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Rudy
El pato que madruga tiene suerte. Esa es una expresión en este mundo.
O al menos esa es la excusa de Paul para despertarse tan temprano.
Llevamos varios días viviendo aventuras. Con esto quiero decir que yo he estado viviendo aventuras mientras él "supervisa" mi habilidad. El trabajo duro forja el carácter o algo por el estilo. Estoy bastante seguro de que solo estoy haciendo su trabajo.
Al principio, las patrullas eran bastante sencillas: dar una vuelta por el bosque del pueblo, ocuparse de cualquier cosa lo suficientemente peligrosa como para atacarte y dar por finalizado el día.
Luego empezamos a adentrarnos más y más... y más, y por eso teníamos que levantarnos más y más temprano.
Es molesto.
Ser joven tiene sus ventajas, como poder estar despierto toda la noche y salir a cazar al amanecer, pero tengo límites. Solo puedo trabajar con seis horas de sueño, si tengo suerte, durante tantos días seguidos.
Te mostraré el carácter...
En serio, tengo ganas de lanzarte al cielo.
-¡¿Por qué carajo tuvimos que despertarnos tan temprano?! -le dije a Paul, que estaba debajo de mí.
Actualmente estoy volando sobre su cabeza y sigo su ejemplo hasta el siguiente lugar de reunión. Nos despertamos un poco antes, lo que significa que está un poco más lejos. ¿Dónde? No tengo idea. Probablemente me lo dijo, pero no lo escuché.
Tengo sueño, ¿sabes?
No sé qué pasa por su cabeza, pero ¿está claro que está planeando algo?
Cada vez que salimos de aventuras, él me mira mientras lucho. Si no supiera más, él estaría tratando de encontrar la mejor manera de enseñarme, o algo así, pero como sé más, solo estoy esperando a que caiga el zapato.
Probablemente quiere que arregle las cosas entre él y Zenith... otra vez.
Aunque es solo una conjetura. Lo único de lo que estoy seguro es que toda esta vacilación no es realmente típica de su parte, y me resulta un poco confusa. Ojalá viniera y dijera lo que tiene en mente para que pudiéramos volver al status quo.
Con esto me refiero a que me quedaré en la cama durmiendo al menos dos horas más.
Tengo la tentación de lanzarme magia curativa y deshacerme de algo de mi fatiga, pero... es un camino peligroso que preferiría no volver a recorrer.
Nunca más.
Así que se convirtió en un juego de elegir tu veneno: fatiga o incapacidad. Subir a caballo con él o soportar la fatiga un poco más. Elegí sabiamente.
Ojalá el viejo tuviera al menos un poco más de consideración. Anoche estuve cuidando a los bebés toda la noche, ¿sabes?
