Emma.15

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⭐⭐⭐Hola buenas noches, disculpe la tardanza es que no tenía luz pero acá les dejaré los dos últimos capítulos y que lo disfruten

2 años Después.

Estoy entrando a casa cuando escucho que alguien se acerca. —¡Mami, ya estás aquí!.—grito emocionada.

—Hola, princesa hermosa.— respondi con una sonrisa. ella se sube a mi como un koala. —Oh, cariño pesas mucho.— digo riendo. —¿Cómo te fue en la escuela?.

—¡Muy bien, mami! La maestra dice que soy muy inteligente.— responde orgullosa.

—Así es, eres muy inteligente. ¿Y tu mamá dónde está?.— pregunté.

—Aquí estoy.— dice acercándose a nosotras. Pero justo al llegar, hace como si fuera a vomitar y sale corriendo, subiendo las escaleras rápidamente.

—Mamá, ¿está bien?.— pregunta preocupada.

—Tal vez algo le cayó mal. Déjame ir a ver.—digo mientras ella se baja y caminó hacia las escaleras.

—Amor,¿qué tienes?.—pregunto preocupada

—Sami.—la llame cuando no la vi en la habitación, camine hacia el baño, pero la puerta está cerrada. —Amor, ¿qué tienes?.—repite, pero no hay respuesta.

—Si no abres, buscaré la llave para abrir.—advierte.

—Espera un momento.— respondió

Los segundos pasan hasta que finalmente la puerta se abre, pero al verla, Sami vuelve a entrar para vomitar.

—Amor, me estás preocupando.— digo con voz temblorosa.

—No entres… tu olor me da ganas de vomitar.— responde desde el baño.

Me olfateo para ver si huelo mal, pero no noto nada extraño. —Pero no tengo mal olor.— digo confundida.

—Es tu perfume.— aclara ella.

—¿Mi perfume? Pero si a ti te gusta.— me quedo callada, pensando. —Sami ¿cuánto falta para hacerte la prueba?.— pregunto después de un momento de silencio.

—Faltan tres días, pero no creo que sea tiempo para saber.— responde con voz débil.

—¿Has tenido otros síntomas?.— insisto.

—Tuve un mareo leve esta mañana.— admite.

—¿Por qué no me dijiste?.— pregunto preocupada.

—También vomité el almuerzo.— añade.

—Bien, iré a comprar las pruebas.— digo decidida, caminando hacia la puerta. Pero justo cuando estoy a punto de salir, la puerta del baño se vuelve a abrir.

—Espera, ¿tú crees que?.— Sami se toca el vientre.

—Tienes los síntomas, amor.

Doy un paso hacia ella, pero retrocede.

—Perdón, iré a la farmacia.— digo rápidamente.

—Está bien, no tardes.— responde ella.

—No lo haré. Le diré a Emily que esté contigo.— Ella asiente.—Te amo.— digo antes de salir.

—Y yo a ti.— responde con una sonrisa débil.

Salí de la habitación y fui a la de Emily.

—Cariño.—llamé mientras entraba. —Ve con mamá, por favor.

—Mamá está malita.

—Solo le duele la pancita, pero ella estará bien. Cuídala por mí.— le pedí.

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