Capítulo 6, Versículo 82

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Alex despierta, algo cansado, con ojeras en los ojos, bañándose, aseándose y vistiéndose para salir a caminar. Su camino era desolado, deprimente y muerto, a él poco o nada le importaba quien o que atacase, solo iba a caminar. Antes de llegar a la ciudad, encuentra el árbol donde Sasha se suicidó, sentándose bajo él, y mirando a la nada-

Alex: Maldito seas anciano. ¿En serio tanto te costaba cuidarme? Mamá murió cuando nací, ¿Qué hiciste conmigo? Me ignorabas, me veías como basura, y la única razón por la que llegue a vivir hasta los diecisiete, es porque no querías ningún problema con la ley. Traías mujer tras mujer a la casa, nunca me enseñaste a ser mejor que tú, me metiste varias mentiras a la cabeza, me metiste traumas con los ruidos de tu cuarto. Te odio, te odio con todas mis fuerzas.

Me veían como un raro, me trataban como un enfermo, me tiraban la basura que ellos tenían a mi cara, solo tuve una amiga, y la perdí. Si ya estás muerto, déjame decirte algo, te encontrare, y haré que lo que te vaya a pasar, sea peor que el infierno.

Alex se levanta del árbol, para luego seguir caminando a la ciudad, donde se encuentra con un pequeño circo, lleno de personas que parecían drogadas, con las maravillas de ese lugar enjauladas, algunos eran personas con cierta característica extra, otros eran animales mutados a más no poder, otros eran personas de grandes capacidades que se arrinconaban en un lugar para que nadie los tocase, pero todos estaban iguales, eran personas con desgracia al estar en ese lugar. Alex entra al circo, mirando a su alrededor, diciendo en su mente ''lugar de fenómenos'' hasta que ve a un anciano en una de las jaulas. El anciano lloraba, no quería estar ahí, pero solo por su cantidad inmensa de dedos lo encerraron, Alex mira esto, decepcionado de los que hicieron esto, sacando un machete de su mochila, y cortando los barrotes de la jaula del anciano.

Este viejo agradece al ex haremista, quien va a por las demás jaulas, sacando a los demás. Los que parecían drogadictos ven esto, e intentan tomar de mala forma a los que habían sido liberados, curiosos y con ganas de liberar algo de furia. Alex mira esto y les corta los dedos a algunos, pateando y empujando a otros, dando la orden a todos de que escapasen de ahí. El machete se iba a llenar de sangre, pues, Alex esta vez iba a hacer algo bueno en su vida, liberar y proteger. La pelea comienza, varios de los atacantes ya estaban con la cabeza partida en dos, sin brazos, piernas, o con los intestinos saliendo de su panza. El machete se rompe y Alex es golpeado, pero este se libera, saltando y golpeando a los que iban tras él.

En medio de la batalla, su camisa manga larga es rota por varios cortes, así que Alex la termina de romper, para luego colocársela de modo que pareciesen vendas para sus manos, utilizando las mangas como Bóxer, y el resto de la camisa como vendas-

Alex: Si muero, lo haré peleando por una causa noble, aunque sea la única buena causa por la que he peleado.

Alex se golpea la cara luego de ese dialogo, sacándose algo de sangre, listo para la pelea-

Alex: Cueste lo que cueste, los veré muertos, y a ellos los veré libres.

El ex haremista empieza a pelear, recibiendo cortes por todo su cuerpo, esquivando algunos disparos, y quebrando huesos con sus puños. Varios cadáveres abundaban en el suelo, algunos barrotes atravesaban a algunos, otros tenían un gran hueco en el torso, mientras Alex estaba cubierto de rojo, tanto por su sangre, como por sus enemigos asesinados. Una bala llega a su pierna, hiriéndolo, haciendo que este se voltee y mire a varios hombres armados y vestidos de formas llamativas, eran los dueños del circo, uno de ellos empieza a hablar, diciendo lo siguiente.

Mr. Maglus: Mi nombre es Maglus Wirdi Strang, pero llámame Mr. Maglus. Mira amigo, estas liberando gente que se me hace útil para obtener plata, y aunque sea para un buen propósito, me estas arruinando a mí y a mis compañeros la paga, y a mis clientes la diversión, así que necesitamos que nos dejes en paz, nos traigas a nuestros fenómenos de nuevo, y que te largues.

Alex: Ni muerto lo haré.

Mr. Maglus: Bueno, tú lo pediste.

Las personas empiezas a disparar, Alex esquivaba las balas, siendo alcanzado por algunas, pero regenerándose en el instante, para luego tomar uno de los barrotes y arrojarlo a uno de los que disparaban. Maglus envía a los fenómenos más leales a hacer algo de su trabajo sucio, pero estos eran noqueados con facilidad. La batalla siguió, varios cadáveres estaban el lugar, mientras Alex se desangraba a un ritmo desenfrenado, solo quedaba Maglus, quien, saco una escopeta para dispararle a Alex y acabar de una vez por todas con él, pero el ex haremista se abalanza en contra de Maglus, metiéndole un puñetazo tal que despedazo su cabeza. Alex ya termino su trabajo ahí, saco a los que estaban encerrados y mato a todos, así que camino unos cuantos metros hacia adelante, para luego, desbalancearse y caer para atrás, pues, Maglus le había disparado antes de que llegara a golpearlo.

Alex, antes de morir, mira una figura femenina encima suyo, esa figura sonreía, mientras el ex haremista lloraba, una simple ilusión de su amiga muerta, para luego cambiar su tristeza por felicidad, porque al menos, tenía una oportunidad más de ir con ella.

Cap 3. The AtheistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora