Berlín

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Narra Stella:
Me desperté abrazando a Ethan, su corazón latía a un ritmo constante. Me incorpore lentamente para no despertarle, bajé a hacer el desayuno. Corté algunas frutas y fuí a despertar a mí novio, cuando estuve a su lado me agaché y dejé un beso en su mejilla.

-Ethan, despierta -Él abrió los ojos lentamente y me miró con una gran sonrisa en su rostro.

-Buenos días

-Buenos días, te he hecho el desayuno

-Muchas gracias -Se incorporó un poco y dejó un casto beso en mis labios, se sentía tan bien. Me fuí para que se cambiara y volví a la cocina y le robe a Ethan algunos de los trozos de su desayuno. El bajó ya cambiado con unos vaqueros azules y una camiseta negra de manga corta, lo cual me pareció extraño ya que siempre iba con la camisa de su equipo.

-¿Por qué...?

-Como me cambio de equipo ya no entreno con este

-Vale -Él se sentó a desayunar, yo lo veía comer, se veía tan guapo. Terminó y lo llevé a la universidad -¿Cuándo vallamos a Berlín donde no vamos a quedar?

-Tengo una casa allí

-¿Enserio? -Él me dedicó una sonrisa, se acercó a mí y me besó profundamente. Luego de unos segundos nos tuvimos que separar

-Nos vemos luego chupasangres

-Nos vemos luego -Se bajó del auto e ingresó al lugar.

Había mucho atasco hoy así que tardé tres horas en llegar a Marburgo. Fuí directamente a la cocina.

-Tenemos que hablar -Avisé abriendo la puerta de la cocina, mis padres me miraron preocupados

-¿Qué sucede?

-Me tengo que mudar a Berlín

-Si necesitas trabajo te puedes encargar junto a tú padre a la financias del lugar

-¿Seguro?

-Sí

-¿Cuándo te mudas?

-Mañana

-Supongo que es una despedida -Habló por primera vez mí padre

-No es una despedida, vendré a visitaros

-Te extrañaremos

-Y yo a vosotros. -Abracé a ambos y me fuí al auto.

De pequeña ayudaba a mí papá con las financias del restaurante mientras mí madre trabajaba, sabía bastante del tema. Volví a mí hogar e hice las maletas, guardé toda mí ropa y muchas cosas que tenía en mí casa. Vi el coche de Ethan por la ventana, Ethan no tardó en entrar, bajé abajo para recibirlo y lo vi con una linda sonrisa.

-Hola de nuevo -Se acercó a mí, me agarró de la cintura y plantó un beso en mis labios.

-Hola

-¿Qué tal estás? ¿Qué te han dicho?

-Estoy bien y me voy a ir a Berlín contigo -Me abrazó y me alzó, rodeé mis piernas en su torso y él me dió varias vueltas en el aire.

-Esa es una gran noticia

-Lo es -Me dejó en el suelo y metimos mis cosas en su maletero.

Comimos los dos y él se puso a entrenar, estaba haciendo flexiones cuándo se me ocurrió una maravillosa idea. Me senté en su espalda para que tuviera que levantar el peso de los dos. Le costaba un poco pero conseguía hacer la flexión, después de treinta flexiones decidí levantarme, él imitó mí gesto y quedamos frente a frente. Dejó un beso en la punta de mí nariz y se fué escaleras arriba.

-Voy a ducharme -Me avisó sin detener su caminata

-Yo voy a hacer la cena. -Di unos pocos pasos y ya estaba en esa cocina que ya apenas vería. Hice ensalada para ambos, la serví en dos platos y mí novio no tardó en bajar.

Nos sentamos a cenar, ninguno habló, yo no sabía qué decir.

Terminamos de cenar y recogimos la cosas, fuimos a mí cuarto. Me puse la camiseta que llevaba Ethan, era muy simple pero muy cómoda. Me tumbé en la cama y Ethan a mí lado, le miré a los ojos y él sonrió, le devolví la sonrisa, me encantaba que el sonriera, tenía una sonrisa encantadora que derretiría a cualquiera. Era una de esa sonrisas en las que mostraba sus perfectos dientes, no podía ser más guapo.

Daríamos un gran paso en tan poco tiempo, pero estaba segura de que lo haría, haría todo por él. En un sentido me daba miedo sentirme tan vulnerable como cuando estoy con él, sabía que si él me hacía daño me afectaría mucho, me había permitido amar sin tener en cuenta los riesgos que podría tener pero sabía que aunque acabara dañada está habría sido la mejor esperiencia de mi vida.

Me dí la vuelta así dándole la espalda a mí novio y él me abrazó por la espalda siendo él la cuchara grande. Respire hondo, lo amaba de verdad pero estaba un poco agobiada, viviríamos juntos, en un sentido ya vivimos juntos ya que él se pasa el día aquí metido pero ahora sería oficial. Lo vería todos los días y lo mejor, viajaría con él, siempre me ha gustado viajar, aunque no lo hago mucho, me gustaría hacerlo más y ahora tengo la oportunidad y puedo hacerlo con la persona que amo. Sonreí y me dormí con esa sonrisa.

⚽⚽⚽⚽⚽

Me desperté, toqué a mí lado y no noté a Ethan. La puerta se abrió y apareció él, instantáneamente sonreí. Él venía con una bandeja, en ella había un vaso de zumo, algunas frutas cortadas y unas tostadas con aguacate y la otra con huevos revueltos. Me la puso en el regazo y dejó un beso en mí sien, se sentó a mí lado.

-Gracias -Él negó suavemente con la cabeza. Él me quitaba algunos pedazos de frutas y me sonreía cuando se los metía en la boca. Desayunamos los dos, no hacía falta compartir palabras ya que el silencio era cómodo. Terminamos de desayunar, recogimos lo que habíamos ensuaciado y yo me cambié de ropa para ir a Berlín.

Antes de subir al coche me llegó un mensaje de mí padre

Papi🧛

Buen viaje

Recuerda llamarnos

Sonreí ante el mensaje, me alegraba que se hubiera acordado.

-Mañana me reciben en el equipo, ¿Vas a venir a verme?

-No he comprado la entrada

-Al ser mí novia puedes venir conmigo

-Vale, allí estaré -Acepté con una sonrisa.

Arrancó el auto y cogimos rumbo a Berlín. A medio día llegamos a la capital. Fuimos a su casa, tenía tres pisos. Era bastante grande para lo que yo me esperaba, la casa blanca por fuera, creo que estaba boquiabierta ya que Ethan se estaba carcajeando. La casa de mí padre era mucho más grande pero me sorprendía que ahí fuera donde íbamos a vivir.
Bajamos del auto, me miró con una gran sonrisa. Entramos a la casa y la vimos entera, era enorme, sin duda disfrutaría mucho estar aquí.

-He dejado lo último para el final -Me dijo enfrente de una gran puerta marrón -Sé que amas leer y aquí tendrás mucho más tiempo libre así que... -Abrió las puertas y me dió paso a una gran biblioteca -...te he hecho una.

-Es hermosa -Admití asombrada, había bastantes libros, una chimenea a un lado y un gran sofá.

-Me alegro que te guste, me... -Se calló cuando mis brazos lo envolvieron por el cuello, él me rodeó la cintura, me separé un poco y lo besé suavemente, poco a poco el beso se volvió más intenso. Lo besaría así toda la vida y nunca me cansaría. Nos separamos por falta de aire

-¿Y si probamos esa cama nueva? -Él sonrió pícaramente, me agarró por los muslos y me alzó haciéndome rodear su torso con mis piernas, lo volví a besar y nos encaminamos a nuestra habitación.

Confort | 3° Triologia Amores DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora