#20

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Sam: Te odio, Betty.

Sam: De repente, te fuiste corriendo de la playa y no volviste.

Sam: Me dejaste relativamente sola, ya que había más gente en la playa, pero íbamos a disfrutar de esa noche.

Yo: Perdón.

Sam: No vas a arreglar nada diciéndome eso.

Yo: De verdad que lo siento Sam, pero hay una razón por la que salí corriendo.

Sam: ¿Cuál?

Yo: Lo vi.

Sam: ¿Te chocaste con una farola antes de venir o...?

Yo: Ayer por la noche me envió un mensaje, "el chico de los mensajes", nunca mejor dicho.

Sam: ¿Y? Lo hace siempre.

Yo: Me dijo que me había visto.

Sam: Que yo recuerde, el "notas" ese, vivía a kilómetros de nosotras.

Yo: ¿El "notas"? Que sepas que es muy agradable hablar con él.

Sam: No... No me digas que te ha gustado hablar con él todos estos meses y que ahora te empieza a gustar. ¡Tú misma dices que lo odias y que no crees en las amistades por Internet!

Yo: Pero ya lo he conocido.

Sam: ¿Y cómo?

Yo: Me explicó que cogió su coche, dinero, y se vino a la ciudad. Tardó muchas horas, pero lo hizo.

Sam: Oh, qué mono, lo hizo por ti.

Yo: Bah, yo no lo veo así.

Sam: Sí, tú lo verás como que quería darse un tour por la costa.

Yo: Sí.

Sam: Eres un caso.

Yo: Bueno, a lo que voy. Le he visto por fin la cara.

Sam: Ah vale, ahora tiene todo sentido: Como le has visto la cara a un chico al que no conoces de nada, me tienes que dejar tirada y sola en la playa.

Yo: Exacto.

Sam: ¿Te bloqueo ya...?

Yo: ¡Espera Sam! Te cuento toda la historia con algunos detalles.

Sam: ¿Algunos detalles? Quiero meterme hasta en la historia.

Yo: Exagerada.

Sam: Venga, cuéntame.

Yo: Es muy largo, pero ahí va: Él me envió un mensaje cuando estaba en la playa contigo, diciéndome que estaba aquí. Luego, me dijo que se fue a comprar un helado y salí corriendo a buscarlo, porque el muy imbécil había venido desde tan lejos para "tomarse un helado". No quería conocerme.

Sam: Me río a carcajadas, está fatal. Yo tampoco querría conocerte.

Yo: Sí, ya... Si me amas.

Sam: Sigue, aunque no me estés dando ni un sólo detalle.

Yo: Vi a un chico con un móvil en la mano y un helado, y supuse que era él.

Sam: Muy lista, genio.

Yo: Empezó a correr y... Sí, empezó a correr, no te rías.

Sam: Eso deberías habérmelo dicho antes.

Sam: Normal que corra.

Yo: Bueno... Yo lo perseguí y vi que se metía en un bar.

Sam: ¿A cuánto estaba la cerveza?

Yo: ¡Sam! ¡No me fijé!

Sam: Perdón, perdón... Todos cometemos errores.

Yo: Como lo vi antes de espaldas, sabía que tenía una camisa blanca, y después de buscarlo con la mirada, lo encontré sentado en la barra.

Sam: Interesante historia. (?) ¿Y para toda esa persecución me dejaste?

Yo: ¡No! Luego, como ya nos habíamos visto, sucedieron más cosas.

Sam: Ah, vale.

Yo: ¿No quieres saberlo? ¡Por fin lo he conocido!

Sam: Sí, sí.

Yo: No te interesa...

Sam: Claro que sí, pero ahora estoy ocupada. He visto a unos chicos muy guapos por la playa.

Yo: ¿Y ahora quién deja tirado a quién?

Sam: Lo siento Betty, no te lo tomes a mal, pero tienes otros muchos momentos en los que contarme toda esa historia. Es más, tú has dicho que es muy larga.

Yo: Ya pero...

Sam: Oye, ¿qué tal si quedamos mañana, tomamos un helado y me cuentas todo con más detalles? Así nos vemos y veo tu cara al contarme todo.

Yo: Bueno, si lo prefieres así.

Sam: Es mejor cara a cara. Por cierto, ¿cómo decías que se llamaba?

Yo: Eh... Todavía no lo sé.

Sam: ¿¡No lo sabes!?

Yo: Es que... No sé... Lo que pasó es que...

Sam: Puf, da igual. Nos vemos mañana, ¿vale? Y déjame decirle algo a él por mensaje.

Yo: Vale. Pues... Nos veremos mañana.

Sam: Sí, hasta mañana.

Te has equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora