Capítulo 7, Versículo 114

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Era un nuevo día, la hermana pelirroja escarlata menor se levantaba para asearse, yendo primero por un vaso de agua, viendo que Emilia, la hondureña se estaba sirviendo algo de agua a sí misma. ¿Es posible que un país y su gente sean tan mal decibles, odiables, detestables, horribles, malparidos, cerotes, pelotudos, conchudos, huevones, maricones, pendejos, retardados, imbéciles, comemierda, soquetes, trogloditas, boludos, culiaos, traga sables, giles, mamones, mequetrefes, sub normales, abominaciones, fenómenos, aberraciones, fracasos evolutivos, güeleculos, sopla huevos, hijueputas y, por encima de todas esas cosas, tan tontos?

Bueno, después de ese diccionario de insultos y lo que parece ser un desquite del autor en contra de los hondureños... ¡No hijos de puta, no tengo nada contra Honduras! (Sí, tengo mucho en contra de Honduras. Me desvié del tema. Después de todo eso, al final solo era un pensamiento de la propia Mayuri, que simplemente vio a Emilia y ya recordaba cual era el ser vivo al cual más odiaba luego de Hank después de algún que otro divorcio que tuviesen. Como ella no soportaba a la hondureña, pensó algo para deshacerse de ella. Bueno, pensó demasiadas cosas que podía hacer para desaparecer a Emilia de la base y de su vida.

Era de esos días donde los demás hacían sus pendejadas, Emilia no se acostumbró a ello, y Mayuri no le gustaba ir a ese tipo de cosas, así que, al quedarse solas, ambas hacían alguna que otra cosa, como, por ejemplo, Emilia se estaba maquillando, viendo que nunca le salía nada, así que dejo de hacerlo, o Mayuri, quien estaba en la cocina, haciendo cualquier cosa menos algo salubre y bueno. Al cabo de un rato, la hondureña estaba tranquila, sentada y leyendo alguna revista de moda, hasta que de la nada Mayuri aparece, colocando lo que estaba preparando en la cocina en la mesa, sentándose cerca de la hondureña y poniendo una lista de canciones, aunque le salió el tiro por la culata por lo último, puso una lista de canciones de amor.

—¡Mierda!

Dijo la pelirroja escarlata menor.

—Oye Mayuri, ¿Pasa algo o?~

Iba a terminar la frase, hasta que Mayuri la interrumpe.

—Solo quería decirte que te preparé algo, tal vez tienes hambre, porque no te vi desayunar.

—Ok... Pero, ¿Por qué te me acercaste y pusiste música romántica?

Mayuri se acerca algo más a Emilia, tocándole la pierna y mirándola de manera coqueta a la hondureña, quien se estaba incomodando por la escena.

—Solo bébela, está hecha con amor.

—Mayuri, tú sabes demasiado bien que me gustan los hombres y que estás casada.

—Lo sé, solo quiero disfrutar el momento. Ahora, disfruta la bebida.

Cuando Emilia no tuvo otra opción que beber eso que Mayuri preparó, lo escupió al instante e hizo caras de asco.

—¡¿De qué mierda estaba hecho eso!?

—Veneno, y te diré dos cosas.

Mayuri mete sus garras en la pierna de Emilia, haciendo que sangre.

—Una, biológicamente no puedo ser lesbiana, y dos, te odio.

Mayuri arranca el hueso de la pierna a la hondureña, haciendo que esta no pueda caminar correctamente, pero Emilia toma una pistola y dispara al brazo de la pelirroja escarlata menor, atravesándoselo y aturdiéndola, para luego la hondureña regenerar su pierna, levantándose y tirándosele encima a la pelirroja escarlata, golpeándola y, con un cuchillo, apuñalándola en el pecho. Mayuri ante esto, toma dos armas y vacía sus cargadores en el torso de Emilia, dejándole unos huecos a los costados de su estómago.

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⏰ Última actualización: Aug 04 ⏰

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Cap 3. The AtheistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora