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El receso los ayudó a refrescarse y aclarar las ideas

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El receso los ayudó a refrescarse y aclarar las ideas. Manuel estaba listo para enfrentar el resto del interrogatorio; tenía un plan y un objetivo claro: acabar con el alcalde.

La jueza marcó el final del receso y procedió a explicar la conclusión luego de ver el video.

—Se analizó el video y efectivamente muestra que el señor Trevor Addison estuvo presente en el hospital el día en que se encontró el cuerpo de la señora Turner. Sin embargo, como señaló el abogado, el video no contiene audio, solo imágenes, así que no se puede considerar como prueba sin tener el contexto completo. Así que ese video queda descartado como prueba.

Manuel se puso de pie con dificultad.

—¿De qué está hablando? ¡Es una prueba más que suficiente!

—Vuelva a su lugar, doctor —le advirtió la jueza.

—Está descartando la parte crucial de mi testimonio, señora jueza, ¡Es injusto!

—Doctor Alonso, si no se tranquiliza lo descartaré a usted como testigo. Es mi última advertencia.

Manuel se mordió el labio. Desde luego que tenía muchas cosas más para decirle a la jueza, pero prefirió mantener la compostura para no darle el gusto al alcalde, que mantenía una sonrisa de oreja a oreja mientras secretear con sus abogados.

No hubo más preguntas para él, así que regresó a su lugar molesto. Su plan no había salido como esperaba, así que estaba tremendamente frustrado.

Cuando le tocó el turno al Alcalde, la tensión se hizo presente en la sala. El hombre se acomodó en su sitio con una actitud segura y una sonrisa que pretendía ser amigable, pero para quienes conocían su verdadera personalidad, sabían de sobra que aquella actitud rebosaba burla y pedantería.

El abogado disparó la primera pregunta como si tuviese una cerbatana.

—¿Usted tuvo alguna relación laboral con los hombres que atacaron al doctor Alonso?

—Contraté sus servicios en algún momento, sí —respondió el alcalde con sorna.

—Estaba usted en conocimiento de los actos delictivos que realizaban los acusados?

—Por supuesto que no.

—¿Qué estaban buscando el día que retiraron las cajas con archivos del hospital?

—Solo estaba haciendo una inspección de rutina—contestó Addison.

—Su señoría, las cajas que fueron retiradas del hospital contenían archivos con más de quince años de antigüedad. Lo que me hace pensar que quizás, lo que el alcalde estaba buscando era la copia del acta de defunción de Bruno Franco. ¿Me equivoco?

—Sí, se equivoca —respondió el alcalde, desafiante.

—Casualmente —continuó el doctor Saenz—, la supuesta "inspección de rutina", se hizo después de que se revelara la existencia de las dos actas de defunción. Eso sugiere que probablemente querían deshacerse de la real. Lo que me lleva a preguntarle directamente: ¿Tuvo algo que ver con la muerte de Bruno Franco?

—¡Objeción! —los dos abogados se levantaron y gritaron al unísono.

—¡Acusación sin fundamentos! —dijo uno.

—Solo es una pregunta, su señoría, no estoy acusando a nadie —se atajó el doctor Saenz.

—Responda, señor Addison.

El hombre resopló, molesto.

—No, no tuve nada que ver.

—¿Quién cree que pudo haber estado involucrado, señor Addison?—continuó el abogado.

—El único involucrado y culpable por la muerte de ese chico fue el conductor que se dio a la fuga. Honestamente no comprendo cuál es la idea de seguir con un caso que se cerró hace años. Entiendo el dolor de la familia Franco, pero si me lo permiten, esto me parece totalmente absurdo. Así que, si no tiene más preguntas, doctor...

El abogado le dedicó una mirada feroz al alcalde.

—No más preguntas.

—No más preguntas

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¿Quienes MATARON a Bruno Franco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora