Sam: Te odio, Betty.
Sam: De repente, te fuiste corriendo de la playa y no volviste.
Sam: Me dejaste relativamente sola, ya que había más gente en la playa, pero íbamos a disfrutar de esa noche.
Yo: Perdón.
Sam: No vas a arreglar nada diciéndome eso.
Yo: De verdad que lo siento Sam, pero hay una razón por la que salí corriendo.
Sam: ¿Cuál?
Yo: Lo vi.
Sam: ¿Te chocaste con una farola antes de venir o...?
Yo: Ayer por la noche me envió un mensaje, "el chico de los mensajes", nunca mejor dicho.
Sam: ¿Y? Lo hace siempre.
Yo: Me dijo que me había visto.
Sam: Que yo recuerde, el "notas" ese, vivía a kilómetros de nosotras.
Yo: ¿El "notas"? Que sepas que es muy agradable hablar con él.
Sam: No... No me digas que te ha gustado hablar con él todos estos meses y que ahora te empieza a gustar. ¡Tú misma dices que lo odias y que no crees en las amistades por Internet!
Yo: Pero ya lo he conocido.
Sam: ¿Y cómo?
Yo: Me explicó que cogió su coche, dinero, y se vino a la ciudad. Tardó muchas horas, pero lo hizo.
Sam: Oh, qué mono, lo hizo por ti.
Yo: Bah, yo no lo veo así.
Sam: Sí, tú lo verás como que quería darse un tour por la costa.
Yo: Sí.
Sam: Eres un caso.
Yo: Bueno, a lo que voy. Le he visto por fin la cara.
Sam: Ah vale, ahora tiene todo sentido: Como le has visto la cara a un chico al que no conoces de nada, me tienes que dejar tirada y sola en la playa.
Yo: Exacto.
Sam: ¿Te bloqueo ya...?
Yo: ¡Espera Sam! Te cuento toda la historia con algunos detalles.
Sam: ¿Algunos detalles? Quiero meterme hasta en la historia.
Yo: Exagerada.
Sam: Venga, cuéntame.
Yo: Es muy largo, pero ahí va: Él me envió un mensaje cuando estaba en la playa contigo, diciéndome que estaba aquí. Luego, me dijo que se fue a comprar un helado y salí corriendo a buscarlo, porque el muy imbécil había venido desde tan lejos para "tomarse un helado". No quería conocerme.
Sam: Me río a carcajadas, está fatal. Yo tampoco querría conocerte.
Yo: Sí, ya... Si me amas.
Sam: Sigue, aunque no me estés dando ni un sólo detalle.
Yo: Vi a un chico con un móvil en la mano y un helado, y supuse que era él.
Sam: Muy lista, genio.
Yo: Empezó a correr y... Sí, empezó a correr, no te rías.
Sam: Eso deberías habérmelo dicho antes.
Sam: Normal que corra.
Yo: Bueno... Yo lo perseguí y vi que se metía en un bar.
Sam: ¿A cuánto estaba la cerveza?
Yo: ¡Sam! ¡No me fijé!
Sam: Perdón, perdón... Todos cometemos errores.
Yo: Como lo vi antes de espaldas, sabía que tenía una camisa blanca, y después de buscarlo con la mirada, lo encontré sentado en la barra.
Sam: Interesante historia. (?) ¿Y para toda esa persecución me dejaste?
Yo: ¡No! Luego, como ya nos habíamos visto, sucedieron más cosas.
Sam: Ah, vale.
Yo: ¿No quieres saberlo? ¡Por fin lo he conocido!
Sam: Sí, sí.
Yo: No te interesa...
Sam: Claro que sí, pero ahora estoy ocupada. He visto a unos chicos muy guapos por la playa.
Yo: ¿Y ahora quién deja tirado a quién?
Sam: Lo siento Betty, no te lo tomes a mal, pero tienes otros muchos momentos en los que contarme toda esa historia. Es más, tú has dicho que es muy larga.
Yo: Ya pero...
Sam: Oye, ¿qué tal si quedamos mañana, tomamos un helado y me cuentas todo con más detalles? Así nos vemos y veo tu cara al contarme todo.
Yo: Bueno, si lo prefieres así.
Sam: Es mejor cara a cara. Por cierto, ¿cómo decías que se llamaba?
Yo: Eh... Todavía no lo sé.
Sam: ¿¡No lo sabes!?
Yo: Es que... No sé... Lo que pasó es que...
Sam: Puf, da igual. Nos vemos mañana, ¿vale? Y déjame decirle algo a él por mensaje.
Yo: Vale. Pues... Nos veremos mañana.
Sam: Sí, hasta mañana.
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Te has equivocado
Short Story《 Yo: La tarde del sábado es sagrada. No la contamines con tus estúpidos mensajes. Número desconocido: ¿Estúpidos mensajes? Mis mensajes son poesía. Yo: Claro que sí, eres el poeta del siglo XXI. Número desconocido: Gracias por reconocerlo 》. Betty...