Capítulo 6: La Única Paloma Viviendo en el Océano

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La princesa Lanbaoshí siempre ha sido conocida por su amabilidad y su espíritu benevolente. Por eso, no sorprende que incluso en un momento de derrota, su sonrisa no se borre de su rostro. A pesar de que sus guerreros perdieron ante los temidos gladiadores en el coliseo, ella se mantuvo firme y orgullosa de su gente. Pero lo más admirable de todo fue su actitud hacia el Rey, con un gesto de amistad, estrechó su mano inclinándose ante él. La princesa Lanbaoshí demostró ante todo Selili que no solo es una líder justa y valiente, sino también una mujer sabia y compasiva que cesó el combate al ver que sus gladiadores estaban extenuados. La princesa Lanbaoshí demostró comprender el verdadero significado de la nobleza que Orel admiro hasta el punto de suspirar.

"Es muy bonita", pensó el muchacho llevándose la mano al pecho; "Si en un reino tan estricto como Huaxia le han permitido ser Embajadora, es por algo. Cómo me gustaría... cómo me gustaría saber más de ella."

Elya le dio un palmazo en la nuca a Orel, regresándole a la tierra. Elya apretó los labios y guio los pasos de Orel de regreso al palco pues todo finiquitaba en la arena y seguían los correspondientes protocolos.

La noche cayó sobre el majestuoso reino marino y el clamor del público aún resonaba en el Coliseo del Mar tras el impresionante triunfo de los gladiadores en la arena. El Rey se dirigió hacia el centro del Coliseo para dar un discurso de agradecimiento a los valientes guerreros que entretuvieron al pueblo durante todo el día. Con una presencia imponente, el Rey recibió una ovación de pie por parte de los asistentes.

Tras el emotivo discurso, el Rey se retiró del Coliseo con destino a una lujosa cena en compañía de sus invitados huaxí. La encantadora princesa viajó desde muy lejos para conocer Selili, acompañarle en esta importante celebración y reforzar lazos de amistad, no podía dejarle ir sin antes admirarle un momento adicional. Juntos, entre conversaciones traducidas, El rey Tir-Hadad y la princesa Lanbaoshí se dirigieron hacia el palacio, donde un banquete de proporciones épicas les aguardaba.

Mientras tanto, en el interior del palacio, los Caballeros se preparaban para el banquete. Con sus armaduras relucientes y sus espadas al cinto, los guerreros fueron invitados por el Rey para acompañarle en esta ocasión especial. Una vez que el soberano y sus invitados huaxí llegaron al salón principal, los Caballeros se inclinaron en señal de respeto ante su Majestad antes de ubicarse en los rincones y corredores aledaños al comedor.

El banquete fue opulento, exquisito, quizás grosero en sus cantidades y cautivador en tanto a su dedicada visual. Los platos más exóticos y caros eran servidos en abundancia mientras los músicos interpretaban melodías alegres al tanto las bailarinas entretenían a los comensales con sus gráciles movimientos sacados de las ondas del mar. Durante toda la noche, el Rey conversó animadamente con sus invitados y los caballeros le escucharon atentamente, fascinados por las historias de guerra y conquista que el Rey les relató pues sus ancestros eran ciertamente varones reconocidos por su valentía.

La velada transcurrió en un ambiente tranquilo y risueño, todos disfrutando de la compañía del Rey y de sus Ilustres invitados. Sin embargo, en medio de todo el esplendor y las celebraciones, entre los Caballeros la sombra de la guerra no podía ser ignorada. Los Caballeros saben que su deber es proteger al reino y a su Rey de cualquier amenaza externa, y no podían darse el gusto de cenar tranquilos, menos sabiendo que una Embajadora de un país tan opulento como Huaxia estaba a la diestra del Rey, como si su esposa no existiera.

En medio de la gran cena del Rey, llena de exquisitos manjares y música, Elya se acercó tímidamente a Yonah, buscando un momento de privacidad para hablar con ella tal como acordaron fugazmente por la mañana. Sin embargo, su intento fue impedido por la presencia constante de Orel, quien no le quita los ojos de encima.

El Caballero anhelaba un poco de privacidad con su prometida y continuó en su hazaña. No se dejó intimidar continuó acercándose a la doncella, sabiendo que ella también está siendo vigilada de cerca por sus propios sirvientes leales.

Cuentos de Cielo y Mar: Shipwrecked 🌊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora