Ganar

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Me desperté, estaba sola en la cama pero escuchaba unas voces de la cocina. Me levanté y me cambié de ropa. Bajé a la cocina y ví a toda la familia de mí novio, hablaban y reían. Sentí una presión en mí pecho ya que dentro de poco el les contaría que es un vampiro.

-Buenos días -Saludé. Ethan se acercó a mí y dejó un casto beso en mis labios, después nos separamos y vi a su hermana pequeña haciendo una mueca de asco.

Nos sentamos y Ethan me dió mi desayuno. Desayunamos mientras las hermanas de mí novio le contaban todo lo que había pasado en su ausencia. Él reía a carcajadas con algunas de sus ocurrencias.

Ethan y yo nos fuimos ya que el quería entrenar un poco. La familia de Ethan fue a explorar. Nosotros fuimos al mismo campo de fútbol en el que estuvimos jugando hace unos días. Estuvo tres horas entrenando, aveces entraba en juego intentando quitarle el balón, pero se quedaba en intento.

Volvimos a casa y él se empeñó en que quería conducir él.

-¿Podemos comer lasagna?

-Sí -Respondí atenta a las calles por las qué pasábamos

-Pero quiero una lasagna de las tuyas

-¿Si no es mía de quién va a ser?

-No lo sé, pero quiero que sea de las tuyas -Me reí suavemente

Llegamos a casa, me dirigí a la cocina y él fue a darse una ducha. Saqué las cosas del armario y empecé a hacer la comida. No sé exactamente cuánto tiempo pasó pero Ethan volvió conmigo ya con la equipación puesta. Me ayudó a terminar de hacer la comida y su familia llegó. Comimos los seis juntos y nos sentamos a ver una película.

Llegó la hora de irse al estadio. Nos preparamos y nos fuimos. El estadio era enorme, no me cansaría de decirlo, era un pasada. Su familia y yo nos dirigimos a nuestra zona y nos separamos de Ethan no sin antes darle un beso, despedirnos y desearle suerte. Estuvimos un buen rato en nuestra parte esperando a que el partido empezara.

El partido empezó. A los veinte minutos les metieron un gol, vi cómo Ethan me buscaba con la mirada y cuándo me encontró me sonrió y suspiró. Siguieron jugando y el número diez le quitó el balón a uno del otro equipo, estaba al lado de la portería y le pasó el balón a mí novio, él marcó y todos los de su equipo se tiraron encima de él. Cuándo se separaron no tardó en señalarme y hacer un corazón, se lo devolví y me sonrió. Siguieron jugando e hicieron falta a uno de nuestro equipo. Tiraron el penalti y metieron, el partido se continuó y no metieron más goles pero ganaron. Ethan se despidió de su equipo y nos fuimos a celebrar que había ganado su primer partido en el equipo de Berlín.

-¿Qué os apetece cenar? -Pregunté

-Que elija Ethan, el ha ganado, se merece elegir

-¿Qué os parece si vamos a un restaurante de comida asiática?

-Vale -Aceptó su hermana menor, Chloe.

-Linda, ¿Me indicas por dónde es? -Me pidió Ethan ya que el estaba conduciendo, yo asentí por la cabeza, sabía que me había visto por el rabillo de ojos. Saqué mi móvil y busqué el restaurante más cercano y le indique por donde era.

Después de diez minutos aparcamos enfrente del restaurante y entramos. El lugar era bastante lindo, las paredes azules oscuros y las mesas negras le daban un buen aspecto al lugar. Pedimos la comida. Estuvimos hablando y comiendo, la cena estuvo deliciosa. Volvimos a casa y cada uno fue a su habitación Ethan y yo nos duchamos tranquilamente, después nos tumbamos en la cama, le abracé como todas la noches.

-Lo has hecho muy bien

-Gracias, no quería decepcionarte

-No podrías, créeme podríais perder por diez puntos y seguiría orgullosa de tí.

-Te amo

-Y yo a tí -Le miré y vi que en sus ojos se reflejaba la preocupación -No te preocupes por mañana, todo saldrá bien.

-Menos mal que te tengo a tí

-Recuerda que somos inmortales así que me tendrás por siempre. -El rió flojito para no despertar a nadie.

-He estado pensando...

-¿En qué?

-Como no podemos tener hijos ¿Podríamos adoptar?

-Si es lo que quieres sí

-Vamos a adoptar

-A niños pequeños

-Quiero dos hijos, la grande una niña y él pequeño un niño

-Los que tú quieras

-Te quiero

-Pues yo te amo

-Que romántica eres

-Vale, si es lo que quieres mejor no hablamos

-¿Por qué?

-Porque siempre que tenemos una conversación acabamos diciendo cosas románticas. Lo siento, es qué eres muy cursi

-Gracias -Me dijo irónicamente

-De nada -Hizo una mueca de asco pero no tardó en volver a reír. Me pasaría el día escuchándolo reír, me encantaba, poco a poco me uní a sus risas. Nos quedamos en silencio hasta que el bostezó.

-¿Tienes sueño?

-Un poco

-Pues vamos a dormir

-Pero quiero seguir hablando contigo

-Tiene sueño Ethan, debes dormir

-Y voy a dormir ¿Quién te ha dicho que no? Aunque me voy a dormir más tarde

-Que pesado eres -Le espeté en un suspiro

-Lo sé, pero así me amas

-¿Quién te ha dicho que no te he mentido y to eso es una mentira, yo en realidad no te amo? -Me aguanté la risa, no tardamos en estallar a carcajadas. Él nos dió la vuelta así quedando el arriba y yo abajo, no tardé en volver a estallar, me estaba haciendo cosquillas. Me retorcía debajo de su cuerpo.

-Pa-para -Le pedí mezclando las palabras con las risas

-Dime qué me amas

-Te-te amo

-Dilo otra vez, no te he escuchado

-Te amo -Dije como pude y paró de un segundo a otro, no tardó en tirarse a mis labios y besarme como si no hubiera un mañana. -Ibamos a dormir -Le recordé separándome un poco

-¿Dormir? ¿Qué es eso? -Volvió a besarme, no tardé corresponderle. Nos volvimos a separar, él empezó a repartir beso en mí cuello.

-Ethan tienes que dormir, si mañana le vas a hablar de lo que eres a tus padres necesitarás dormir. -El gruñó y continuó a lo suyo -Ethan -El suspiró y se separó, se tumbó a mí lado, me dió la espalda y yo le abracé, sabía que el no se negaría aunque quisiera. Dejé un beso en su ancha espalda y me dormí.

Me daba miedo lo que podía pasar al día siguiente, me sorprende que yo me durmiera antes que él. Las caricias que le daba a mí mano me tranquilizaba bastante, en realidad cualquier contacto físico que viniera de él podía tranquilizarme. No sé qué pasaría al día siguiente pero pasara lo que pasara estaría con él.

Confort | 3° Triologia Amores DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora