Capítulo 6, Versículo 90.

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Los aleatorios estaban corriendo, desesperados, buscando pasillo por pasillo, observando sala por sala, revisando esquina por esquina, con esa desesperación que tenían. Estaban aterrados, algo o alguien creo este lugar, y peor aún, esa cosa quería matarlos de una manera horrible, o miles de veces peor, en su terror, ambos aún escuchaban a la distancia a los montones de bestias siendo despedazadas y golpeadas por aquella barreta extraña que encontraron.

En su búsqueda, el Randy se reencontró en la sala de flores, donde habitaban aquellas hermosas flores de color purpura, relucientes, llenas de magia, las cosas más bonitas de aquella horrorosa dimensión. Ambos aleatorios se sientan, la Tipa Random estaba en un estado de pánico, hasta que observa al otro restante, no se parecía aterrado, solo triste-

-¿Te pasa algo?- Pregunto la aleatoria.

-Era mi mejor amigo...- Contestó el Randy.

-Oye, ya lloraste junto a su cadáver, no deberías estar llorando aquí por él.-

-No entenderías cuanto perdí en él.-

-Sí, yo también lo lamento, pero no es tiempo de llorar, ¡Hay que salir de aquí!~

Unos pasos lejanos se escuchaban, la Tipa Random se pone de pie y apunta una de las armas que llevaba. La puerta se abre, mostrando de nuevo El anciano, el cual abre unos portales para sus manos que iban dirigidos a la cara de la Tipa Random, pero el Randy toma las manos y las atrae hacia él, arrancándolas y dejando sin esas partes a El anciano-

-Voy a matarte de una puta vez, maldito viejo decrepito.-

En un instante, el Randy saca su arma restante y dispara, El anciano abre un portal, el cual se lleva a todas las balas que iban hacia él, pero el Randy se mueve rápido y se desliza debajo del portal, para luego dispararle en la entrepierna a El anciano. Ese disparo no pudo ser esquivado, dejando aturdido a la criatura, dándole el suficiente tiempo al Randy para atravesarle el estómago de un puñetazo-

-¡PUDRETE EN EL INFIERNO!-

Ya con la mano sacada del estómago de El anciano, hace un oper-cut el cual hace volar la cabeza de su contrincante. El Randy, aun en ese estado de ira, sale de ahí, tomando su arma y buscando a las demás criaturas, siendo seguido por la Tipa Random. El dúo avanzaba, con un hombre enfadado a más no poder y una mujer determinada por salir de ahí, cuando entraron a la sala donde estaban las demás bestias, solo encontraron sus cadáveres, mientras la Barreta Ouch aún estaba flotando en medio de todos los cuerpos.

El Randy toma la barreta, la cual su brillo rojo se potencio e incluso se escuchó un sonido energético y lleno de rabia. Los aleatorios avanzaron, tomando las municiones que encontraban y siguiendo buscando la salida de ese lugar, hasta que vuelven a las afueras, viendo que aun nevaba y que aún se encontraba el cadáver del Random. Ambos caminaron por las afueras, aun en su búsqueda de la salida, excavando y quitando cualquier pedazo de nieve que se encontraban en el camino, viendo si había algo por debajo.

Ambos se cansaron, volviendo a donde estaba el cadáver del aleatorio, sentándose y perdiendo toda esperanza, no encontraban nada, ni adentro ni afuera, apenas y encontraban un cadáver que no estaba tan descompuesto o munición ya usada. Todo ya estaba perdido para ellos, estarían ahí, atrapados hasta que alguna de las bestias los mate, o hasta que aquella cosa que creo todo este lugar aparezca y les haga algo muchas veces peor a la muerte, ese era un pensamiento unánime y sin esperanza, hasta que en el torso del aleatorio caído empiezan a brillar unas letras azules.

Ambos miran aquel suceso, leyendo aquellas letras-

''Perdón. Yo no quise hace este lugar, nunca lo quise, yo no disfruto hacer esto, me estoy volviendo loco, y no creo poder seguir aguantando por mucho más tiempo esto. Antes de que explote de nuevo y vaya a por ustedes, hagan esto: Llévense el cadáver de su amigo y pónganlo donde las flores, ellas antes no estaban para los soldados que por mala suerte estaban aquí, así que antes de ser encerrado, las cree y las deje para quien caiga por el hecho de que dejaron cajas donde ustedes. Esas flores absorben los cadáveres y abren portales para que la gente escape, así que sean rápidos y lleven a su amigo ahí, antes de que los maten.'' –Anthony Edwar Stark.

Luego de leer todo eso, los aleatorios toman el cadáver de su compañero y corrieron, corrieron con todas sus fuerzas y con desesperación. En medio del camino, se toparon con aquel hombre en tapa rabos que había matado la Tipa Random, viendo que este iba hacia ellos, mientras ambos corrían con todo lo que tenían, esquivando varias dagas, espadas y lanzas hechas de un material demasiado oscuro, creadas por aquel hombre. Cuando lo perdieron de vista, ambos llegaron a la sala donde estaban las flores, colocando el cadáver del Random, y viendo que un portal azul se abría.

Cuando iban a salir, vieron que aquel hombre salta hacia ellos con una espada, esquivándolo y viendo que este salía del portal de aquella dimensión hacia el Purgatorio, como también viendo que este se tranquilizaba-

-Este lugar... Lo recuerdo...- Dijo aquel hombre, quien miraba a la nada del desierto con una cara sorprendida, hasta que nota que su cuerpo estaba demasiado dañado- ¡PAPÁ!- Y entonces aquel hombre corrió con todas sus fuerzas. Los aleatorios salen del portal, temblando, con lágrimas en los ojos, para luego reírse de alegría de haber salido de ahí, abrazándose entre ellos, estando felices de que sobrevivieron, para luego ambos irse a sus casas... Y Abel, no fue a parar a otro lugar más que a la base de Omidh.

Cap 3. The AtheistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora