Me gusta la poesía que
habla sobre ojos dulces,
los versos que vienen
con puños fieros,
e ideas complejas.
La que recuerda fantasmas
o tumba muros,
la que sueña con la libertad
y a veces, también,
la que aprieta la garganta
para decir las cosas
que solo, con el silencio,
se reconocen.Me gusta poesía
que suena a sinfonía,
a bolero. La que sabe
a cualquier destilado,
la que dibuja horizontes,
esperanzas,
que tiene los tonos
del impresionismo
o que lleva la pañoleta
de los olvidados.