Samantha.6

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Mientras Lucas y yo íbamos de camino a casa, me encontraba mirando el atardecer desde la ventana del auto. El cielo se teñía de tonos naranjas y rosados, creando un paisaje que me llenaba de paz. Estaba, sumida en mis pensamientos, cuando Lucas rompió el silencio.

—Quiero que nuestros padres lo sepan —dijo, con su voz llena de determinación.

Me giré para mirarlo, sorprendida por su repentina declaración.
—¿Qué? —pregunté, aunque sabía perfectamente a qué se refería.

—Podríamos invitarles a cenar en mi casa este fin de semana —continuó, sin apartar la vista de la carretera.

La idea me pareció perfecta. —Sí, me parece una buena idea.— respondí..

**

El fin de semana llegó más rápido de lo que esperaba. Lucas y yo pasamos la tarde preparando la casa para la cena. Ambos nos encargamos de la comida, luego decore la mesa con flores frescas. Cuando nuestros padres llegaron, los recibimos con sonrisas nerviosas. La cena transcurrió entre risas y conversaciones amenas, pero ambos sabíamos que el momento de la verdad se acercaba. Después del postre, Lucas tomó mi mano bajo la mesa y me dio una mirada de apoyo.

—Tenemos algo que queremos compartir con ustedes.— comenzó Lucas, su voz firme pero llena de emoción. —Sam y yo hemos decidido dar un paso más en nuestra relación. Estamos juntos, como pareja.

Sentí cómo el calor subía a mis mejillas. Mis padres se miraron sorprendidos, pero pronto sus rostros se iluminaron con sonrisa.—¡Felicidades! —dijo mi mamá, levantándose para abrazarnos a ambos—. Nos alegra mucho por ustedes.

—Gracias, señora Torres. Significa mucho para nosotros contar con su apoyo.

Asentí, sintiendo el calor de sus palabras.—Gracias mamá. Estamos muy contentos de poder compartir esto con ustedes.

Los padres de Lucas sonrieron y también se acercaron para abrazarnos, mi papá añadió— Bueno, solo tengo algo que decirte lucas, y es que cuides mucho de mi princesa.

Lucas me tomó de la mano y asintió.—No se preocupe, señor Torres. Le prometo que asi será. — Sonreí y me dio un beso en mi mejilla.

Después de los abrazos y las felicitaciones, mi mamá se ofreció a ayudarme en la cocina. Mientras lavamos los platos, ella me miró con una expresión seria.—Samantha, ¿estás segura de esta decisión? —preguntó en voz baja.

—Sí, mamá —respondí rápidamente, tratando de sonar convincente.

—Es solo que… no te noto muy feliz —dijo, frunciendo el ceño.

Negué con la cabeza, forzando una sonrisa.—Estoy feliz con Lucas, de verdad.— Pero en el fondo, sabía que no era completamente cierto. Había algo que no encajaba, una inquietud que no podía ignorar.

Ella me observó en silencio por un momento, luego asintió y me dio un beso en la frente. —Está bien, cariño. Solo quiero que sepas que siempre estaré aquí para lo que necesites.

—Lo se, gracias mamá. — Sentí una mezcla de alivio y culpa. Sabía que mi mamá solo quería lo mejor para mí, y aunque no podía admitirlo en voz alta, su apoyo incondicional significaba mucho para mí.

**

Hoy es nuestra primera cita oficial desde que nos hicimos novios. Después de dos semanas de recibir felicitaciones por parte de unos amigos y trabajadores de la finca, Lucas decidió llevarme a cenar a un restaurante. El lugar era acogedor, con luces tenues y una atmósfera íntima que hacía que todo se sintiera especial. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, donde se podía ver el pueblo iluminado.

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