Lo mire confundió, claro que estaba enojado con ella, no podía irse como se le diera la gana sin importarle las consecuencias o lo que le podría pasar.
—Quieres subir a la motocicleta por última vez— la mire —Solo hazlo—
Ella me miró confundida pero a la vez enojada, con su dedo me apunto y tocó mi pecho.
—No lo voy a hacer— hablo segura —Puedo irme sola— se giro pero la tome del brazo otra vez.
—Enojate lo que quieras, pero tú te vas conmigo, te voy a ir a dejar a tu casa— trate de cargarla pero fue imposible por la manera que se resistía.
Claro que podía llevarla como si nada, pero no quería hacerle daño aplicándole fuerza de esa manera.
—No me vuelvas a tocar— hablo aún más enojada —Despues de todo ¿Que haces aquí?— interrogó.
Suspiré frustrado ¿Por qué estábamos peleando en la calle?
—______, por última vez, súbete a la motocicleta de una vez por todas, hablaremos en tu casa si quieres— hable pero ella seguía negándose.
—Yo ya te dije que no— se quedó quieta pero note cierta actitud que cambio, parecía que ya no estaba enojada, espera... ¿Estaba llorando?
No supe que hacer ¿Por qué habíamos llegado a esto?
—Vamos a casa— hable pero ella no más no cedía —Bien, llegué golpeado porque tuve una pelea, estoy en una pandilla, eso es todo ¿Algo más?— hable finalmente a lo que ella me miró sorprendida, sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas.
—¿Por qué no me dijiste nada?— hablo en voz baja mientras una lágrima cayó por su mejilla —Me preocupe por ti como una idiota—
—Te lo pensaba decir pero sabía cómo te ibas a poner con esto. Te conozco— hable esperando una respuesta pero no la hubo —Sube, hablaremos después—
Supongo que no tuvo más opción, por lo que la lleve a casa.
En cuanto llegamos lo único que hizo fue bajarse por su cuenta, fui tras de ella en cuanto abrí la puerta entro a la casa e intento cerrarme la puerta en la cara, claro que no iba a permitir eso.
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Estaba frente a mi viendo con esos ojos, pero ni si quiera encontraba que decirle.
—Hablemos— murmuró mientras se acercaba a mi —Linda, no fue mi intención hablarte de esa manera— me abrazó pero por alguna razón sentí una presión sobre mi pecho, otra vez iba a llorar.
—Lo siento— fue lo único que pude decir antes de corresponder al abrazo.
Me sentí como una tonta por haberlo tratado de esa manera, pero claro que se sintió feo la forma en la que había estado conmigo cuando intenté hablar con el, pero no tanto conmigo, sino más bien con sus hermanas.
No quise mirarlo pero tomo mi rostro y con sus pulgares limpio mis mejillas, era muy delicado, se acercó un poco más y me besó. Al separase tomo mi mano y dejo un beso en el dorso.
Acaricie su mejilla, era inevitable no notar los golpes que tenía en el rostro, pero de alguna manera a él parecía no importarle. Pude notar que estaba algo cansado con su mirada.
—¿Quieres quedarte a dormir?— pregunté mientras aparte la mirada.
—Si— dijo finalmente.
Subimos al segundo piso de la casa y entramos a mi habitación, estaba ordenado así que no había problema con eso, la cama era lo suficientemente grande para los dos.
Recordé que anteriormente había pijamas de mi padre, las había comprado hace mucho tiempo pero como siempre nunca las usaba porque decía que no le quedaba, por lo que yo solía tenerlas guardadas.
Se las dí a Mitsuya para que se cambiara, mientras que yo también me cambié en el baño, aún tenía una venda en la pierna, pero era solo por seguridad ya no dolia tanto, me puse el pantalón de pijama algo suelto y una blusa de tirantes.
Avise que iría a dejar la ropa al cuarto de servicio, dónde estaba la lavadora, después baje a la cocina, habían algunas galletas por lo que se las lleve a Mitsuya, seguramente no había comido.
Cuando volví el estaba ¿Dormido?
No hice tanto ruido así que simplemente cerré la puerta y me acosté a su lado, lo cobije mejor, lo mire y sus pestañas eran largas, esa piel pálida, sus labios ligeramente rosados, su cabello lila, estaba tan tranquilo.
Al final se despertó cansado y lo único que hice fue recostarlo en mi regazo, la habitación estaba en silencio.
Estaba acariciando suavemente su cabello, sabía que ya estaba completamente dormido, por un momento me recordó a Mana y Luna.
Mire el techo pensando en mi madre, hace unos días que había regresado a traer sus cosas, está vez hablo conmigo, le pedí que se quedara, que incluso podría traer a vivir a su novio, pero supongo que después de todo ella no me quería en su vida, porque cuando mencioné eso se enojo demasiado.
Mitsuya no sabía nada de lo sucedido, incluso mi madre me había dado una cachetada por pedirle que se quedara, no entendía que pasaba con ella, pero en cuanto reaccionó solamente trato de cambiar el tema, pronto me di cuenta que ella estaba embarazada...
Lo supe porque cuando su novio entro a la casa y la vio con las cajas corrió hacia ella diciéndole que no podía hacer tanto esfuerzo por el bebé, en ese momento estaba más que confundida, hasta que la mire y su vientre no era el mismo, ella si que estaba embarazada pero no me había dicho nada, por eso se quería ir.
Le pregunté al respecto pero ella solamente dijo que no era de importancia, y trato rápidamente de convencerme que todo estaría bien, que si quería podía ir a visitarla, pero ¿Por qué iba a tener otro hijo? Cuando me estaba alejando de ella cuando yo era su hija también, que clase de juego es este.
Al final ella se fue, no pude hacer nada para evitar que se fuera, solamente ví como subió sus cosas y se fue.
Mis ojos empezaron a pesar por lo que me quedé dormida finalmente. ____________________________________________
