Capitulo Diez

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❀𝐀𝐄𝐋𝐎𝐑𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍❀


Mientras Aelora seguía bordando ese bordado de tela negra, estaba más inquieta que nunca, Gida y Nora estaban junto a ella viéndola con preocupación.

Sus manos temblaban, y murmuraba cosas entre dientes que no podían escuchar.

Gida era la más preocupada, ella la crío desde niña después de todo.

- Mi princesa, deténgase- dijo Gida tomando las manos temblorientas de Aelora.

- Ya es momento Gida- dijo quitando sus manos y volviendo a bordar.

- Respira, Aelora mírame- dijo tratando de quitar tomar sus manos.

Aelora ignoro lo que dijo y solo pudo seguir escuchando a Vhagar rugiendo, siguió y siguió hasta que se punso profundamente con la aguja haciendo que la sangre manchara los hilos dorados.

Gida tomó la mano herida de k y rápidamente mandó a Nora a por paños para cubrir la herida.

- Mi niña- dijo Gida preocupada por Aelora- Estas bien.

Por más que preguntaba Gida, Aelora solo miraba el bordado y su sangre manchada con el hijo dorado.

- Aelora mírame, estas bien - pregunto Gida.

Aelora sacudió su cabeza negando y teniendo una respiración agitada.

- Dime que pasa, mi niña - dijo preocupada Gida.

- Ya inició Gida - dijo soltando unas lágrimas - Ya inició.

Gida y Nora estaban confundidas por sus palabras.

Que había iniciado?

Que era tan malo, como para afectar a la pequeña princesa.

- Mi niña hermosa, tranquila- dijo Gida mientras la atraía a ella para abrazarla.

Aelora siguió sollozando mirando hacia su bordado.

- Quiero dormir - dijo Aelora.

Gida tomó el bordado y le pidió a Nora que lo guarde.

A pasos lentos Gida llevo a Aelora hasta su cama hasta acostarla y cubrirla con las mantas de la cama.

- No quiero que nadie entre, Gida - ordeno Aelora.

- Y si es la reina o sus hermanos- pregunto.

- No quiero que nadie entre - repitió.

Gida asintió saliendo de la habitación junto con Nora. Al salir de la habitación se topo con sir Giden que estaba custodiando la puerta.

- La princesa está descansando,  no desea ser molestada- dijo Gida.

Sir Gaden asintió y le pregunto- La princesa está bien.

- Solo esta cansada.

Mientras Aelora estaba en su habitación descansando, en la el gran salón se encontraban discutiendo sobre el reclamo de Vhagar, los príncipes Jacaerys y Lucerys Velaryon estaban de un lado junto a las hijas de Daemon curando sus heridas, mientras que Aemond era atendido por el maestre sobre la pérdida de su ojo.

La discusión se puso más reñida cuando la reina pidió el ojo de Lucerys como compensación por la pérdida del ojo de Aemond.

Claramente Rhaenyra se opuso ante tal acto cruel, el rey en busca de una solución buscaba la manera de terminar la discusión, ignorando el enojo de su hijo y apoyando a las palabras de su hija.

❀𝐀𝐄𝐋𝐎𝐑𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora