Promesas

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Narra Ethan:

La universidad me gustaba mucho y entrenar, pero ahora mismo solo quería reencuentrarme con Stella.

Nos tenía amigos en la universidad ya que llegué hace poco.

Mañana tenemos nuestro primero partido.

Me duché y fuí a la universidad.

Dimos clases y después entrenamos, me lo tomé muy enserio ya que quería impresionar a Stella.

Después propusieron ir a cenar para celebrar que íbamos a jugar nuestro primer partido. Les propuse ir a Los McConnell así me reencontraba con Stella. Yo llamé para reservar

Más tarde el entrenador nos recogió con una furgoneta, que también es con la que iríamos a los partidos.

Después de dos horas llegamos al restaurante, entramos y un mesero nos recibió.

-Buenas noches -Saludó

-Buenas noches, tengo una reserva a nombre de Ethan Richards, para doce personas.

-Un momento -Él se retiró y cuándo volvió nos indicó la mesa.

Nos sentamos y después de un rato una señora vino a tomarnos el pedido.

-Disculpe -La señora me miró -¿Aquí trabaja Stella McConnell?

-Sí

-¿Puedo hablar con ella?

-Claro, sígame -Empezó a andar y yo traté de seguirle el ritmo, se paró en una puerta -Espere aquí -Dijo y entró, unos segundos más tarde volvió y me indicó qué pasará.

Stella al verme se lanzó a mis brazos, me rodeó el cuello mientras que yo rodeé su cintura. Sonreí cómo un idiota. Se separó y rió nerviosamente.

-Has cumplido tú promesa

-Y ahora tú tienes que cumplir la tuya

-¿Cuándo es el partido?

-Mañana -Ella miró a la otra señora que había en la cocina y ella asintió con la cabeza -Allí estaré ¿A qué hora es?

-A las nueve, pero hay que estar una hora antes

-Está bien ¿Es en el instituto del pueblo?

-Sí

-Allí me verás -Miró de nuevo a la señora.

-Ethan, ella es mi madre Daiyanara

-Un placer, llámame Dai

-El placer es mío

-Me recuerdas mucho al profesor de matemáticas que tuve en el instituto.

-Bueno, mí padre es profesor de matemáticas

-¿Tú padre es Christopher Richards?

-Sí ¿Fue tú profesor?

-Sí ¡Ya decías que me sonabas! Eres igualito a tú padre

-Me lo suelen decir -Ella rió suavemente -Mañana estarán en el partido y se quedarán aquí dos días. Podrías venir a ver el partido

-No quiero molestar

-Mama, por favor ve, no me dejes sola.

-¿Puede ir Everett? -Miré a mí amiga con duda

-Es mí padre -Me contestó -¿No tiene trabajo?

-Puede, después le pregunto.

-Vale. Stella -La llamé y ella me prestó toda su atención -¿Me puedes llevar tú a casa cuando termines de trabajar?

-¿No tienes a nadie que te lleve?

-Sí, se supone que me debería ir con el equipo pero prefiero irme contigo

-Está bien

-No vemos después

-Claro -Me fuí y volví con el equipo.

Comimos mientras que hablábamos y después llegó la hora de qué se fueran.

-Tengo unas cosas que hacer así qué me quedaré -Le dije al entrenador

-Está bien, nos vemos mañana

-Hasta mañana -Se montaron y se fueron.

Unos diez minutos después Stella apareció a mí lado.

-¿Nos vamos? -Me preguntó a lo que yo asentí

Subimos a su auto y cogimos rumbo a mí casa.

-Yo quiero una camiseta con tú nombre -Me dijo

-Afuera hay una tienda donde la puedes comprar.

-¿Seguro que no me quiedes dar la tuya?

-¿Cuándo meta un gol? -Ella asintió

-Te la daré

-Esoero que tengas en cuenta que no te la voy a devolver

-No pretendo que la devuelvas

-Vale ¿Tú madre no se enfadará cuando vea que me vas a dedicar tú gol?

-No, además ya me tiene que compartir con tres chicas más

-¿Tres?

-Tengo dos hermanas menores Alice, que tiene dieciséis y Chloe que tiene trece años.

-¿Y la tercera?

-Ah, la tercera eres tú -Por el rabillo del ojos puede ver cómo se sonrojaba y sonreía.

Después de una hora y tres cuartos llegamos a mí casa. Dejé un beso en su mejilla y me bajé del auto.

Entré a mí casa me duché y no tardé nada en tirarme a la cama y dormirme.

Confort | 3° Triologia Amores DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora