La felicidad reinaba en la Fortaleza Roja; finalmente, la heredera al trono se casaría no con uno, sino con dos omegas, al igual que Visenya Targaryen, quien tomó a sus dos hermanos como esposos. Muchos decían que Rhaenyra quería estar al mismo nivel que su antepasada, y no era para menos. Visenya había sido una de las mejores mujeres alfas Targaryen.
El día del casamiento, la Fortaleza Roja estaba adornada con decoraciones por todos lados. Risas y una música alegre llenaban el aire, junto con bufones, bailarinas y muchos otros entretenimientos. Había bebidas en abundancia y una gran variedad de comida. Un torneo se celebró en honor de Rhaenyra y sus futuros consortes. Fue una de las bodas más costosas, y muchos decían que estaba casi al nivel de la boda del rey Maegor y su hermano-esposo Aenys. Y no era para menos; el rey Viserys quería que todos supieran que su hija se casaría con todo esplendor.
Por la noche, la celebración continuó con más comida y diversión. Los invitados estaban ansiosos por presenciar la boda de Rhaenyra con Harwin Strong y Laenor Velaryon. Las mesas estaban repletas de manjares exquisitos, desde carnes asadas hasta frutas frescas y pasteles. Las antorchas iluminaban los jardines, donde los invitados bailaban bajo las estrellas.
"Fue mucho..." dijo Rhaenyra, observando la magnitud de la celebración.
Rhaenyra se había vestido con los colores heráldicos de los Targaryen, rojo y negro. Su vestido era una obra maestra de la moda. El corpiño, ajustado y esculpido, estaba bordado con hilos de oro que formaban intrincados dragones que parecían cobrar vida con cada movimiento. La falda, amplia y fluida, caía en capas de seda negra, cada una adornada con pequeños rubíes que brillaban como llamas bajo la luz. Joyas decoraban sus manos: anillos con gemas preciosas en cada dedo y una pulsera de oro en forma de serpiente que se enroscaba alrededor de su muñeca. Un collar en forma de dragón, con ojos de esmeralda, rodeaba su cuello. Su trenza, adornada con rubíes incrustados, destacaba en su cabello platino, brillando bajo la luz de las antorchas.
"Es la princesa; debe estar bien vestida," dijo Harwin con una sonrisa, sentado a su lado.
Harwin estaba vestido con un traje azul sencillo pero elegante. La chaqueta, hecha de terciopelo azul oscuro, tenía botones de plata en forma de escamas de dragón, y los bordes estaban finamente bordados con hilo de plata. Llevaba un simple collar de plata con un colgante en forma de dragón, un regalo de Rhaenyra, y un anillo de plata con escamas de dragón que ella también le había regalado. Su apariencia era sobria, pero digna de un futuro consorte real.
Rhaenyra sonrió. Aún no podía creer que se casaría con el omega que tanto había querido.
"No he visto a Laenor aún," dijo Harwin, alejando su mirada de Rhaenyra.
"Yo solo puedo verte a ti," dijo Rhaenyra, con sus ojos lilas brillando.
"Estoy agotado," dijo su padre al lado de Rhaenyra, dejándose caer pesadamente en el sillón de terciopelo rojo.
La música y las risas resonaban en el gran salón, donde los invitados disfrutaban de la opulenta celebración. Rhaenyra miró a su padre con una sonrisa en los labios.
"Eso sucede porque no descansaste, padre," replicó Rhaenyra. Viserys se rió ante las palabras de su hija, sacudiendo levemente la cabeza, su corona brillando bajo las luces doradas de las lámparas.
"Es verdad," admitió Viserys, "pero no podía perderme un momento tan importante."
"Majestad," dijo Harwin, acercándose con una leve inclinación, su presencia siempre tranquila y segura.
Rhaenyra y Viserys miraron al frente, donde se aproximaban los Lannister, Jason y Tyland, siempre deseosos de destacar. Los dos hermanos se movían con una confianza que rozaba la arrogancia, sus túnicas rojas y doradas reluciendo con cada paso. Detrás de ellos, una comitiva cargaba cofres adornados con el león dorado de su casa.
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Los omegas de Rhaenyra [Daemyra + Rhaenicent + Rhaegon]
RandomCuando tenía quince años, aún no había manifestado mi género, y en un mundo donde solo un alfa podía ser el heredero al Trono de Hierro, esto planteaba un desafío. Sin embargo, mi padre, Viserys Targaryen, un alfa dominante, rompió años de tradición...