenzó, y el equipo estaba alerta ante cualquier señal de peligro.

La noche de la operación, Fiona y Mei se prepararon meticulosamente. Fiona se vistió con un uniforme de mantenimiento y cargó una caja de herramientas falsas. Mei, con su equipo de hacking, se preparó para desactivar los sistemas de seguridad.

—Recuerda, la sala de archivos está en el sótano —dijo Fiona, revisando el mapa que habían obtenido—. Nos moveremos rápido y sin dejar huellas.

—Lo tengo —respondió Mei, con determinación—. Vamos.

Llegaron a la mansión con éxito, fusionándose con el personal de mantenimiento que salía tras un evento social. Los guardias no les prestaron demasiada atención, permitiéndoles pasar el primer control de seguridad. Una vez en el interior, se dirigieron a la zona de servicios y descendieron por las escaleras hacia el sótano.

Cuando llegaron a la sala de archivos, Mei se enfrentó a una cerradura electrónica de alta seguridad. Sus manos se movían rápidamente mientras introducía códigos en su dispositivo de hacking. La tensión era palpable; el tiempo se estaba agotando.

—Casi lo tengo —murmuró Mei, sus dedos bailando sobre el teclado mientras las luces del dispositivo parpadeaban en sincronía con los códigos introducidos.

Finalmente, la puerta se desbloqueó con un clic. Fiona y Mei entraron en la sala y comenzaron a buscar entre los documentos. La sala estaba abarrotada de carpetas y cajas. Las más relevantes estaban etiquetadas con nombres de empresas y cuentas bancarias relacionadas con actividades ilícitas.

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