Entre la obscuridad de la noche, la unión de dos almas se volvía perfecta.
Olvidando el exterior, en aquel frío espacio solo habían dos hombres presos de sus emociones a flor de piel.
Y al llegar la mañana, cuando los rayos del sol lograron filtrarse, sus cuerpos desnudos descansaban entre las delgadas sábanas, como hace mucho tiempo no lo habian hecho.
—Deberiamos levantarnos— murmuró el Jiang, con voz profunda, todavía con tez tranquila y somnolienta.
—Si, deberiamos— apoyó el Lan, aunque realmente no se movió ni un poco, ¿Por qué lo haría? Para el Lan esos momentos junto a Jiang Wanyin eran muy especiales; Desde hace tiempo lo había conocido y la verdad desde el primer encuentro había quedado completamente impactado con su belleza juvenil y salvaje, sin embargo, él, un hombre ocupado y preso de una vida monótona se vio incapaz de acercarse.
Y ese día el destino los había reunido.
Él debía aprovechar esa oportunidad.
Después de todo el futuro ya no era nada estable, quería permanecer a su lado y protegerlo, eso y salvar a los suyos era su único anhelo.
—¿En qué piensas?
—En ti.
—Mentiroso.
Lan Xichen sonrió mirándolo de frente.
—Es verdad, llenas mis pensamientos y nublas mis sentidos ¿Por qué mentiría?
—Antes no estabas interesado en mi.
—Lo estaba. Solo que no te conocía demasiado, estás semanas me han ayudado a hacerlo y ahora no puedo dejarte ir.
Jiang Wanyin sonrió.
Le sucedía algo similar.
—Creí que estabas interesado en alguien más, alguien como Huaisang— murmuró fingiendo desinterés —. Te vi observarlo, y hasta hablaste con él un par de veces. ¿Me dirás que miento?
Xichen negó.
—No es lo que piensas.
—No me importa en realidad, eres libre ¿Recuerdas?
Xichen volvió a negar.
Probablemente debía de aclarar ciertos puntos pero tampoco creía que fuera el momento adecuado, así que solo atinó a decir: —. Te equivocas.
—¿Lo hago?
—No tienes idea de cuánto.
Jiang Wanyin giró los ojos, sin creer en sus palabras.
—Creo que Nie Huaisang es hermano de Nie Minghue. Mi mejor amigo, aquél que murió frente a mi ese día— confesó con melancolía —. No estaba seguro de ello pero al hablar con A-Sang pude confirmarlo.
La mirada de Jiang Wanyin cambió a una de sorpresa.
Permaneció en silencio, recordando la historia de Xichen y como perdió a sus dos socios y amigos. Pensar que uno de ellos era hermano de alguien como Huaisang le causó sorpresa.
—¿Él lo sabe?
Xichen negó.
—Huaisang espera poder encontrarlo a salvó. ¿Cómo podría romper esa esperanza? ¿Cómo podría confesar que Minghue murió frente a mis ojos? ¿Cómo podría mirarlo y decirle que no pude hacer nada por salvarlo, que lo único que logré hacer fue huir lejos de él, de ellos?
Xichen parecía a punto de soltarse a llorar.
Wanyin lo abrazó con fuerza.
—Hey, mírame— exigió mientras tomaba su rostro, obligándolo a mirarlo a los ojos —. No tienes la culpa de lo que sucedió. Nadie la tuvo en realidad. ¿Qué podrías hacer contra una infección mortal y desconocida?
—Lo sé. Pero...
—No existen excusas. Sé que no es fácil aceptar la muerte de tus amigos pero no es tu culpa. Y probablemente sea difícil pero si fuera Huaisang preferiría saberlo a seguir preso de una ilusión vana.
Xichen asintió.
—Se lo diré. Solo encontraré el momento.
Wanyin asintió, orgulloso de él.
Le regaló una pequeña sonrisa antes de besarlo y perderse entre las sábanas nuevamente.
... ... ...
Días más tarde, un pequeño grupo salió en busca de alimentos, medicamentos y un vehículo que pudieran utilizar para transportar a todos los sobrevivientes, con sigilo buscaban moverse entre las calles aunque eso no duró mucho tiempo cuando un infectado logró escucharlos.
Wanyin tomó del brazo a Xichen y aunque intentaron permanecer junto al resto, fue imposible entre la huida y decidieron esconderse en lo que parecía ser un viejo supermercado.
—Shhh...
El susurró de Jiang Cheng en su oído provocó escalofríos en el Lan, quien lo miró con el pulso acelerado por la adrenalina del momento y la cercanía; para su disfrute, Jiang Cheng se encontraba pegado a él, contra el cristal y dándole la espalda, se veía absolutamente salvaje con su melena oscura suelta y revuelta y el agarre firme contra su arma. Su mirada oscurecida en un punto fijo detrás de él: un grupo de infectados.
Eran mínimo cuatro infectados al fondo del establecimiento, inconscientes de su presencia, se encontraban rígidos y mirando a la nada, se miraban terribles.
Xichen creyó que podrían terminar con ellos pero el gesto desaprobatorio de Wanyin lo contuvo.
—Es arriesgado— murmuró entre labios, luego le hizo una seña para abandonar el lugar.
Aunque sería demasiado fácil para ellos.
Y el ruido que Xichen provocó al golpear accidentalmente uno de los estantes, lo impidió.
La pequeña horda de zombies no dudó en abalanzarse contra ellos siendo recibidos por el Jiang quien no dudó en disparar, aunque un infectado logró llegar hasta él, fue golpeado con fuerza por el Jiang que con gran destreza cortó el cuello y arrancó la cabeza de su cuerpo.
—Tenemos que irnos— exclamó el Lan, consciente de que el ruido de los disparos solo atraería a más infectados, Wanyin asintió antes de tirar el cuerpo inerte y salir con prisa del lugar.
Avanzaron con esfuerzos sin atraer a más infectados por las desiertas calles hasta llegar al edificio donde debían de encontrarse.
Solo que al llegar los vieron, dispersos entre más infectados se encontraban ellos, la mayoría de los sobrevivientes de su equipo de búsqueda, con horror observaron a cada uno, quienes habían fallado y convertido en cadáveres andantes.
—¿Wanyin?— susurró Xichen, buscando alguna respuesta en el menor que lucía igual de asombrado.
—Han muerto. Tenemos que irnos de aquí.
Xichen fue conducido nuevamente por el menor, quien había decidido volver al lugar seguro de antes.
—Espera. Aún faltan más, Huaisang no está entre ellos, tampoco Zonghui. Debemos volver y ayudarlos.
Wanyin se detuvo en seco solo para girar y con expresión furibunda respondió:
—¿Acaso importa? ¿Qué más da que no estén entre ellos? ¿Quieres buscarlos solo para descubrir que están muertos? ¿Crees que sobrevivieron? Zonghui era el líder, si los demás murieron o se infectaron no crees que él fue el primero. Se que es difícil pero debemos buscar salvarnos a nosotros mismos. Ya estoy cansado de ver a los demás morir.
Xichen suspiró en resignación.
Era verdad. Zonghui era el líder del equipo y muy probablemente el primero en defender a todos, probablemente había sido el primero en caer.
No dijo más y solo siguió a Wanyin.
Aunque al llegar al templo una amarga verdad los golpeó:
Todos habían sucumbido a la infección.
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Living Dead ©
FanfictionEl apocalipsis inicia con un virus mortal, Jiang Wanyin y Lan Xichen se convierten en dos fieles compañeros que buscan un solo objetivo: sobrevivir de los muertos andantes.