Soy un hombre seco,
un incendiario de pastizales,
una semilla que no crece.
Hay en mi una tierra áspera,
cortada.
Paso de hormigas a otra tierra.
Entre todo el polvo y la sequía
también, algunas veces, sonrió,
y otras pocas (muy pocas)
rompo en llanto.
Casi diario soy un sinsentido de enojos,
y un insoportable mar picado,
Soy la frustración del maestro,
el candado sin llave, la odisea de
quien con pocos pesos muere de hambre.
Soy un hombre seco,
enojado con lo que no debo,
sonámbulo de día,
que quiere despertar
pero sin quererlo, duerme.
