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El silencio se apoderó en todo el lugar.

Ambos adultos permanecían en total silencio mientras trataban de mantener el barco a flote.

Dentro de ellos, una profunda tristeza se había instalado, habían perdido a cada una de las personas que habían intentado proteger y la situación se convertía en algo desalentador a cada minuto.

Jiang Wanyin tragó con dificultad.

Recordar la imagen de Nie Huaisang siendo decorado por alguien a quien amó era realmente desgarrador, admiró su coraje y valentía para dejar su propia vida por el otro, y miró a Lan Xichen, si él estuviera en una situación similar ¿Podría hacer lo mismo? Negó con un gesto.

Lan Xichen era un sujeto muy agradable y a pesar de ser completamente opuesto, había desarrollado un apego emocional muy fuerte hacia él; no sabía ponerle un nombre a todo aquello que sentía y a esas alturas de su vida no creía que fuera importante, sin embargo, tampoco debía de ser tomado a la ligera pues era tan fuerte que intuia que si estuvieran en peligro, definitivamente buscaría salvarlo, incluso si eso arriesga su propia seguridad.

¿Xichen, también lo protegería?

Y lo observó, frente a él, con gesto serio, aferrado al pequeño niño que había protegido.

Si, definitivamente Lan Xichen haría algo muy similar.

—¿Qué harás con él?— murmuró en su dirección, señalando al pequeño que finalmente había quedado dormido entre sus brazos.

—No lo sé, debería dejarlo descansar y después comer algo.

Jiang Wanyin acepto.

—Vez, estaré a cargo.

Xichen sonrió y se marchó con el pequeño en brazos.

Desde ahora tenía la oportunidad de llegar al refugio y buscar una manera más segura de llegar hasta sus hermanos, aunque la situación era complicada él no se rendiría en salvarlos.

Jiang Yanli y Wei Wuxian eran sus hermanos y probablemente la única familia directa que le quedaba en la tierra, los quería como a nadie en el mundo y jamás se rendiría en una labor que le aseguraba protegerlos, aunque intentaba tranquilizar su acelerada cabeza, por momentos se preguntaba si aún seguían a salvo y qué tan bien estarían, y si ellos juntos a Lan Wangi y el pequeño A-Ling estarían bien de salud.

Bufó con molestia.

No lograba entender el porque de la situación y como terminaría aquello.

—Me gusta tu rostro serio, luces tan salvajemente sensual ...

El susurro contra su oído le erizó la piel.

Y giró.

—Sigue, y podría romper algo más que tus piernas.

Xichen sonrió.

—Me gustas, Jiang Wanyin. Me gustas más de lo que me gustaría admitir.

Está vez fue el turno de Jiang Wanyin.

—Sé que te gustó. ¿Cómo no podría gustarte?

Xichen volvió a sonreír, envuelto por esa presencia fuerte y la seguridad en sus palabras.

—Tienes razón, ¿Quién sería tan ciego para no caer ante ti?

Jiang Wanyin decidió dejar de jugar y lo jaló en un beso lleno de pasión.

—Callate. Y besame.

Xichen lo obedeció encantado.

... ... ...

Los días a bordo eran fácilmente tranquilos.

Los tres habían creado una rutina muy cotidiana y pacífica pese a la situación actual.

—Señor Jiang ¿Usted era un maestro?— inquirió el pequeño quien se caracterizaba por una terrible curiosidad —. ¿No es muy joven para ser uno? Debe de ser muy inteligente.

Jiang Wanyin sonrió con burla.

—Lo soy, soy un abogado pero también daba clases en una universidad, siempre estaba muy ocupado revisando casos y luciendo genial al mandar a los cretinos a la cárcel.

El pequeño abrió los ojos con sorpresa.

—¿Cómo un policía? Wow, usted es genial.

—No, los policía son distintos pero si, podría decirse que era algo similar...

—¿Cuando sea grande, puedo ser como usted?

—¿Y porqué querrías ser igual a mi?

—Usted es genial; siempre luce muy serio y con una mirada enojada, no le tiene miedo a nada y enfrenta a los malos. Señor Jiang, me gustaría ser así de grande.

—Si, Jiang Wanyin es genial, deberías seguir su ejemplo A-Yi.

La voz de Xichen le robó una sonrisa.

—Tambien el señor Lan es genial, Jingyi, el maneja toda una empresa, gana mucho dinero y es respetado por todo el mundo, tal vez te gustaría ser más como él.

Jingyi sonrió.

—Seré cómo ustedes dos cuando sea grande— decidió el menor antes de comenzar a comer su pierna de pollo favorita.

Ambos asintieron conformes con su respuesta.

Jiang Wanyin miró en silencio al pequeño niño que mordía la carne con ganas, miró su cuerpo delgado y su apariencia descuidada, aquel niño había pasado mucho tiempo solo y necesitaba crecer en un lugar pacífico y lejos de todo el peligro actual, sin embargo, no podía brindarle un lugar así ya que ni el mismo estaba realmente a salvo, aunque podía intentar un mejor futuro para él.

—Al llegar al refugio lo dejaremos ahí.

Señaló en una noche fría, mientras su cuerpo descansaba sobre el de Xichen, este lo miró preocupado.

—¿Dejarlo? ¿A Yingi? ¿Por qué lo dejaríamos? Él no tiene a nadie, solo nos conoce a nosotros mismos. ¿No crees que eres demasiado duro con él?

—¿Y qué debería de hacer? ¿Llevarlo de aventura a la tierra de los cadáveres andantes? ¿Arriesgar su vida solo para que permanezca con nosotros? Eso sí sería cruel y muy arrogante de mi parte, y francamente estoy cansado de cuidar y perder a tantas personas. Iré por mis hermanos, solo me enfocaré en eso, puedes decidir si quedarte con Jingyi o ir conmigo.

—¿Es tu última palabra?

—En primer lugar nunca a estado en discusión.

Xichen lo miró con expresión fría.

—Será a tu manera, Wanyin.

Dicho esto se giró dándole la espalda.

«¿Es tan difícil de entender que no quiero perder a nadie más, incluso si es un niño desconocido que tiene muchos años por delante?»

... ... ...

—¡Lo tenemos, estamos cerca!— la voz gruesa del mayor lo trajo a la realidad —. ¡Tierra a la vista! ¡Prepárense!

Y ahí estaba, a lo lejos se alcanzaba a ver, aquella pequeña isla que tanto habían buscado.

¡Lo lograron!

Finalmente lo hicieron.

¡El refugio estaba muy cerca!

Living Dead ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora