Capítulo 3, Versículo 27

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Otro día, otro caos, Joel se levantó de la cama, yendo a hacer cualquier estupidez que le sirviese, como, por ejemplo, cultivar algo de las plantas que se sembraron cerca de la base con su hoz de oro, buscar oro para sacarlo y practicar con él, practicar puntería con francotirador, mirar que algunas armas estuviesen bien, lo normal de su día a día actual.

Joel estaba afilando la hoz de manera minuciosa, intentando hacerla lo mejor posible también para el combate, a veces llegando a cortarse accidentalmente, para luego jugar con su sangre y practicar un poco con ella. Todo estaba bien, hasta que un sonido de varias cosas pesadas se escuchó cerca de ahí, viendo que era Viking trayendo en sus hombros varios troncos que talo desde la madrugada antes de Joel.

Viking: ¿En serio eres granjero?

Joel: De algo podíamos sobrevivir en mi tierra natal, Uganda.

Viking: ¿No que Uganda era un animal rojo deformado?

Joel: Creo que no entiendes geografía básica tan siquiera.

Viking: Recuerda que no soy de tu misma especie frijolero.

Joel: Pero parece que eres humano.

Viking: Soy de otro planeta y fui mandado a morir aquí, ¿Te puede quedar claro?

Los dos protagonistas ya despiertos, salieron de la base a caminar un poco, mientras el solo estaba saliendo, y algunas criaturas empezaban a ocultarse. Ambos platicaron como pericos, mientras caminaban por un lugar bastante largo, lleno de huesos y a veces viseras, a veces platicando pendejadas del cómo es que una persona descubrió la leche sin hacer alguna puercada, y otras cosas del platicar sobre las armas.

En unos momentos llegaron a un café, entrando para luego comer y beber algo, mientras seguían siendo como pericos. Todo estaba bien, hasta que en su lado se encontraba un hombre de gran estatura y ojos completamente rojos, mirándolos, encapuchado con una gabardina y un sombrero. El negro mete su mano en el bolsillo, mientras el albino nórdico metía su mano en su bolso ronko-tongo, devolviéndole la mirada a aquel hombre, esperando a cualquier movimiento brusco y agresivo hacía ellos.

Ya terminado su desayuno, salen del lugar, mientras aquel hombre de gran estatura (Como mi pene) los seguía, mientras los protagonistas mantenían sus armas agarradas y preparadas desde sus bolsos. Habían llegado a un lugar cerca de la base, desolado, parando ahí, volteando para ver al mastodonte que les acechaba.

Aquel hombre se quita la gabardina y el sombrero, dejando ver un gran robot, el cual tenía la cara inexpresiva y pudenda de Jek-

Joel: Valla mierda, Mathew quiere exprimirte y mucho.

Los protagonistas sacan sus armas, se colocan en una posición de combate, y empiezan una batalla. Ambos cooperaban en dar en el blanco, utilizando varias armas y artilugios en contra de Jek, el cual era invulnerable de algún u otro modo a todos los ataques, incluso los del hacha de Viking. Los protagonistas se impulsaban el uno al otro, intentando hacer más daño, sin efecto alguno. El negro y el albino escaparon de ahí, a sus máximas velocidades, pero rápidamente son alcanzados por Jek, quien los utiliza como sacos de boxeo a ambos.

De alguna u otra forma logran escapar, dañados y vistos como unos vagabundos, pero lograron escapar, llegando a la base, a la cual, recientemente Omidh había entrado-

Omidh: ¿Ahora en qué carajos se metieron?

Joel: Ayúdanos por favor, nos está persiguiendo.

Omidh: En primer lugar, ¿Quién los está persiguiendo?

Jek aparece en ese momento, con armas saliendo de su espalda y apuntando a los tres, Omidh oculta a los otros dos, y recibe a todos los impactos de balas, las cuales en términos normales te destrozarían vivo, pero como es Omidh quien las recibe, entonces no le afecto en nada-

Omidh: ¿Terminaste?

Omidh se mueve detrás de Jek a gran velocidad, quedando de espalda el uno del otro, para luego Jek caer partido a la mitad. Omidh no pasó de un lado hacía atrás, sino, traspaso a Jek y de paso lo partió a la mitad de un solo movimiento, recogiendo la chatarra que quedo y colocándola junto a 30 caras del diablo gigantescas a comparación de la mano humana, explotando en varios pedazos, con Omidh caminando al frente de la cámara con la explosión detrás de él.

Los protagonistas estaban seguros, Jek había desaparecido de la faz de la existencia, y Omidh se divirtió un poquito-

En los minutos finales donde el robot Jek exploto, otro robot miraba la escena, cuidando cada detalle en cámara lenta, viendo que Omidh iba a tal velocidad que las cámaras se sobre-esforzaban con el intento de grabar los frames, mientras aquel robot estaba mirando todo-

AI deffendor: Bueno, parece que este problemita será más grave de lo que creí.

Cap 3. The AtheistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora